En 2018 saltó la noticia bomba: Conan (y el resto de propiedades de Robert E. Howard) regresaban a Marvel tras dieciséis largos años repletos de historias de calidad al amparo de la editorial Dark Horse. Como era de esperar, el cinmerio debutó con unas cuantas colecciones dedicadas a su figura y, lejos de limitarse a aparecer en un par de What If (como sucedió en su primera etapa en la Casa de las Ideas), también formaría parte de unos nuevos Salvajes Vengadores. Conan volvía a casa para quedarse… O eso creíamos todos.

Y es que en 2023 la licencia de Conan recayó en Titan Books, cuyo editor era a la vez el responsable de la línea de clásicos del personaje dentro de la editorial comandada por C.B. Cebulski. Un movimiento extraño que pilló por sorpresa. Claro que, viendo la calidad media de los tebeos del bárbaro en los años anteriores, tampoco era de extrañar. Esto es una reflexión para otro día, pero qué rabia me da que franquicias como esta o la de Star Wars hayan tenido un downgrade en toda regla al regresar a Marvel. Por lo menos nos queda el consuelo de que los tebeos de Aliens y Predator aguantan bien el tipo.

Salvajes Vengadores: condenados a entenderse

La llegada de Conan al universo 616 se produce en la historia “Vengadores: Sin camino de vuelta”, secuela de “Vengadores: Sin rendición”, que dejó al bárbaro vagando por la Tierra. Un buen día acaba encontrándose con Lobezno en la Tierra Salvaje y, como no podría y no nos gustaría que fuera de otra manera, ambos héroes acabarán a guantazos en uno de los más viejos tópicos del cómic de superhéroes. De la misma manera cuasi fortuita se acabarán sumando a la fiesta Punisher (su participación casi parece una precuela canónica de la maxiserie de Jason Aaron), Elektra y el Doctor Vudú. Sí, en la portada aparece Veneno, pero tiene bastante trampa el asunto. Estos personajes acabarán formando equipo contra Kulan Gath para evitar que traiga una nueva era de oscuridad a la Tierra.

Conceptualmente, estos Salvajes Vengadores me recuerdan bastante al grupo llamado “Marvel Knights”, creado por Chuck Dixon y Eduardo Barretto y formado por los héroes del sello homónimo que salvó Marvel a finales del siglo pasado. Estructuralmente, este grupo de personajes solitarios se parecen mucho más a los Defensores o a los Campeones que a cualquier encarnación de los Héroes más poderosos de la Tierra. Sin embargo, contra todo pronóstico, estamos ante uno de los tebeos que más abraza la esencia superheroica de Marvel Comics de los últimos años y eso es gracias a Gerry Duggan, su guionista.

El guionista estadounidense de 51 años sale airoso de la papeleta de juntar a tantos personajes antagónicos. Esto es gracias a su buen hacer, con esa capacidad innata que tiene para mover a muchos personajes a la vez sin que pierdan su propia voz, su diálogos rápidos llenos de frases lapidarias o sus conocimientos enciclopédicos del Universo Marvel. Duggan consigue que nos creamos y fagocitemos cada detalle de la imposible génesis de estos Salvajes Vengadores sin pestañear.

La experiencia de leer “Salvajes Vengadores” es similar a la de disfrutar de una vieja peli de acción descerebrada de la Canon. Sabes que lo que estás viendo es imposible de creer, pero no puedes dejar de mirar. En estos cinco primeros números pasa de todo. El escritor lleva la acción todo el rato al once como si fuera el guitarrista de Spinal Tap y no se permitiese tocar más bajo. Para lograrlo, apuesta por la acción salvaje, el gore o las kill list estratosféricas para que la diversión esté asegurada en cada puñetera página.

Estamos ante un tebeo cuyo único propósito es garantizar que pasemos un rato entretenido (y además explotar una IP como es Conan). Un objetivo que os aseguro que consigue. De hecho, me resulta bastante curioso cómo esta cabecera es muy superior a Los Vengadores de Jason Aaron, un título que tenía todas las papeletas para comerse el mundo pero que ha ido languideciendo casi desde el comienzo de su andadura editorial.

La parte artística viene ofrecida por Mike Deodato Jr. El veterano dibujante brasileño realiza el encargo con el oficio que se le presupone, tapando sus carencias con unas escenas de acción completamente brutales y alguna que otra splash page espectacular, que evitan que nos fijemos demasiado en que sus caras son todas prácticamente iguales.

Sorprende también que Panini haya optado por reeditar dentro de su línea económica Marvel Premiere un título menor que no hizo demasiado ruido durante su aventura original en formato grapa. Sea como fuere, estamos de enhorabuena y ojalá veamos muchas más series publicadas de esta manera en los próximos meses o años.