Voy a confesar algo: cuando llegó a mis manos este Superfamosa, me enfrenté a él con cierto recelo. Por un lado, la popularidad adquirida por el personaje a lo largo de los tomos previos ha hecho que se convierta en miembro permanente de la última encarnación de los Vengadores, desvirtuando el concepto de historias pequeñitas a pie de calle, de la vida del día a día de una adolescente. Por otro lado, desaparece (temporalmente) de la serie el dibujante original, Adrian Alphona, que tanta personalidad aportaba con sus lápices, y se limita aquí a una presencia testimonial de diez páginas en todo el tomo. Así que este nuevo renumerado post-Secret Wars de la colección de Kamala me daba bastante mala espina.
Es tu nueva heroína favorita… ¡y la de todo el mundo! Ahora se ha unido a Los Vengadores, pero no es tan genial como Kamala siempre imaginó. Y aunque el mundo necesita ser salvado, también Jersey City continúa requiriendo su ayuda. ¿Cómo logrará cargar con todo?
Y poco a poco, sumergiéndome progresivamente en la lectura, mis miedos han sido sobradamente calmados. Sí, se hacen referencias a la pertenencia de Kamala a los Vengadores, pero no tiene importancia más allá de meter un poquito más de jaleo en la vida de una niña que intenta abarcarlo todo sin renunciar a nada y sin darse cuenta de que el día sólo tiene veinticuatro horas… y en cierto modo, la hábil guionista utiliza este tema en la segunda mitad del tomo.
Y sí, la ausencia de Adrian Alphona se nota (no olvidemos que fue uno de los argumentos que me convencieron para empezar esta serie), pero también hay que reconocer que sus sustitutos temporales hacen un trabajo más que competente.
La historia
Tenemos dos arcos argumentales en Superfamosa. En el primero, que da nombre al tomo, Kamala se tiene que enfrentar a su nueva popularidad… y a que una malvada inmobiliaria con planes de reforma urbanística convierta una parte de su querida Jersey en una zona residencial para personas acaudaladas, expulsando del barrio a vecinos y comerciantes de toda la vida. Además, recupera el personaje de Bruno, previo interés romántico de una Kamala sobrepasada por su actividad superheroica, su familia, el instituto, y ahora además, los Vengadores. No es que esa relación estuviera llamada a no funcionar, es que no había tiempo material para ella ¿Y qué haces cuando tienes un desengaño amoroso a los dieciséis años? Lo que nos ha pasado a todos. Piensas que el mundo se acaba, que te quieres morir, durante aproximadamente diez minutos… y después pasas página.
En el segundo arco, El Ejército de Una Sola Mujer, Kamala se da cuenta de que no puede estar en todas partes a la vez. Pero, parafraseando al genial personaje de Rob Lowe en la tristemente cancelada The Grinder, «¿Y si pudiera?» De algún modo, Kamala necesita estar a la vez en los preparativos de la boda de su hermano, en el instituto y en los Vengadores. Y si el planteamiento ya suena a mala idea, la forma de llevarlo a cabo lo dice con luces de neón y una sirena de alarma.
Vamos, que la guionista ha acallado todas mis dudas y ha mantenido el nivel de los tres tomos anteriores, siendo aún una de las series más recomendables de la Marvel actual.
Los autores
Se mantiene escribiendo G. Willow Wilson, guionista de la serie desde sus inicios y creadora del personaje. Y visto el trabajo que hace y el nivel que mantiene, que siga muchos años. Al dibujo tenemos a Takeshi Miyazawa en la primera mitad del tomo, sustituto habitual de Adrian Alphona, tanto en la primera serie de Ms. Marvel como en Runaways, y aunque hay que reconocerle que hace un trabajo correcto, también hay que decir que no es lo mismo. Ambos canadienses, con lo que no descartaría que tengan una relación de amistad que vaya más allá de lo meramente profesional. El segundo arco lo dibuja el recién llegado argentino Nico León (Guardianes 3000, Spider-Man, Inhumanos), que aproxima su estilo bastante al del mencionado Alphona, elevando el disfrute respecto al de la primera mitad del tomo. Le prestaremos atención a este artista en el futuro.
Y a partir de ahora…
El número 7 ya me da miedo. Aunque tenemos de vuelta a Adrian Alphona a los lápices (¡yay!), tiene en la portada un letrero que dice The road to Civil War II. Los números 8 y 9, codibujados por Alphona y Miyazawa, son tie-ins directos del evento de la temporada. A priori, y teniendo en cuenta que cada día este tipo de eventos me dan más pereza (aún estamos por ver el nivel de implicación de los tie-ins con la serie principal), diría que mi interés por ellos ha bajado drásticamente. Pero teniendo en cuenta que aún estoy por leer un tebeo de Gwen Wilson que no me haya gustado, volveré para el quinto volumen de la serie. Sin la más minima duda.