Aunque en la actualidad esté fuera de Marvel y bastante por debajo de sus mejores momentos, hubo un tiempo en el que Brian Michael Bendis era el gran arquitecto de lo que ocurría en la Casa de las Ideas. El autor que tan buenos momentos dio a principios de este siglo con sus etapas en Daredevil o Alias, empezó en 2004 a marcar las líneas maestras en las que tendrían que moverse todas las series de la editorial. Ese año lanzó Secret War y Vengadores desunidos, y a partir de ahí llegarían Dinastía de M, Invasión Secreta, Asedio y tantos otros. Prácticamente todo lo que ocurre en Marvel entre Secret War y Vengadores vs X-Men está guiado por la mano de Bendis.

Precisamente, en la temporada que siguió a Invasión Secreta se planteó un entorno bastante interesante, Reinado Oscuro, el que S.H.I.E.L.D. fue disuelto y reemplazado por H.A.M.M.E.R., la organización controlada por Norman Osborn, el nuevo héroe del país tras la derrota de los skrulls. Justo durante la Invasión Secreta, Nick Furia, que había sido relevado de su cargo como director de S.H.I.E.L.D. durante la Guerra Secreta, monta un grupo de jóvenes a sus órdenes: los Guerreros Secretos. Sí, mucha originalidad en la elección de términos no hay.

Guerreros Secretos es una serie que deja planteada Bendis aprovechando la situación en la que había dejado a Furia. El gran superespía de la editorial es, en este momento, un agente de nada como dice el título del primer arco argumental recogido en este tomo. No sólo fue despedido por inmiscuirse en las relaciones comerciales de su gobierno con un terrorista extranjero que había atacado suelo americano -algo que recuerda poderosamente a las relaciones entre la familia Bush y la familia Bin Laden previas al atentado del 11S-, es que la agencia de espionaje a la que ha dedicado toda su vida ya no existe. Por si fuera poco, descubre que hay vínculos entre la difunta S.H.I.E.L.D. y su principal rival, Hydra. En este caso no es una infiltración como hemos visto en alguna ocasión previa: la gran revelación con la que arranca esta serie es que  S.H.I.E.L.D. era parte de la estructura de Hydra. El gran espía lleva toda su vida haciéndole el trabajo sucio a los malos.

Los Guerreros Secretos son un grupo de jóvenes aspirantes a héroes con poderes que fueron presentados en su mayoría en la colección Poderosos Vengadores, durante la invasión skrull: Tirachinas, Druída, Muro de Piedra y Fuego Infernal. A ellos se unen otros dos personajes con que habían debutado varios años antes, Daisy Thompson, a.k.a. Temblor, proveniente de Secret War y que acabaría siendo -brevemente- directora de una reactivada S.H.I.E.L.D. años después, y Fobos, que debutó en la serie de Ares de Mike Oeming y Travel Foreman y que lleva varios años sin aparecer. Con esta panda de novatos a sus órdenes, Furia pretende tener disponible algo a medio camino entre sus antiguos Comandos Aulladores y su desaparecida agencia de espionaje. ¿Para qué? Bueno, eso es algo que iremos viendo a lo largo de próximos tomos. Guerreros Secretos es una serie planeada a largo plazo.

Y si bien Bendis sienta las bases de esta serie, el responsable de desarrollarla no es otro que el mismísimo Jonathan Hickman, un recién llegado a la editorial que había firmado unas pocas series limitadas en Image con las que había llamando la atención de los cazatalentos de Marvel. Ya en estos primeros números podemos identificar páginas clásicas suyas, con esquemas plagados de información que convendrá tener presente para que no se escapen sucesos futuros. Y ya vemos aquí su tradicional planteamiento de grandes conspiraciones globales, de planes dentro de planes y de historias pensadas a muy largo plazo. Un plazo que en esta serie no llegó a cumplirse, quedándose finalmente en la mitad de lo que tenía pensado originalmente. Pero estamos viendo en esta serie los primeros pasos de Hickman como Gran Arquitecto del Universo Marvel. Sin saberlo, Brian Bendis estaba presentando en sociedad en esta serie al que estaba llamado a ocupar el puesto que él tenía en el año 2009 en el que debuta esta serie.

Al dibujo tenemos al italiano Stefano Caselli, que venía de hacer Vengadores: La Iniciativa con Dan Slott. Hace un trabajo correcto, sin estridencias, oscuro y violento, apropiado para una de las temporadas más siniestras de los últimos años de Marvel.

Este primer tomo de Guerreros Secretos (de un total de cinco) no está ni de lejos entre los mejores trabajos de Jonathan Hickman, pero hay que tener en cuenta que está aún al principio de su carrera y que los números aquí recopilados están coescritos con Brian Bendis, sin saber exactamente qué había aportado cada uno. Aún así, es una serie que plantea suficientes ideas interesantes como para querer seguir leyéndola, y más aún teniendo en cuenta que a partir del segundo tomo tendremos a Hickman sin diluir.