Y chimpún. Se acabó lo que se daba. Con esta tercera entrega dentro de la línea Marvel Young Adults, Panini finiquita todo el material susceptible de ser recopilado de Kate Bishop, la encantadora arquera que debutó hace ya diecisiete años en la mítica cabecera de los Jóvenes Vengadores de Allan Heinberg y Jim Cheung.

Kate siempre ha brillado. Ya despuntó junto a aquellos aspirantes a Héroes más poderosos de la Tierra, e igualmente le robó protagonismo a Clint Burton en las laureadas etapas de Matt Fraction y Jeff Lemire. No obstante, nada fue comparado a alcanzar la fama mundial gracias a una excelente miniserie de imagen real para la plataforma Disney +.

Pero hasta llegar ahí hay una figura clave para Kate Bishop, que no es otra que la guionista Kelly Thompson, responsable de narrar sus aventuras tanto sola, como acompañada de una gamberra formación de los Vengadores Costa Oeste, que es de donde parten las aventuras de este tomo.

Haciendo un poco de memoria, recordemos que Kate Bishop había logrado reunir una formación que incluía al Ojo de Halcón original, a Ms. América Chavez, a Masacre Gwen (un personaje completamente adorable) a Chico Omega o al recientemente creado Aleación, que además será su pareja sentimental.

Visto en perspectiva es una pena que estos Vengadores Costa Oeste no superasen la decena de números (este tomo incluye los cinco últimos), porque son un verdadero despiporre. Kelly Thompson consigue que nos interesemos por todos y cada uno de los protagonistas gracias a la química que desprenden, a sus ingeniosos diálogos y al humor imperante en el tono de las aventuras que viven.

Esta traca final tendrá como eje la formación de un grupo de antagonistas como si se tratase de unos Amos del Mal chapuceros a más no poder, formados por viejos villanos que en un momento u otro se las han visto con nuestros héroes.

Es de destacar cómo Kelly Thompson se va metiendo en el papel de maestra de ceremonias de una función digna de los Monthy Python, donde las escenas de acción son sustituidas por una secuencia de sketches cómicos en los que puede pasar absolutamente cualquier cosa… Incluso el debut de Jeff, el tiburón terrestre que ha protagonizado diversos Infinity Comics desde que apareció por primer vez en estas filas.

Me gusta especialmente la manera en que es retratada Kate Bishop. Por un lado es una tía dura de pelotas, no se achanta por nada y antepone a todo sus valores sobre el heroísmo y la amistad. Pero por otro lado, es un ser humano completamente desastroso, incapaz de cumplir muchas de sus promesas, que parece que siempre tiene la peor de las suertes eligiendo novio y encima tiene la mayor de las bocazas. La noche y el día en la misma persona.

Daniele Nucuolo, Gang Hyuk Lim y el español Moy R. son los encargados de dar vida a las palabras de Kelly Thompson. Tres dibujantes para tan solo cinco números americanos. Una buena muestra de una de las mayores lacras existentes en Marvel y DC hoy en día, la falta de estabilidad de los artistas. Por lo menos hay cierta coherencia gráfica, por lo que se puede leer sin que un cambio brusco de estilo te reviente la sinapsis.

La segunda mitad reedita la miniserie de Journey Into Mystery asociada al reciente evento de La Guerra de los Reinos que, en principio, debería haberse limitado a la colección de Thor, aunque acabó influyendo en todo el Universo Marvel.

Honestamente, no daba un duro por una historia cuyo guion lo han escrito una familia de Podcasters (que lo petan en Estados Unidos, las cosas como son). Sin embargo, me he encontrado con una road movie en la que un grupo de héroes formados por Kate Bishop, Miles Morales, Death Loked, Balder, Druid, Thori y Balder deben proteger a un recién nacido del acoso de la Reina de Fuego de Surtur que ha escogido como avatar a un personaje bien conocido y muy peligroso.

El ritmo de la historia es frenético, tanto que te lees la historia de una sentada. Es divertida, macarra y muy efectiva. Nuestro involuntario supergrupo se las tendrá que ver con un puñado de Skrulls y se meterá de lleno en una convención de secuaces donde cualquier cosa puede pasar.

La falta de ambición de esta historia es tan grande como su capacidad para entretener. Estamos ante un tebeo hecho con oficio, cuya mayor pretensión es que pasemos un rato entretenido con una panda de personajes que no tienen más remedio que entenderse. Encima está dibujado por esa bestia parda que es André Lima Araujo. Al artista portugués ya lo conocía por su obra con Rick Remender para Image Una sed de venganza justificada. No sabía que había trabajado para Marvel, y tras leer esto, ojalá que lo vuelva a hacer.

Me van a permitir un apunte final. Creo que el formato de MYA es excelente para reeditar este tipo de material (como en su día lo era la primera etapa de la Colección Extra Superhéroes). Lamentablemente no parece que haya tenido una acogida muy espectacular, pues en tres años han salido apenas once volúmenes y su precio ha ido subiendo de los diez a los trece euros progresivamente. ¿Estamos por tanto ante los últimos coletazos de esta línea? El próximo 28 de diciembre lo sabremos.