Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Ms. Marvel: Sólo una noche

Ms. Marvel: Sólo una noche
Guion
G. Willow Wilson, Saladin Ahmed, Rainbow Rowell, Hasan Minhaj, Devin Grayson, Eve L. Ewing, Jim Zub.
Dibujo
Nico León, Gustavo Duarte, Bob Quinn, Elmo Bondoc, Takeshi Miyazawa, Joey Vazquez, Kevin Libranda, Minkyu Jung, Juan Vlasco.
Tinta
Nico León.
Color
Ian Herring.
Formato
Rústica con solapas, 200 págs, color.
Precio
18,95€.
Editorial
Panini Cómics. 2019.
Edición original
Ms. Marvel v4 #31-38 (Marvel).

Con el tomo 9 de Ms. Marvel: Sólo una noche llegamos al final de la etapa de la guionista G. Willow Wilson al frente de esta encarnación de Ms. Marvel. Han sido más de cincuenta números con los que la guionista ha dado forma a un personaje que se ha ganado un sitio en la Marvel actual, gracias a unas historias creíbles, entrañables y a su vez interesantes. El personaje de Kamala Khan es el Peter Parker de esta generación de nuevos lectores de cómics: una chica joven, amiga de sus amigos, que hace frente a una vida de justiciera desde la inexperiencia. A lo largo de todos estos números la hemos visto enfrentarse a amenazas superpoderosas, encontrare como un elefante en una cristalería al colaborar con otros famosos superhéroes, e incluso formar parte de supergrupos de adolescentes como los Campeones. Pero todo llega a su fin y, en palabras de la propia autora, temía caer en la comodidad y empezar a hacer historias repetitivas. De hecho, es la única pega que le he puesto en mis últimas reseñas a la serie: que la serie parecía mostrar indicios de conformismo y de que en cualquier momento podía empezar a caer en lo repetitivo de las tramas. Pero la decisión, tanto de Willow Wilson como de la editora Sana Amanat, de abandonar la serie antes de que eso sucediera las engrandece aún más si cabe.


En este último tomo vamos a tener además el número 50 de la serie, un número especial en el que colaboran un nutrido grupo de autores diferentes. ¿Cómo? Pero si dice la ficha que son los números 31 a 38. Ya, pero a esos hay que sumar los 19 números del volumen anterior, antes de la renumeración de la serie a raíz de las Secret Wars de Hickman. Para ese número G. Willow Wilson y Nico León se rodean de Saladin Ahmed, Rainbow Rowell o Hasan Minhaj y de Gustavo Duarte, Bob Quinn y Elmo Bondoc, que hacen pequeñas historias dentro de un número en el que Kamala monta una fiesta de pijamas con sus amigas, aunque esta se verá continuamente interrumpida por sus responsabilidades superheróicas.

Tras ese número de extensión ligeramente superior, comienza un interesante arco de cuatro números con el que la guionista hace una de las historias más interesantes que ha escrito para la colección. Kamala comienza a estudiar, con la ayuda de su inseparable Bruno, la naturaleza de sus poderes. El estudio provoca algún que otro contratiempo, que se verá complicado tras el ataque del Conmocionador en Jersey. Una historia en cuatro números que, además de suponer un enfrentamiento bastante divertido en el que Wilson se inclina hacia la versión de Nick Spencer del villano, hace un estudio muy poco habitual sobre la naturaleza de los poderes de la joven. Y es que los lectores de muchos años aceptamos este tipo de poderes sin presentar demasiadas pegas, aceptamos que, en este caso, la chica sea capaz de estirarse o crecer o menguar, pero sin reparar en la coherencia científica de las habilidades. Incluso en el propio cómic hacen cierta crítica sobre cómo aceptamos este tipo de cosas (el típico chiste sobre los pantalones de Hulk), y me parece que la explicación de los poderes y su funcionamiento es realmente interesante.


Los últimos números del tomo son historias bastante locas y divertidas que cimentan ese lado joven y alocado de la heroína y sientan las bases de lo que debe tener toda historia con Kamala al frente. Por muy extravagante que sea el problema al que se enfrente (el del último número lo es, y mucho) vamos a ver a una adolescente enfrentarse a él como haría una adolescente, y eso es algo que nunca se debe pasar por alto en esta colección. Así ha conseguido esa combinación entre cómic costumbrista o incluso de shojo manga, mezclado con un cómic de superhéroes más al uso. A partir de ahora tendremos a Saladin Ahmed como guionista, acompañado de Minkyu Jung. Ambos participan en la última historia, y la verdad es que no pinta mal, creo que pueden traer un aire fresco a la serie que va a venirle muy bien. Ya tenemos en tiendas el primer número en grapa de la nueva serie, por lo que no vamos a tener que esperar demasiado para comprobarlo.

En cuanto al dibujo, tengo que reconocer que Nico León me ha acabado convenciendo, a pesar de que Alphona dejó el listón muy alto en los primeros números de la serie. Su dibujo encaja muy bien con el tono de la serie, y es algo que destaca aún más en esos números Frankesntein (el primero y el último del tomo) en los que la historia va cambiando de dibujante cada pocas páginas. Son números especiales en los que se le perdona el continuo cambio, pero que además sirve para comprobar cómo funciona la serie en otras manos.


En definitiva, Ms. Marvel: Sólo una noche.

Un tomo con el que se cierra una gran etapa de un personaje que se ha hecho hueco en la Marvel actual con todo merecimiento. Una colección fresca, con un personaje divertido y que conecta bien con los más jóvenes. Además, trata con muchísima naturalidad la diversidad cultural y aporta un toque de color, desde el respeto y la normalización. Si algo me gusta de esta serie es la sensación de que no me están metiendo con calzador un personaje que es diferente (en raza, orientación sexual o cultura), sino que dicho rasgo característico es algo secundario. Mérito de la guionista, que indica el camino de cómo se debe tratar la normalización en el cómic.

Lo mejor: La explicación de los superpoderes de Kamala. El saber dejar la serie a tiempo por parte de Wilson.

Lo peor: El miedo a que la serie pierda esa chispa que la hacía tan diferente con la entrada del nuevo equipo.