Bienvenidos un jueves más a MarvelManía, la sección de La Casa de las Ideas por excelencia.
No todos los que leáis este artículo tenéis que estar familiarizados con el mundo del balompié, el “jurgol”. Sin entrar en polémicas Madrid-Barca hay que constatar que Alfredo Di Stéfano fue una de las figuras más importantes en la historia del club blanco, quizás su figura más importante. Gracias a él, el Real Madrid conquistó Copas de Europa (Ligas de Campeones), Ligas y Copas de España además de llevar al Real Madrid a lo más alto de Europa y del mundo. Pero su tiempo pasó y ahora, por todo lo que ha sido y por lo que es, tiene un puesto decorativo en la institución madridista que es ser Presidente de Honor.
Di Stéfano fue el jugador más representativo del Madrid y por tanto su legado debe seguir vigente. Con Claremont pasa algo similar. Claremont, después de Stan Lee, según mi opinión, ha sido el guionista más importante que ha tenido Marvel. No el mejor, pero sí el más importante. No hace falta ensalzar su figura diciendo que no sólo revitalizó la franquicia mutante hasta convertirla en la serie más vendida de la historia, sino que además el cómic actual de superhéroes no se entendería sin su figura. Ojo, no estoy diciendo que el actual, el cómic del siglo XXI sea mejor gracias a Claremont, estoy diciendo que sin su participación, el cómic que leemos hoy en día sería diferente.
Por todo ello y por más circunstancias que vengan o no al caso (no las plasmo en el blog por tiempo de realización y espacio físico limitado), creo que Claremont debe tener un trato de favor en La Casa de las Ideas tal y como tiene Di Stéfano en el Madrid. Ahhh, espera, si ya lo tiene. Pasemos a comentarlo.
Después de que en 1991 Claremont se viera forzado a dejar Marvel a favor de Jim Lee, en una de las decisiones más vengonzantes de la historia de la compañía, ha intentando regresar a la Patrulla-X con más desatinos que aciertos. No conozco a ningún otro autor (ni siquiera Byrne) con tantas y tantas y tantas oportunidades como Marvel le está concediendo al bueno de Chris.
Primero volvió después de la etapa Lobdell pero lamentablemente sus guiones no fueron una revolución, solo mediocres. Se le dio la posibilidad de hacer una nueva colección sin tantas presiones de los editores titulada X-Treme X-Men pero finalmente la serie tuvo que cerrar por flojas ventas. Aún recuerdo el artículo de Julián Clemente en el primer ejemplar donde decía que “X-Treme X-men se lee como la verdadera Patrulla-X”. En fín.
Tras una época tranquila posterior en Uncanny, tuvo que dejar los guiones a Brubaker al ver que la franquicia se moría por inacción. Claremont, lamentablemente, estaba fuera de lugar. Desde Marvel no sabían que hacer con el autor inglés y le dieron la colección de New Excalibur (otro fracaso de ventas) para luego ocuparse de New Exiles dónde nuevamente la colección ha cerrado por falta de lectores.
Supongo que es por todo lo que ha dado a la editorial o porque siguen creyendo en su persona, pero el otro día me enteré gracias a mis compañeros de Es la hora de las tortas!!! (pincha aquí) que Marvel le vuelve a dar a Claremont dos nuevos proyectos mutantes. Una es la secuela de una miniserie y la otra una colección regular titulada X-Men Forever que retoma sus guiones dejados en 1991 como si nunca se hubiera ido de Marvel y como si estos 18 años de historia mutante nunca hubieran existido.
Total, no sé si finalmente esto llegará a buen puesto, si tendrá éxito o si será otra cagada más de Marvel, pero de lo que sí estoy seguro es de que Claremont es como el Presidente de Honor del Madrid, le mantienen por lo que ha sido y por lo que representa para la institución. Para los puntillosos, Stan Lee sería un equivalente a Santiago Bernabéu.
Espero que os haya gustado el paralelismo entre el cómic y el fútbol seáis del equipo que seáis (si es que os gusta el fútbol).
Próximo jueves nueva entrega de MarvelManía en EsLaHoraDeLasTortas.