El Caballero Luna cayó en gracia a algún editor Marvel en la primera década del siglo XXI. ¿No me creéis? Solo hay que ver que, en lugar de lanzar al personaje al ostracismo una temporada, sus series eran relanzadas aprovechando cada landscape de la editorial. Tras los treinta números capitaneados por Charlie Huston y Mike Benson, llegaría una nueva cabecera de nombre “La venganza del Caballero Luna” escrita por un nuevo guionista, también novelista, llamado Gregg Hurwitz.
Un nuevo amanecer para el Caballero Luna
Tras el ocaso en México de la anterior colección, Gregg Hurwitz nos trae a un Caballero Luna notablemente cambiado, como podemos apreciar desde la primera escena en la que frustra un atraco a un banco. El remozado personaje muestra un carácter mucho más “luminoso”, haciendo hincapié en su vertiente de héroe en detrimento de la de vigilante. Sigue siendo contundente, pero su talante menos violento hace que su lista de bajas o maleantes lisiados sea mucho menor.
Este detalle, un soplo de aire fresco muy de agradecer tras el oscurantismo precedente, choca frontalmente contra el aire pesimista que recorre el Universo Marvel, metido de lleno en el Reinado Oscuro de Norman Osborn tras la Invasión Secreta. De hecho, la venganza que proclama el título de la colección casi se podría decir que va dedicado al líder de los Vengadores Oscuros.
Me parece llamativo que Hurwitz, autor principalmente de la saga de asesinos llamada “Huérfano X”, se muestre tan cómodo en una serie eminentemente superheroica, dado el carácter de thriller oscuro de su trabajo previo o del resto de sus colaboraciones con Marvel, donde destaca un arco en The Punisher y un par de miniseries sobre Foolkiller. En “La venganza del Caballero Luna” consigue que la lucha del superhéroe plateado contra el crimen sea tan interesante como el conflicto interior de un ser humano que trata de evitar que su lado más violento y homicida tome el mando.
Este cambio de actitud queda muy bien justificado al librarse Hurwitz de una de las personalidades del Caballero Luna y poner otra (de las ya conocidas) al mando a raíz de los acontecimientos sucedidos en México en el anterior volumen. Un viaje más allá de la frontera a modo de redención para nuestro protagonista. A esto debemos sumarle que Hurwitz opta por ofrecer menos diálogos y mucha más acción, con un Caballero Luna que tiene más gadgets que nunca, haciendo de la serie un pasatiempo ligero especialmente destinado para aquellos que quieran subirse al tren del personaje pero no estuvieran convencidos debido al bagaje pasado del mismo.
Como aliciente tendremos el cameo de un buen número de personajes del Universo Marvel para arropar el renacer del Puño de Konshu. Ja, ¿pensabais que me había olvidado del pajarraco ese? Pues no, Konshu seguirá guiando los pasos del Caballero Luna con una representación totalmente nueva que estrenará avatar y que será menos plasta y socarrona que la que vimos en la colección precedente.
La parte artística de esta “Venganza del Caballero Luna” viene ofrecida por el genial Jerome Opeña. El artista que más tarde despuntará en “Imposibles X-Force”, “Imposibles Vengadores” o en los “Vengadores de Jonathan Hickman” realiza un trabajo espectacular en las muchas escenas de acción dotando a la serie de un gran dinamismo.
En definitiva, un prometedor relanzamiento para una etapa efímera, que concluirá en el número diez USA (y este tomo tiene seis) y que resulta tan entretenido como liviano. De todas formas, nada nos podría haber preparado para lo que tenían planeado Brian Michael Bendis y Alex Maleev. No obstante, eso lo veremos después del verano.
PD: Menudo momentazo resultó la charla que tienen el Caballero Luna y el Vigía, dos personajes con severos problemas mentales que llegado el momento se encuentran cara a cara.