Era de los pocos que faltaba hasta el momento, pero Slott sabía que tenía un filón por aprovechar… Con Marvel Saga Spiderman Superior 43. El veneno superior tenemos el enfrentamiento entre dos viejos enemigos, solo que… las cosas han cambiado bastante desde su último encuentro. Ni el simbionte está colonizando al bueno de Eddy Brock, sino que tiene como huésped a Flash Thompson; ni este Spiderman es el Peter Parker de siempre, sino que tiene la mente de Otto Octavius dirigiendo al cuerpo del amistoso vecino superhéroe. Panini ha editado en este tomo el arco El veneno superior que tiene lugar en los números 22 a 25 de la serie, e incluye el primer anual de la cabecera y el número 26, un número que cabalga a medio camino entre el epílogo del arco anterior y el prólogo del siguiente.
En el anual con el que abre el tomo tenemos a Apagón, la segunda encarnación del villano, que fue creado por Howard Mackie para la colección del Motorista Fantasma en los 90, y que cuenta con el dudoso honor de haber servido de inspiración para el villano de la infame Ghost Rider: Espíritu de Venganza. El villano realmente es lo de menos, puesto que el anual, que está escrito por Christos Gage y dibujado por Javier Rodríguez y Álvaro López, se centra en la premisa del peligro al que expone Peter a sus seres queridos y especialmente a su Tía May. Aprovecha el autor para repasar un poco la relación en el tiempo de May con Octavius, y casi «disculparse» por aquella trama de la boda planteada por Gerry Conway. Pero Gage muestra a un Spiderman Superior implacable y despiadado, que en lugar de verse obligado a exprimir su ingenio para poner a salvo a sus seres queridos, usa una táctica de absoluto bulldozer.
Javier Rodríguez comenzó a despuntar como dibujante en el mercado americano precisamente a partir de estos números. Hasta el momento había centrado su carrera en su faceta de colorista, con bastante éxito, pero precisamente a principios de la década de los 2010, comienza a añadir lápices. Venía de colaborar con Mark Waid en su aclamada etapa en Daredevil y posteriormente se haría cargo de la exitosa Spider-Woman junto a Dennis Hopeless. A pesar de algunas críticas absurdas iniciales, poco tardó en conseguir el consenso de público y crítica por su estilo novedoso y valiente. Rodríguez recurre con frecuencia a esas rejillas de 16 viñetas que utiliza tanto unitariamente como combinando varias de ellas. Ese estilo tan fresco destaca mucho más gracias a su buena conexión con el entintador Álvaro López y a la experiencia del propio Rodríguez en el color. Sorprende continuamente con unas combinaciones de colores inesperadas con esas paletas rosas, amarillas y azules o usando fuertes contrastes en escenas con paletas monocromas para buscar el impacto visual y dirigir la atención intencionadamente.
El arco principal del tomo se centra en el encuentro entre el simbionte Veneno con este Spiderman Superior. Slott aprovecha bastante bien la historia, no solo para mostrar las diferencias que hay cuando es Octavius el que se enfrenta a este enemigo, sino que comienza poco a poco a mostrar que tiene el desenlace de toda esta trama en mente, y cada vez más gente de su entorno sospecha que hay algo que no termina de encajar. Es cierto que la trama de este Spiderman Superior comienza a mostrar signos de desgaste y tal vez no sea una mala idea el irse por la puerta grande. Este arco está dibujado al completo por Humberto Ramos. El último número del tomo, como decía al principio, sirve como desenlace del arco en cuanto a la relación de Spidey con Los Vengadores, pero sirve también de punto de arranque del siguiente arco: Nación Duende, donde todos estos duendes que se han ido acumulando llevan su conflicto a las últimas consecuencias, con algunas identidades aún por confirmar entre ellos.
Poco que añadir al trabajo al que nos ha tenido acostumbrados Ramos en estos números anteriores, pero sí merece la pena comentar un poco el número 26, en el que tienen lugar tres escenarios narrativos diferentes: uno con lo que está sucediendo entre los duendes, a cargo de Humberto Ramos; uno en el que Spidey se enfrenta a los Vengadores, dibujado por Javier Rodríguez; y uno que tiene una ambientación más onírica (y hasta aquí puedo leer), del que se encarga Marcos Martín. Estilos bien diferentes, que sirven para ambientar esos tres escenarios y que encajan mucho mejor de lo que cabría pensar inicialmente si a uno le dicen que estos tres dibujantes van a compartir páginas dentro de un número, especialmente con lo que respecta a Ramos, el autor con un estilo más distinto. Eso convierte un número aparentemente de transición en una lectura muy interesante.
En definitiva, Marvel Saga Spiderman Superior 43. El veneno superior marca el comienzo del fin, y lo hace pudiendo decir con la cabeza bien alta que ha tocado todo lo que había que tocar. Todo lo que uno puede desear de una etapa en la que Otto Octavius está en la cabeza de Peter Parker está contenido en esos 31 números (33 si contamos los de Spiderverso) que duró la cabecera.
Lo mejor: La normalización de la diversidad que defiende Slott con la trama de Anna Maria. El trabajo de Rodriguez.
Lo peor: He tenido la sensación de ver a un Ramos algo más confuso que en arcos anteriores.