Nuestro compañero del podcast Ángel Ruiz ha podido echar un vistazo a los primeros siete capítulos de la nueva serie de Netflix Marvel’s Luke Cage, y aquí os dejamos sus impresiones:
Primero nos dejaron boquiabiertos con Daredevil. Después llegó la notable Jessica Jones. Y próximamente tendremos Luke Cage, la tercera serie producida por Netflix dentro del Universo Cinematográfico Marvel. Ya nos presentaron al personaje en la primera temporada de Jessica Jones y, en lo que a mi respecta, las sensaciones no pudieron ser más positivas. Reconozco que he leído muy poco de Luke Cage en cómic, así que mi conocimiento del personaje es limitado. Pero tras sus apariciones en Jessica Jones me quedé con muchas ganas de ver su propia serie. El Señor Netflix ha tenido la amabilidad de ofrecernos una preview de los primeros episodios de Marvel’s Luke Cage, así que voy a contaros las primeras sensaciones que me han producido.
La serie, que se estrenará el próximo 30 de septiembre, consta de 13 episodios de una hora. El creador y showrunner de la serie es Cheo Hodari Coker, productor de Ray Donovan, Almost Human y NCIS: LA, entre otras. Como segundo al mando tenemos a Jeph Loeb, como viene siendo habitual en los productos Marvel para televisión.
Lo primero que podemos comentar son los aspectos técnicos de la serie. Una vez más nos encontramos ante un producto muy cuidado, donde todos los detalles de producción están tratados con mimo. Fotografía, vestuario, dirección, escenarios, efectos especiales… todo está al nivel de la mejor televisión del momento. La serie transcurre casi íntegramente en Harlem, y se nota el gran trabajo que han hecho por transmitir al espectador el ambiente único de este famoso barrio neoyorquino. A destacar también la música de la serie, con una representación de un montón de estilos de origen afroamericano: soul, blues, rock, rap… Además, al más puro estilo Treme, veremos a muchos cantantes interpretando sus propios temas en escena.
Aunque no sea ya una sorpresa en los productos de Netflix, cabe destacar el trabajo de todo el reparto, en especial el de Mike Colter como Luke Cage y el de sus dos antagonistas principales, Mahershala Ali (Cornell “Cottonmouth” Stokes) y Alfre Woodard (Mariah Stokes). La buena impresión que nos dejó Colter en Jessica Jones se confirma. Su presencia en pantalla es imponente y cumple sobradamente en las escenas de acción. Tras verlo aquí, resulta imposible imaginarse a cualquier otro actor como Luke Cage. Por su parte, Ali y Woodard nos ofrecen unos personajes tridimensionales, con unas motivaciones bien construidas que poco a poco vamos descubriendo según se suceden los capítulos. Como sucedió con el Kingpin de Daredevil, los guionistas se han preocupado de construir unos villanos por los que podamos sentir cierta empatía.
La trama me ha recordado bastante al noir moderno de autores como Ed Brubaker o Brian Azzarello. Historias con cierto sabor al cine negro clásico, ambientadas en la actualidad y, en este caso, con una pizca de superpoderes. Sin entrar en spoilers, la serie nos cuenta la historia de un hombre que, intentando huir de su pasado, acaba convirtiéndose en el héroe de Harlem. El clásico enfrentamiento entre el débil y el poderoso, aunque aquí el débil está representado por un ser indestructible. Curiosa paradoja.
Si bien Luke Cage es una serie con buenas secuencias de acción, tampoco esperéis un nuevo Daredevil. Veremos a Luke usar sus poderes a menudo, mucho más que a Jessica Jones, aunque quizá no tanto como a algunos nos gustaría. La acción cumple con creces; son secuencias bien realizadas aunque no alcanzan el nivel de la serie de Matt Murdock. Tampoco es una serie tan centrada en la psicología interna de su protagonista. Luke Cage es un personaje con traumas y conflictos internos que se exploran a lo largo de la serie, pero no se hace de una forma tan marcada como en Jessica Jones.
La serie arranca con un ritmo pausado. Los dos primeros episodios pueden hacerse un poquito pesados, ya que dedican mucho tiempo a presentar a todos los protagonistas, y a ir perfilando los motores de las tramas y el entorno en el que transcurren. Sólo al final del segundo episodio tendremos el cuadro completo y veremos hacia dónde apunta la historia. El ritmo va aumentando a partir del tercer episodio, con un mayor número de escenas de acción, y a partir de ese momento la serie ya me tenía totalmente atrapado.
En definitiva, Netflix nos vuelve a ofrecer un producto televisivo más que notable, una serie con una calidad que hace unos pocos años ni soñábamos para una adaptación a televisión de un personaje Marvel. No os la perdáis.