Es la hora de las tortas!!!

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Mega 3: La danza de los chacales, de Salvador Sanz

Mega 3: La danza de los chacales, de Salvador Sanz
Guion
Salvador Sanz
Dibujo
Salvador Sanz
Formato
Cartoné, a color, 120 páginas
Precio
28 €
Editorial
Tengu Ediciones. Febrero 2025
Edición original
Mega 3

¿Verdad que os da rabia cuando una serie que os gusta mucho termina? Así me siento ahora mismo al acabar de leer la tercera entrega de “Mega”. Tengu Ediciones ha publicado los tres volúmenes de los que se compone la obra en un tiempo récord, de manera consecutiva, con una cadencia mensual. Así, sin casi darnos tiempo para asimilar la obra, hemos sido testigos del desenlace de esta gran batalla entre seres colosales.

Tengo que quitarme el sombrero ante Salvador Sanz. El artista argentino, lejos de querer conformarse con ofrecernos la enésima variable del género Kaiju, ha ido mucho más allá. Sí, hay monstruos gigantes. Sí, también hay enormes batallas entre estos seres colosales. Sin embargo, al final, el uso de estas criaturas no era más que el vehículo para contar una historia de terror cósmico al más puro estilo Lovecraft.

Sanz ha construido un pequeño universo de la nada. En “Mega” se nos cuenta que una raza de primigenios llamados “Chacales” perdieron la guerra contra los “Longevos”. Estos últimos usaron el centro de la Tierra y sus grandes océanos como prisión para los derrotados, que habían permanecido latentes hasta que alguien ha querido despertarlos.

La historia de “Mega” ha sido narrada a lo largo de tres álbumes cuya intensidad y calidad ha ido aumentando de manera progresiva hasta el explosivo clímax. En el último tercio de “La danza de los Chacales”. Sanz se saca de la manga un fuego de artificio para dotar a la obra de un halo de trascendencia, saliendo muy bien parado de este experimento.

El final de “Mega” también sirve para cerrar el círculo que se abrió en la primera entrega con la pequeña Nina, su padre y su abuelo desaparecido. En todo momento, Sanz ha querido destacar el papel de esta desestructurada familia. Su presencia ha sido fundamental para aportar dramatismo y algo de calidez al conjunto. Además, ellos ejemplifican lo insignificante que puede ser el ser humano ante la aparición de estos dioses antediluvianos, para los que apenas suponemos un parpadeo por lo fútil de nuestra existencia.

Otro detalle que nos lleva a darnos cuenta de cómo la obra ha sido cuidada hasta el extremo, lo encontramos en el diseño de las criaturas. Tanto el propio Mega, como el resto de los monstruos, no se parecen a nada que se haya visto antes.  Os lo dice alguien que ha visto todas las películas de Godzilla y un buen número de sucedáneos. La fisionomía y el aspecto de los monstruos responden a una mitología propia, creada por Sanz para la ocasión (aunque se puede apreciar cierto gusto por el trabajo de H.G.Giger), en la que huye de la habitual pinta reptiliana que suelen tener las historias de este tipo.

Al igual que en los anteriores tomos de “Mega”, cuando llega el momento de las tollinas, Salvador Sanz prescinde de los cuadros de texto y de cualquier bocadillo para dejar paso a un mudo ballet de furia y destrucción entre los monstruos. La carencia de diálogos, además de servir para centrarnos en exclusiva en la perturbadora belleza de las imágenes, también deja entrever que los contendientes pueden estar comunicándose a un nivel muy por encima de nuestra comprensión.

La edición de Tengu es superlativa, tal y como nos suele tener acostumbrados el pequeño sello español. Gran tamaño, papel de alto gramaje, cinta de lectura y relieve el título. Es cierto que es un poco caro, pero la historia merece la pena.