A nadie le resulta extraño que esta iniciativa con los monstruos de Universal comenzara con Drácula, no podía ser de otro modo. Sin embargo, elegir como segunda entrega ¡El monstruo de la laguna negra vive! resulta bastante más sorprendente. Sintiéndolo mucho por sus fans, esta criatura de aspecto anfibio es sin lugar a dudas el patito feo de entre todo lo que había para elegir.
No se trata de una valoración personal, sólo hay que ver que se han hecho montones de remakes modernos del mismo Drácula, de Frankenstein, el Hombre Lobo o la Momia, pero cada intento con el monstruo de la laguna ha terminado en fracaso. Más allá de un par de secuelas en los años inmediatamente posteriores a la original de Jack Arnold, los múltiples intentos de rescatar el concepto — que no han sido pocos — han naufragado uno tras otro.
Pero antes de que los fans de este bichejo abandonen indignados la lectura de esta reseña, que sepan que no están solos. Hay dos señores en Londres llamados Ram V y Dan Watters que, en cuanto Skybound contactó con ellos, sin saber siquiera cuáles eran los personajes disponibles, pidieron ellos mismos sin dudar un momento el monstruo de la laguna negra. Esta es la primera vez que ambos firman un cómic al alimón, pero no es la primera vez que trabajan juntos. Ya se los pudo ver compartir cabecera en Detective Comics, donde Watters hacía las historias de backup mientras que Ram V se encargaba de las principales. Los dos también residen en la capital británica y parecen haber hecho buenas migas, ya que en los USA ahora mismo colaboran con The One Hand y The Six Fingers, dos series limitadas escritas cada una por uno de ellos, que abordan una misma historia desde dos ángulos.
De entre los dos, tal vez es más conocido en España el nom de plume tras el que se presenta Ramnarayan Venkatesan, tanto por sus aportaciones al mainstream con Catwoman o La cosa del pantano, como por trabajos más personales, como Las muchas muertes de Laila Starr. Sin embargo, Dan Watters se va ganando su hueco con títulos como Lucifer, Homesick Pilots o Ciudad Arkham, a la espera de que comience a publicarse su Nightwing o bien a alguien le dé por traer The Seasons Have Teeth o recuperar su Coffin Bound.
Tal vez aún más desconocido por nuestros lares es el dibujante Matthew Roberts, que solo tiene publicada en castellano una historia dentro de aquel olvidado Battle Pope con Robert Kirkman. El motivo de esto es que permanece absurdamente inédita Manifest Destiny, la loquisima reinterpretación en clave fantástica de la expansión de Estados Unidos, que compartía en Image con Chris Dingess.
También es curiosa la elección de planteamiento de los autores para Monstruos de Universal: ¡El monstruo de la laguna negra vive! Al contrario de lo que sucedía en Drácula, no estamos ante un retelling o una reinterpretación de la historia original, sino que nos brindan esa secuela moderna de la que el cine le ha privado.
En esta ocasión nos llevan tras los pasos de la periodista estadounidense Kate Marsden en la jungla amazónica peruana, que sigue a su vez los de un asesino en serie con el que ya tuvo un encontronazo en el pasado. El vínculo con la película original, además de por la criatura, vendrá de la mano del personaje del Dr. Edwin Thompson, interpretado en su día por Whit Bissell, que sigue aún a la caza del monstruo anfibio.
Y con esta excusa, recurren a algunas de las claves esenciales del concepto original para darnos un relato donde las obsesiones, los miedos y la oscuridad interior son los protagonistas. No hay que dar muchas vueltas para atar cabos entre las oscuras profundidades subacuáticas y un ámbito más psicológico. De hecho, tampoco sería descabellado ver similitudes entre el concepto del monstruo de la laguna negra y algunos aspectos de la literatura de H.P. Lovecraft. Ambos nos hablan de los horrores ocultos, hay cierta semejanza física con los profundos lovecraftianos y ambos comparten también el curioso hecho de que tal vez han resultado más relevantes en la cultura pop por sus derivados e influencia que por las obras originales.
Podríamos hilar esta historia incluso con Moby Dick para poner de nuevo en el mismo saco las aguas, en este caso del mar, y las obsesiones y tinieblas de la psicología humana. Pero es que Ram V, Watters y Roberts no tratan de reinventar nada, sino de tomar un mezcla de referencias que permita rescatar los valores básicos de la película de Jack Arnold y darles una puesta al día en una historia más acorde con la sensibilidad de contemporánea, donde incluso podríamos llegar a ver tintes de Depredador o incluso Narcos.
Y quizá uno de los mayores méritos de Monstruos de Universal: ¡El monstruo de la laguna negra vive! es también la mayor pega que podemos ponerle. En este batiburrillo de referencias, los autores nos llevan a Perú, pero lo mezclan con mitos aztecas y una trama de narcos en lo que al final es una sudamérica genérica, que solo nos cuela en clave del pastiche que nos proponen.
Y es que tal vez pueda tratarse simplemente de un descuido, pero no terminaría de encajar con el mimo y buen hacer con el que está resuelta toda la historia. Y en este aspecto también destaca la labor de Matthew Roberts y los coloristas Dave Stewart y Trish Mulvihill. Roberts es uno de esos dibujantes con esa especie de trazo danzarín que pareciera salir solo y de manera descuidada, pero tremendamente preciso y tal vez mucho más meditado de lo que parece. Podríamos ubicarlo en la onda de Ramón K. Pérez, Jason Latour o incluso Sean Murphy. Sin embargo, no hay en sus dibujos — con predominio absoluto del trabajo de línea — una masa de negro o una textura que esté ahí de forma arbitraria.
Igualmente equilibradas son sus diagramaciones o sus diseños y actings, cargados de una cierta dosis de serena caricatura más acorde a lo que veríamos en autores europeos. El resultado es equilibrado y profesional, sin estridencias… y completamente buscado. La trampa de Roberts es buscar esta serenidad y este equilibrio durante todo el tebeo para que, en esos pocos y muy determinados momentos en los que se rompe, el efecto logre toda la intensidad que precisa.
No podría ser, de todos modos, este Monstruos de Universal: ¡El monstruo de la laguna negra vive! una puesta al día integral si no aprovecharan también para dejar ciertas ideas de concienciación ecológica y tenue denuncia social para terminar de completar lo que bien podrían ser los cimientos bajo los que abordar a día de hoy ese eternamente postergado remake cinematográfico. Parece ser que flota por ahí un nuevo proyecto con James Wan al frente, pero mientras esperamos para ver si no termina de nuevo hundido en las profundidades, tenemos este tebeo para ir haciendo boca.