Tras su descacharrante versión gore de El mago de Oz , I hate Fairyland , Skottie Young vuelve a una historia que parece que le tiene especialmente obsesionado. Sí, se podría decir que este Middlewest 1 que nos trae Norma Editorial es otra libre adaptación del famoso relato de Frank L. Baum, al menos en espíritu: vuelven a contarnos el viaje de un niño acompañado de su mascota y todos los personajes y criaturas que se irán cruzando en su camino. La diferencia radica en el tono empleado, puesto que aquí Young tira de un tono gótico y sobre todo, de muchísima metáfora, para contarnos algo diferente. Radicalmente.
El joven Abel vive con su padre en un pueblo del Medio Oeste americano, después de que su madre les abandonara. Su padre trabaja mucho para sacarlos adelante, pero vive con el resentimiento de haber sido abandonado y culpa en parte a su hijo por la huída de su esposa. Un día, un tormenta arrasa el pueblo, y Abel tendrá que alejarse todo lo que pueda de ella, acompañado de un zorro parlante.
Realmente cuanto menos se sepa de la premisa, creo que es mejor. Basta con decir que se trata de un cómic que deja con la sensación de que nada es lo que parece. Estamos ante una obra con una ambientación realista, en un pueblo de ese Medio Oeste que da nombre a la serie, y los conflictos de una familia donde el rencor acumulado comienza a derrumbar sus pilares… pero a la vez vamos a ver animales parlantes, magos, y robots. Young plantea una historia fantástica, en la que el zorro que le acompaña actúa como la conciencia del pequeño, y en la que la ira de Abel y su padre desatan tormentas…
A diferencia de I hate Fairyland, lo fantástico queda como en segundo plano, como asumiendose normal. Nadie se sorprende de ver a un troll en un puente, o a animales que hablan. Young pone el foco en otras cosas, no se deja llevar por un derroche de fantasía, sino que vamos a ver algunos elementos constantes, sin importancia, y que tal vez acaben siendo meros elementos decorativos, pero da la sensación de que son pequeñas pistas de lo que nos deparan los siguientes números de la serie. Me estoy refiriendo, por poner un ejemplo, a esos depósitos de líquido rosa fluoresecente que sirven para dar energía, desde la caravana donde vive Abel con su padre en Farmington hasta el robot del circo.
Me ha sorprendido el dibujo de Jorge Corona, con un estilo con ciertas similitudes al del propio Skottie Young, aunque sin un tono tan exagerado. Es un dibujo muy cartoon, con esos diseños de casas asimétricas, con muchas instalaciones y depósitos encima, cuadros incontables en las paredes… y además cuenta con el colorista habitual de Young, Jean-François Beaulieu, lo cual hace que los que aquellos despistados que acudan a esta obra, atraídos por ese estilo tan peculiar del aquí guionista, no vayan a irse completamente defraudados al abrir las páginas del libro, puesto que el aspecto gráfico es muy similar a lo que cabría esperar si hubiera sido obra completa de Young.
El trabajo de Beaulieu me ha gustado especialmente. Es cierto que sienta bien a las obras del dibujante de Little AvX o Mapache Cohete, con esos paletas pastel y esos neones que lucen como con pocos, pero es que aquí estamos ante una obra oscura, en la que el colorista busca los contrastes en ciertas viñetas de impacto, y la iluminación tiene especial relevancia. Está mucho más contenido que en otros trabajos. Es el principal culpable, también, de que nos llame tanto la atención ese líquido rosa que parece ser la fuente de energía de este mundo.
En definitiva, Middlewest 1 es una obra que puede dejar una sensación de déjà vu a los aficionados al trabajo del autor americano, con el que hemos visitado el mundo de Oz y su contrapartida bestia Fairyland, pero que aquí plantea un viaje mucho más maduro, sin abandonar en absoluto la fantasía y la aventura. Un trabajo que deja ganas de más, y pone al lector sobreaviso de que puede tratarse de una historia muy simbólica en la que estemos acompañando al pequeño Abel por su propio mundo interior. La serie ha concluido en su número 18 y se ha editado en tres TPBs en EE.UU. por lo que la edición de Norma no debe hacerse esperar mucho para verla completada en nuestro país.
Lo mejor: El tono tétrico de la historia. El dibujo de Corona a modo de «Young contenido» y el color de Beaulieu.
Lo peor: Lo mismo al final todo ese rico mundo en segundo plano no deja de ser un decorado, ya veremos…