Bueno, pues se acabó lo que se daba. Con la publicación por parte de Moztros del quinto volumen de “Mighty Morphin”, finaliza en nuestro país la fase dos del Universo Power Rangers que Boom! Studios lleva editando desde hace una década. En total han sido diez entregas, repartidas entre esta cabecera y la de “Power Rangers” a secas, en la que el equipo de la Tierra y el equipo galáctico se han metido de lleno en la guerra contra los Empyreals, raza que aspiraba a conquistar todo el cosmos.
Los Rangers se toman un merecido descanso
Como ya advirtió Moztros cuando anunció la planificación de esta fase, los últimos tomos han incluido episodios de ambas cabeceras. En esta entrega podemos disfrutar de los números 21 y 22 de “Power Rangers” y “Mighty Morphin”, además de un par de especiales de la antología “Power Rangers Unlimited”. Ahora bien, el material aquí reunido es mucho más sosegado, pues los guionistas Ryan Parrott y Mat Groom se sirven de estas páginas para cerrar cabos y barrer un poco la casa de cara a la siguiente macro aventura de los Rangers.
Esto no quita para que no sean unos números muy interesantes en los que los autores también aprovechan para desarrollar las tramas de carácter más humano y emotivo. En el apartado más fantasioso nos encontramos a los Omega Rangers, que deben recuperar la Mega Astronave (me encanta lo rimbombantes que son algunos nombres) de sus enemigos de cara a calibrar mejor la balanza de poderes.
Sin embargo, los mejores momentos de este último volumen llegan cuando el equipo de escritores se para a evidenciar algo que muchas veces se olvida, dado el tono de la serie. Y es que, pese a todo, los Power Rangers son esencialmente un puñado de adolescentes de Angel Grove.
Me ha gustado mucho la reflexión que se realiza sobre el precio de ser un Ranger y dedicar tu vida a un propósito mucho mayor e importante que uno mismo. La exploración que se hace sobre la pérdida, el dolor o el remordimiento, usando como vehículo el hecho de que uno de los protagonistas ha estado ausente cuando más lo necesitaba un miembro de su familia me parece que es acertada, realista y también cruel. Pero es que así es la vida.
Parrott explora muy bien los terrores de los personajes y la forma en que sobrellevan la presión de tener el destino del universo en sus manos. Un compromiso que no está exento de miedos, como el de Kimberly cuando obtiene unas visiones del futuro venidero y decide tomar cartas en el asunto para hacer de los Power Rangers una fuerza más poderosa si cabe.
Otro detalle que merece la pena mencionar es que tras la Guerra Empyreal el universo es mucho más grande para Trini, Zack, Billy, Jason y compañía. El conocimiento de que hay otros grupos de Power Rangers ahí fuera o que hay más seres dignos de recibir una moneda de poder enriquece sobremanera el potencial de las historias de la franquicia.
A nivel artístico, los títulos de los Power Rangers siguen rodando a un nivel bastante alto con el buen hacer de Marco Renna y Moisés Hidalgo a los lápices. Con una marcada influencia manga, los dibujantes tienen un estilo fresco, vistoso y muy dinámico, sin hacer gala tampoco de grandes alardes. Pero cumplen con su cometido, que no es poco.
A modo de extras, la edición de Moztros incluye un extenso portafolio de portadas alternativas y una guía de lectura principal con las dos fases publicadas hasta el momento de Power Rangers.
Esperemos que Moztros no tarde en anunciar la tercera fase. Aunque me temo que, conociendo sus planes para el primer semestre de 2024, ésta no llegará hasta el verano como pronto.
