Hay autores cuyo nombre en una portada ya es argumento de compra suficiente, aunque no conozcamos la obra ni sepamos de qué trata. Todos tenemos nuestro listado de debilidades personales, tanto en el mercado nacional, como en el anglosajón, el europeo o el japonés. Pero en lo que habrá pocas discrepancias es que uno de los grandes nombres del cómic sudamericano es el de Alberto Breccia, el genio uruguayo/argentino del que ECC está recuperando una buena parte de su producción desde 2020, a la que ya podemos añadir Nadie.
Nadie es un agente que trabaja para el Servicio Secreto británico. No, no pienses en James Bond. Es un tipo duro que lleva a cabo todas las misiones que le plantean sus superiores, por turbias que sean. Nadie es una obra publicada por entregas entre 1977 y 1978 en la revista argentina Tit-Bits, con dibujos de Alberto Breccia y guiones de Carlos Trillo, dos autores que tuvieron una fructífera colaboración en títulos como Un tal Daneri, Había otra vez o Buscavidas además de la obra que hoy nos ocupa, con estructura de capítulos autoconclusivos, pero con una cierta trama de fondo. Las historias que nos encontramos aquí son muy variadas: tenemos alguna clara heredera de la Guerra Fría, época en la que esta obra fue producida, con el típico terror nuclear de aquellos años, hay política, aventuras, misiones de rescate… e incluso tenemos a un gran villano megalómano, nada más y nada menos que el mismísimo Fu Manchú, la icónica creación de Sax Rohmer.
No estamos ante una de las obras más personales del dibujante, desde luego. Nadie es una historia ligerita, de aventuras, pero aún siendo prácticamente un trabajo alimenticio, el arte de Alberto Breccia pese a ser un trabajo alimenticio, está a un nivel espectacular. Está aquí en un registro mucho más académico que lo que le pudimos ver, por ejemplo, en ¿Drácula, Dracul, Vlad? ¡Bah…! o en Los mitos de Cthulhu, dos obras en las que hace arriesgados experimentos gráficos con brillante resultado. Nadie no es una obra que ni en tema ni en tono requiera grandes innovaciones -aún así, la representación de Fu Manchú es tremendamente inquietante-, pero aún así, el manejo de las masas de negro que hace en estas páginas es auténticamente magistral, y es un claro antecesor de lo que años después haría Frank Miller en Sin City, una de sus obras más personales.
Nadie fue cancelada en su decimocuarta entrega. Pero no hay que preocuparse, no estamos ante una obra sin un final cerrado. En 2008, Carlos Trillo reescribió los textos de las páginas finales para darle una conclusión. Se puede apreciar que las dos últimas páginas tienen una rotulación diferente a la del resto de la obra.
Nadie no está entre las obras más profundas y personales de la pareja artística, más “de autor”. Es una historia de género, pensada para entretener más que como expresión artística, pero teniendo eso presente, es un tebeo más que disfrutable, y a un nivel gráfico que pocos son capaces de alcanzar. Incluso un Breccia haciendo una obra de entretenimiento está muy por encima del dibujante medio.
