Hay pocas certezas en la vida, pero una cosa que tengo muy clara es que vamos a echar de menos a estos Salvajes Vengadores cuando termine la reedición de la etapa de Gerry Duggan en Marvel Premiere. Así de simple. Estamos ante una de las series más macarras y entretenidas de los últimos años. La clave es muy sencilla: no tomarse en serio en ningún momento y apostar por la fiesta y el desenfreno. Este no es un título que vaya a pasar a la historia por su relevancia. Sin embargo, estoy convencido de que se va a convertir en un clásico moderno. Con “Rey de Negro” llegamos al cuarto recopilatorio de la serie. Un momento muy oportuno para hacer una parada en el camino. Me explico:
Desde que Conan llegó al presente oficial del Universo Marvel, se ha visto inmiscuido en una gran trama río que culminará con el enfrentamiento definitivo (sí, uno más) contra el brujo Kulan Gath. En los números previos hemos visto cómo ha formado un equipo imposible con otros personajes de la editorial. Ahora bien, llegados a este punto, Duggan toma aire y le dedica el puñado de números incluidos en “Rey de Negro” para divertirse él como escritor y divertir a los lectores con esta suerte de “Conan Team Up” improvisado.
El Rey de Negro no es nada para Conan
Para empezar, tenemos una mini saga de tres partes ligada al evento de la temporada que fue el mencionado “Rey de Negro”, con Knull asolando la tierra con un ejército de dragones simbiontes. El villano, que recordemos parece sacado de un relato de Lovecraft, encaja a la perfección con el género de “Espada y Brujería” en el que habitualmente se mueve Conan. La ocasión también sirve para que Gerry Duggan se reencuentre con Masacre, personaje al que escribió junto a Brian Posehn en la etapa más laureada del mercenario bocazas.
La premisa es tan chorra como funcional. Bishop recluta a un grupo de personajes para realizar un rescate de varios miembros clave de la Patrulla X. El escritor pone la historia en bandeja para que el artista Kev Walker se luzca de lo lindo con cada página. Walker es probablemente uno de los dibujantes más talentosos a la hora de plasmar todo tipo de monstruos y criaturas demoníacas. Cada viñeta es un disfrute de los sentidos.
Siguiendo con la premisa de los personajes invitados, el siguiente en hacer acto de presencia es el Motorista Fantasma. Aquí, además de ver una versión del jinete fantasma todavía más surrealista que la de los Vengadores prehistóricos de Jason Aaron, podremos disfrutar del regreso de un villano de lo más pesadillesco. De todas formas, más allá de las amenazas y de cómo son resueltas (porque todos sabemos que el bueno siempre gana) lo que me encanta de esta serie es ver a un Conan más inteligente y pícaro que nunca. De hecho, hay quien lo califica como el “Conan con monóculo”. Tampoco diría tanto, pero la versión del bárbaro que aquí se muestra es mucho más tridimensional que la que lograron el propio Jason Aaron o Jim Zub en las series publicadas por Marvel en la segunda venida del personaje.
Para rematar este “Marvel Premiere Salvajes Vengadores 4: El Rey de Negro” tendremos la historia más festiva de todas. Conan necesita pasta y acaba en el Bar Sin Nombre reuniendo a una banda para dar el golpe a un bando. La aparición, nada fortuita, de Spiderman sirve para darnos cuenta de la buena elección que sería Gerry Duggan como responsable de sus aventuras tras la etapa interina de Joe Kelly que se está publicando ahora mismo en Estados Unidos.
En definitiva, “Salvajes Vengadores” es un cómic ejemplar. Pura esencia de lo que debe ofrecer cualquier tebeo de superhéroes. Una serie donde todo es tan absurdo que no puede hacer otra cosa que molar. Y además, está muy bien dibujado por Patrick Zircher.
Eso sí, para disfrutar de la serie hay que comprar la premisa ligera y desenfadada orquestada por los autores. Pues bien, un servidor compra con gusto. Por último, para los que quieren que la trama de Kulan Gath regrese, ojo al cliffhanger final, se vienen curvas.
La edición de Panini incluye algunas páginas a lápiz y una galería de portadas alternativas entre las que destaca una realizada por Alex Horley con su característico pintado. Toda una rara avis para un autor que no se prodiga demasiado por el mundo del cómic más allá de alguna cubierta especial o colección de trading cards.