Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

N. de Stephen King

N. de Stephen King
Guion
Marc Guggenheim
Dibujo
Alex Maleev
Formato
Tomo en tapa dura. 112 páginas a color
Precio
16 EUR
Editorial
Panini Comics. 2018
Edición original
Stephen King’s N

Hay algo sobrenatural en lo profundo de un pueblo perdido de Maine, capaz de provocar el suicidio de un hombre. Basada en uno de los relatos de su libro antológico “Después del anochecer”, esta adaptación proporciona pesadillas y obsesión.

Hay nombres que con sólo ponerlos en la portada de un libro ya son garantía de, si no calidad, al menos siempre de ventas. Ocurre con el maestro del terror Stephen King, cuya sola presencia ya asegura que vamos a pasar un mal rato. O uno bueno, depende de lo que te guste pasar miedo. Pero en el caso de adaptaciones a otros medios, ya no depende sólo de la calidad del relato original de King, sino que también entra en juego la calidad de los adaptadores. Así, se pueden hacer malas adaptaciones de grandes obras, como fue el caso de Christine o Cujo, años ha. Para adaptar el relato corto N. a cómic (ya precedido por una webserie de 25 capítulos) se contó con dos autores de contrastada solvencia, como fueron Marc Guggenheim y Alex Maleev. N., contenido en la antología de historias cortas de terror de Stephen King llamada Después del anochecer, está narrado en forma epistolar, similar al Drácula de Bram Stoker, de manera que es el lector quien va enlazando los relatos escritos por los diferentes protagonistas hasta hilar una historia completa. En vez de convertir la narración en una en primera o tercera persona, el guionista Guggenheim ha optado por mantener la estructura narrativa original, dando a cada personaje su parte de protagonismo en esta historia coral.

N. de Stephen King

El punto de partida del relato es un conjunto de pilares de piedra, los únicos restos de un dramático incendio que acabó con la vida de una familia en el Maine (lugar donde King ambienta casi la totalidad de sus historias) de 1911. El número de estos pilares parece oscilar entre 7 y 8, dependiendo del momento en que se cuentan, e incluso de si se los mira directamente o a través de una lente. Este conjunto de pilares, ubicado en el terreno conocido como Ackerman’s Fields, se convertirá en la obsesión de un puñado de personas, que se suceden para proteger su secreto. El papel de guardianes de Ackerman’s Fields pasa de una persona a otra contagiándose como un virus. En este sentido, posee una premisa similar a la de películas anteriores en el tiempo y otras que la han sucedido, como las extraordinarias The Ring y It Follows, respectivamente. La locura se manifiesta en forma de TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), reflejándose en una obsesión por las formas circulares y los números: números buenos y números malos. Así, el número 8 es par, así que es bueno, mientras que el 7 es malo, puesto que permite salir a los demonios del círculo.

Marc Guggenheim (la serie de TV Arrow, La Imposible Patrulla X: Proyecto Exterminio) es un guionista con amplia experiencia en el mundo del cómic, aunque es difícil nombrar alguna obra suya que haya alcanzado especial relevancia. Su nombre está más asociado a la televisión (es el creador de las series Eli Stone y Arrow, por ejemplo), de manero que está acostumbrado a la narración seriada, algo muy demandado en el ámbito del cómic. Me atrevería a decir, haciendo una comparación muuuuuuuuy general, que el comic-book es a la televisión lo que la novela gráfica es al cine, en el sentido de que el comic-book por entregas ha de mantener al lector en vilo de un número al siguiente, para que esté deseando acudir a por su siguiente ración de lectura, mientras que la novela gráfica puede ser autoconclusiva al igual que, por ejemplo, una película. No es así en este N., que ya está concebido como una obra unitaria pero publicada por entregas mensuales. Guggenheim toma el relato original N. de Stephen King y lo adapta al lenguaje del cómic, empleando la estructura de historieta en 22 páginas que marca el formato. Sin haber leído la obra original, se podría decir que el trabajo de adaptación se ha limitado a estructurar el texto en páginas y viñetas, puesto que se mantiene el estilo epistolar inicial. El acompañamiento de los dibujos de Alex Maleev apenas aporta información a la narración, puesto que ésta se puede seguir perfectamente a través de los cuadros de texto.

Esto no quiere decir que el dibujo de Alex Maleev (Daredevil, Batman: Vigilancia Nocturna) esté de más. Su estilo fotorrealista se adapta como un guante a lo que Guggenheim requiere. Las imágenes no llevan el ritmo de la narración, sino que sirven como apoyo visual (al igual que las fotos que acompañan un artículo en un periódico) a los textos del guionista. Se podría decir que llenan los huecos que inevitablemente quedan en una obra de este estilo. Sus dibujos nos ayudan a ubicar geográficamente la acción, ya sea en la consulta de un psiquiatra o en un campo abandonado a las afueras de un pueblecito rural, y a poner rostro y expresiones a los personajes cuando la situación lo requiere. Éste sea tal vez el punto más flojo de este trabajo de Maleev: sus dibujos pretenden ser tan fotorrealistas que acaban por resultar demasiado estáticos. Su estilo aquí recuerda un poco a esas fotonovelas que leían nuestros padres, e incluso se nota el abuso del Photoshop a la hora de recortar y reutilizar caras, casi como si pretendiera que no nos íbamos a dar cuenta. No es el mejor trabajo de Maleev, pero es el que mejor se adapta a la historia y al género.

N. de Stephen King

Pese a sus limitaciones, N. de Stephen King, el cómic, es un estupendo trabajo de adaptación de un relato corto que, aunque no es de los mejores del autor, nos mantiene en vilo desde el primer minuto. Es el tipo de terror que se te mete dentro y que no te deja hasta pasado un buen rato después de haber acabado la lectura. Con semejante material de partida, es muy difícil hacer un mal tebeo, y en este sentido Guggenheim y Maleev salen airosos de la prueba. N. de Stephen King fue publicado en Estados Unidos por Marvel Comics (a instancias de Joe Quesada) en 2010, y en nuestro país por Panini Comics. Una verdadera apuesta sobre seguro, habida cuenta de la reputación del escritor de Maine, cuya firma ya es garantía de éxito. Y en este caso, también de calidad.