Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Marvel Premiere Veneno 8: Al otro lado

Marvel Premiere Veneno 8: Al otro lado
Guion
Donny Cates
Dibujo
Ryan Stegman, Iban Coello, Juan Gedeon, Luke Ross
Tinta
J.P. Mayer
Color
Frank Martin, Jesus Aburtov
Formato
Rústica, a color, 128 páginas
Precio
12 €
Edición original
FCBD 2020 Spiderman y Venom 26-30

No me lo puedo creer, casi lloro de emoción. Esta es la tercera entrega consecutiva de la línea Marvel Premiere dedicada a recuperar la etapa de Donny Cates en Veneno que incluye únicamente números de la serie regular del Protector Letal. Lejos quedan los tiempos de los cruces con “La Guerra de los Reinos”, “Matanza Absoluta” o los diversos especiales que acompañaron a la cabecera americana. Ojo, que en casi todos los casos se trata de tebeos de gran nivel pero, por lo general, lastraban un poco el ritmo de lectura y solo servían para retrasar el inevitable encontronazo entre nuestro héroe y Knull, el Dios de los simbiontes.

Noventerismo a tope en la serie de Veneno

Con la batalla contra el Rey de Negro a las puertas a las puertas, uno podría pensar que Donny Cates emplearía todo el espacio posible para ir preparando el campo de batalla. Pues no, las consecuencias de Matanza Absoluta y el advenimiento de Knull en la Tierra solo serán tratadas en un par de páginas en las que Brock deberá confesarse ante Los Vengadores. El resto de este volumen es una completa y desfasada fiesta en la que Cates vuelve a abrazar la época fundacional del personaje de hace treinta años para hacer lo que mejor se le da, como si se tratase de una versión buena de Mark Millar, es decir, molar.

El primer guiño a los noventa nos lo encontramos con un villano de nuevo cuño llamado Virus, cuya identidad secreta tiene que ver mucho con el simbionte de Veneno (ojo, digo con el simbionte, ya me entienden). Su diseño con elementos de Iron Man o el Duende recuerda mucho a los integrantes del grupo “El Jurado”, que dieron muchos quebraderos de cabeza al pobre antihéroe en más de una de sus miniseries originales.

Pero la guinda del pastel es la saga “Al otro lado”, todo un divertimento que juega nuevamente con los universos alternativos. La premisa es sencilla, por culpa del Hacedor (El Reed Richards Ultimate, recuerden) Eddy y su hijo Dylan acaban en la Tierra 1051. En ese mundo, un villano llamado Códex se ha hecho con el dominio de todo el globo gracias a su mente colmena que ha dado simbiontes a héroes y civiles por igual. Para que os hagáis una idea, este arco es como el evento Venonizados de Cullen Bunn, pero en bien.

Lo verdaderamente importante, al igual que en los mejores números de “What If”, es el punto de partida en el que este Universo diverge completamente del nuestro. Emulando a la mítica cabecera el titular sería “¿Y si Eddie Brock se hubiera suicidado en la Iglesia antes de recibir el simbionte que le convirtió en Veneno?”, este suceso es la arcilla con la que Donny Cates construye una historia que va al once en todo momento. Utiliza un buen número de versiones variantes de Spiderman, del Agente Veneno e incluso de Matanza.

Pero lo mejor es que dentro de la vorágine de redes, zarcillos, babas y dientes, el guionista nos cuela una historia emotiva cuya resolución tira tanto de acción explosiva como de una emotividad que alcanza el corazón del lector de manera imprevista. Lo que más me ha gustado de “Al otro lado” es el epílogo. En tan solo un puñado de páginas asistiremos a una elipsis temporal que permite explorar las consecuencias del enfrentamiento con Códex y que sirve de metáfora sobre la importancia de la concesión de segundas oportunidades o de no perder la ocasión de decirle a nuestros seres queridos lo importantes que son para nosotros. Que cabrón, Cates, nos la has colado a base de bien.

La parte artística está también a la altura de las circunstancias gracias a un Iban Coello realmente apabullante. Se nota que al dibujante le gustan los personajes, porque cada página que ilustra es una completa pasada. Su efervescencia narrativa le viene que ni pintada al gran número de escenas de acción. Igual de satisfactorios son sus diseños, que parten de personajes clásicos bien conocidos por todos para mutar en algo nuevo que mantiene la esencia del original.

En definitiva, ya no quedan más que un par de tomos para finalizar la andadura de Donny Cates en el título. A falta de leer el desenlace definitivo creo que podemos afirmar sin miedo a equivocarnos de que estamos ante la mejor etapa jamás escrita de Veneno.