Con la publicación de esta entrega de Marvel Premiere dedicada al Asombroso Spiderman de Nick Spencer (la 15, se dice pronto) llegamos al número 65 americano. Estamos, literalmente, a dos tomos de terminar la polémica etapa del guionista que, siendo generosos, ha sido justita.

En los cinco números (más un especial) de este volumen se narra al completo la historia “El rescate del Rey”. Lo primero que sorprende una vez leído es que Spencer aprovecha para cerrar muchos argumentos de cara a la traca final que tendrá pensada para el colofón de su etapa. Destaca que Pariente queda relegado por completo a una sola aparición en su cubo de carbonita. No obstante, tened claro que tendrá algún papel destacado en los episodios que restan.

También me resulta llamativo el brusco viraje en el tono de este Asombroso Spiderman. Spencer se aleja un tanto del oscurantismo predominante de los últimos arcos para volver a abrazar el humor más loco y desenfadado que predominó al comienzo de su prometedora etapa. Je, prometedora, qué equivocados estábamos y que poco conscientes éramos de ello.

Entrando ya en “El rescate del Rey”, la premisa es simple: Kingpin quiere las tablillas de la vida y el destino y de la muerte y la entropía. Para ello echará mano de muchos de los grupos delictivos que campan a sus anchas por Nueva York y para evitarlo, Spidey tirará también de contactos. Al final todo se salda con una nueva resurrección. Una más, sí. Otro clavo adicional en el ataúd que entre todos le vamos a “regalar” a Nick Spencer por su trabajo en el Asombroso Spiderman.

No obstante, casi que nos vamos a centrar en los aspectos positivos que podremos encontrar en “El rescate del Rey”. Sí, en serio, también los hay. Y es que cuando el guionista se centra en escribir diálogos divertidos, frescos y ágiles nos encontramos con que la obra gana muchos enteros. Por desgracia, estos suelen quedar sepultados por culpa de algunos argumentos alargados hasta la náusea y por los golpes de efecto tramposos que provocan que se nos salten los empastes.

Una de las tonterías más grandes del “El rescate del Rey” es el nuevo traje de Spiderman (que, afortunadamente, todos sabemos que no durará) creado para transmitir sus aventuras en streaming. Tan chorra como suena. Por fortuna, tendremos también por aquí a Boomerang y Gog en una aventura delirante y un tanto surrealista que ha conseguido sacarme más de una risotada, así que gracias por ello.

Sin embargo, la historia más divertida incluida en “El rescate del Rey” es la puesta a punto del drama shakesperiano de Romeo y Julieta protagonizado por Randy y Janice, los hijos de Robbie Robertson y Lápida respectivamente. Spencer acomete una resolución tan tópica como efectiva, que se salva por un buen número de momentos surrealistas cuando los progenitores de las criaturas se dan cuenta de quién es realmente su yerno o nuera, según corresponda.

Ahora bien, ¿me lo he pasado bien leyendo “El rescate del Rey”? Sí, sin duda. ¿Es suficiente? Desde luego que no. El Asombroso Spiderman es la serie abanderada del Universo Marvel. Más importante que los mutantes, que Los Vengadores o que cualquier otro personaje en solitario. Por ello, la serie debería rodar al 100 % para dar lo que su público quiere. Y me temo que eso es algo que Nick Spencer lleva mucho tiempo sin ofrecer, si es que lo ha conseguido alguna vez.

No ayuda tampoco la escasa coherencia gráfica del título. Patrick Gleason, Federico Vicentini, Federico Sabbatini, Rogê Antônio, Zé Carlos, Carlos Gómez y Mark Bagley. Siete dibujantes para seis números. Una barbaridad que ha sido la tónica de esta accidentada etapa del trepamuros.

En fin, solo nos queda esperar que la cosa mejore en el futuro.