Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Nadie, de Jeff Lemire

Nadie, de Jeff Lemire
Guion
Jeff Lemire.
Dibujo
Jeff Lemire.
Formato
Rústica con solapas, 144 págs, bitono.
Precio
18€.
Editorial
Astiberri. 2023.
Edición original
The Nobody (Vertigo).

Parece que Astiberri está interesada en recuperar la mayor parte posible de la obra independiente del canadiense Jeff Lemire. Si hace poco nos trajera Snow Angels o Cosmic Detective, ahora es el turno de Nadie, una obra que publicara el extinto sello Vertigo en 2009 y que anteriormente fue publicado en nuestro país por Planeta. Ahora que los derechos han revertido en el autor, Astiberri aprovecha para incorporarla a su catálogo. Nadie fue la primera obra que publicó con el sello independiente de DC Comics, apenas un par de meses antes que comenzara la serie que le terminaría de situar en el panorama comiquero, Sweet Tooth. La obra se publicó directamente como novela gráfica, a pesar de tener una falsa estructura en tres números, con sus respectivas portadas en las que se homenajea a los cómics de EC, los pulp románticos y la propia DC/Vertigo.


Como en toda buena obra de Lemire, hay elementos recurrentes, y la propia premisa de la obra va dirigida hacia puntos comunes al de otras de sus obras. En esta ocasión el referente más obvio es El hombre Invisible de H.G. Wells, con ese tipo que llega al pequeño pueblo de Large Mount, recubierto de vendajes y unas gafas de soldador y decide hospedarse en un motel. La llegada de Griffen no hace sino levantar recelos entre su población que, inmediatamente, comienza a teorizar sobre su aspecto y sus intenciones. Solo Vickie, la hija del dueño del restaurante local intenta empatizar con el visitante e ir más allá de meras elucubraciones, mostrándole hospitalidad y compañía, aunque sea algo que no esté bien visto por sus vecinos.

A pesar de los homenajes, Nadie es una obra que habla sobre los prejuicios, la falta de miras de ciertas comunidades y el cómo los bulos y rumores pueden crecer hasta perder el control sobre ellos. Y para ello cuenta una historia de un tipo que no pretende molestar a nadie, que se encierra en su habitación a trabajar y al que le vienen los problemas sin buscarlos en ningún momento. Griffen ya trae sus propios problemas de casa, y poco a poco, en forma de flashbacks nos irán revelando de dónde viene y por qué ha llegado a Large Mount. Pero el peso real de la historia recae realmente en el impacto que tiene entre sus vecinos más que la historia en sí, que está contada de una manera más ligera y sin dar especialmente detalles sobre la condición de su protagonista, dejando al lector una serie de retazos de esa historia para que sea él quien ate cabos y reconstruya ese pasado.


El estilo de Lemire es sencillo, aunque intenta añadir algunas estructuras de página interesantes, pero se centra más en los diálogos, silencios y en la química de los personajes sin hacer excesivas filigranas gráficas. Solo el uso de acuarelas muy aguadas para las escenas del pasado consiguen un efecto visual muy interesante, aportando ese halo de pasado difuso como visto a través de un cristal deslustrado. La obra está coloreada con un bitono celeste que contribuye a transmitir ese clima frío del pueblo, tanto por clima como por la recepción a gente desconocida.

En definitiva, Nadie es probablemente una de las consideradas obras menores de Jeff Lemire, pero funciona a la perfección. Para los que somos amantes de la peculiar narrativa del artista canadiense, de esos pueblos apartados y de esos personajes marcados por un pasado y por una dificultad a la hora de transmitir los sentimientos, que se acaban agolpando y empozoñando, Nadie es una oportunidad más para disfrutar de su trabajo. Una edición sencilla y correcta de Astiberri para una lectura que nos lleva a lugares comunes y a nuestra zona de confort lectora. Una reflexión sobre la culpa, la aceptación y sobre todo… la soledad.


Lo mejor: Su sencillez y ausencia de florituras para ir a contar lo que pretende. Las escenas de flashbacks, tanto artísticamente, como por cómo lo deja en manos del propio lector para construirlas.

Lo peor: Si no te gusta el estilo de Jeff Lemire, esta precisamente no creo que sea la que te redima con su trabajo.