Cuando un crossover mastodóntico sacude los cimientos de una franquicia superheroica, es habitual que al menos uno o dos meses después se estén viendo las secuelas de la historia en cuestión. En el tomo que tenemos entre manos, Reinado de X 3, se comenta de pasada algunos sucesos del evento que disfrutamos hace unos meses, pero ya se empieza a mirar hacia delante. Este mes, por cierto, tampoco tenemos ningún tebeo escrito por Jonathan “Cabeza de X” Hickman. Vamos a ello.
Abrimos el tomo y nos encontramos con un número de Merodeadores. A estas alturas, todos tenemos claro que la mente responsable de la Era de Krakoa, creador de los conceptos y el entorno en el que se desarrollan, no es otro que Jonathan Hickman. Pero también tenemos claro que el guionista que más partido le está sacando a este escenario es Gerry Duggan, que brilla especialmente en la serie protagonizada por Kate Pryde. Sí, cierto, comparte protagonismo con otros personajes, pero la reinvención que hemos visto en esta serie de la que fue la niña insegura de los años 80 es la serie que necesitaba Pryde y que queríamos sus fans. Eso sí, aunque tiene sus momentos de gloria en este tebeo -seguro que la invitación que entrega a Homines Verendi va a traer cola-, como también los tiene Emma Frost, quien roba el absoluto protagonismo en este número es Tormenta, recreando la pelea que tuvo con Calisto en Uncanny #170, pero cambiando la rivalidad y la sangre fría por la compasión.
Seguimos con los Nuevos Mutantes de Vita Ayala y Rod Reis. Quizás esta serie tenga un tono menos superheroico que las demás del entorno y se esté centrando más en el día a día de la vida de los habitantes más jóvenes de Krakoa, pero también nos deja caer semillas argumentales que pueden tener mucha importancia en un futuro, como lo que puede estar liando el Rey Sombra con los más jóvenes de Krakoa. También, se nos recuerda que Rahne tuvo un hijo -una historia que estuvo en vigor entre 2009 y 2013- que parece haber sido olvidado, consciente o inconscientemente, tanto por creadores como por aficionados. ¿Y por qué no se le han aplicado los protocolos de resurrección? Buena pregunta. Esperamos saberlo algún día. El dibujo de Rod Reis, en su línea, claramente deudor estéticamente de Bill Sienkiewicz pero con una narrativa mucho más convencional.
La tercera serie representada en este tomo es Cable, de nuevo con Gerry Duggan al frente. Seguimos adelante con la historia de los niños mutantes secuestrados, y tiene que ver con el pasado -o lo que sea, que con los viajeros temporales es complicado- de Nathan. Así que recurre a una persona del pasado de la versión adulta del tipo en el que se convirtió pero que él aún no había llegado a conocer… oh, tío. Lo dicho, es complicado. Lo que sí mola es la relación fraternal (o más bien multiversofraternal) que se está desarrollando entre Nathan y Rachel.
Y cerramos con un detalle que vamos a tener presente en la mayoría de los tomos de Reinado de X. En lugar de tener cinco series, pasamos a tener cuatro, pero una de ellas tendrá dos números en lugar de uno. Este mes, la sesión doble le corresponde al Lobezno de Benjamin Percy, con presencia de los dos dibujantes que estamos viendo regularmente en la serie, Viktor Bogdanovic y Adam Kubert. Los dos dibujantes le dan una vibra noventera a la serie con el estilo que tienen (pero noventero bien, no pensemos en los pin ups estáticos de Jim Lee o las desproporciones de Rob Liefeld), que se ve acrecentada por la presencia de Rebelde (Maverick, para los veteranos de los tiempos de Fórum). Este personaje estaba prácticamente desaparecido desde los tiempos de Jason Aaron, y me ha servido para darme cuenta de cuánto tiempo llevaba desconectado de la periferia mutante: el último tebeo en el que le vi es nada menos que de 1998. No parece que me haya perdido mucho, Percy presenta una historia en la que no parece necesario haber leído nada del último cuarto de siglo del personaje… y se agradece.
En la mayoría de los tomos de la Era de Krakoa hasta ahora ocurría algo de notable importancia. No es el caso en este Reinado de X 3, es una lectura agradable pero es un tomo más de asentamiento que de avance de tramas, aunque se dejan caer cosas aquí y allá que pueden tener importancia posterior. Eso sí, a veces se agradece leer tebeos que no pretendan volarte la cabeza, sino hacerte pasar un rato entretenido y ya.