Hoy nos toca hablar de uno de los cómics más inesperados de 2024. Mind MGMT es una de las más conocidas series de Matt Kindt, y con un cierto renombre en el mercado independiente estadounidense. Tanto es así que los derechos audiovisuales de esta serie de 36 números, publicada originalmente entre 2012 y 2015, han sido comprados en un par de ocasiones. Y, como suele ocurrir con muchos títulos indies, está inédita en castellano. La gran sorpresa es que en 2022 salió Mind MGMT: Bootleg, una secuela de la serie original, que Astiberri se ha lanzado a publicar en castellano.
La idea de editar una secuela de la que no hemos leído la primera parte es, cuando menos, extraña. Pero la verdad es que tiene un cierto sentido. Por un lado, hay que reconocer que Matt Kindt, como autor completo, no es precisamente un superventas en España, y fuera de sus trabajos de franquicia, sólo hemos visto en castellano tres obras suyas, publicadas entre 2009 y 2012. Pero además, en Edición Pirata tenemos dos dibujantes que sí tienen un notable tirón, y son nombres que venden tebeos por su mera presencia: hablamos de David Rubín, uno de los autores más icónicos del catálogo de Astiberri, y Jill Thompson. Si además tenemos en cuenta que en Edición Pirata nos vamos encontrando con pinceladas de información de qué es Mind MGMT, de cómo acabó la serie original y cómo hemos llegado a este punto, la lectura es razonablemente comprensible. Sí, por supuesto, nos quedamos con la sensación de que no tenemos la imagen completa ante nosotros, pero lo que nos están contando lo vamos a poder entender todo.
Mind Management es (era, más bien) una agencia gubernamental de espías con poderes psíquicos. Años atrás, un agente suyo perdió el control de sus poderes y acabó provocando una masacre entre los habitantes de la población civil de Zanzíbar. Y a raíz de ese suceso, Mind MGMT fue desmantelada. Siete años después, alguien está intentando recrear la agencia. Y los primeros candidatos a agentes están relacionados con su final: son los cuatro supervivientes de la masacre de Zanzíbar. A lo largo de los tres primeros números, cada uno dibujado por un artista diferente, conoceremos a un agente nuevo, y en el cuarto se resolverán las tramas. Además de los mencionados Rubín y Thompson, tenemos a Farel Dalrymple (Omega el desconocido, Jenny Finn) y Matt Lesniewski (en su primer trabajo publicado en castellano), dando cada uno un estilo diferente a cada número tanto en lo visual como en lo narrativo. Todo ello sirve para aumentar la sensación de extrañeza de los guiones de Kindt, que mezclan las páginas de cómic con guiones de páginas inexistentes, proyectos para series de televisión nunca -de momento- rodadas y otros cómics supuestamente transmedia. Todo ello nos da una mezcla en la que el lector tiene la sensación -medida y buscada- de no saber todo lo que está pasando constantemente. La verdad es que, para ser una segunda parte de una serie que no hemos leído, es extrañamente absorbente y nos enteramos más de lo que podríamos esperar.
Me acerqué a esta lectura con un cierto recelo, no lo puedo negar. Al hecho de no conocer de dónde venía la historia, se une que Matt Kindt es un autor que, aunque ha firmado joyas como Cosmic Detective o Ether, también tiene obras con las que no he terminado de conectar. Pero la sensación final que me ha dejado Edición Pirata es de curiosidad. De que esta historia me ha gustado aún no teniendo todas las piezas, pero quiero saber más. Así que si algún día Astiberri se decide a publicar la primera serie de Mind MGMT, me lanzaré a por ella sin pensármelo dos veces. Aunque ya sepa cómo termina.