Cuando Jason Aaron y Chris Bachalo fueron anunciados como equipo creativo de la serie regular del Doctor Extraño, muchos aplaudimos ante la posibilidad de estar por fin ante esa etapa legandaria que necesitaba el personaje. El guionista de Scalped y el dibujante de Patrulla X, entre muchas otras obras en ambos casos, nos hacían esperar una calidad muy por encima de la media. Y así fue con El camino de lo oculto, el arco argumental con el que tomaron contacto con el personaje, y que planteaba la muy interesante idea de que la modificación de la realidad mediante la magia tenía consecuencias. Los últimos días de la magia, en cambio, planteaba una historia muy potente, pero no resultaba tan fascinante como el primer tomo. Y ahora nos acaba de llegar Sangre en el éter, la reedición dentro de la línea Marvel Premiere del tercer arco argumental de la serie.
Podríamos decir que Sangre en el éter es la primera historia del personaje después del pseudo reboot que supusieron los dos anteriores arcos argumentales. Ya sabemos que la práctica de la magia tiene un precio, y que lo que conocíamos de esta disciplina hasta ahora ya no vale. Pero eso no quiere decir que ya no exista la magia: sólo hay que descubrir -o inventar- sus nuevas formas. Y parece que en esta nueva era la magia depende más de talismanes, de objetos físicos, que de rituales y hechizos, además de tener mucha menos potencia, al menos en estos primeros pasos. ¿Alguna vez habíamos visto antes al Doctor Extraño cogiendo un taxi?
Para mostrarnos cómo es el nuevo entorno en el que se mueve Stephen Extraño, Aaron recurre a una estructura de lo más típico: darse una vuelta por su Galería de Villanos particular. Algo al estilo de lo que suele hacer Jeph Loeb (en Batman: Silencio, por ejemplo), pero con bastante más gracia. Y con la esperada narración en dos momentos temporales, como es marca tradicional de Jason Aaron. Así, veremos por aquí a los inevitables Dormammu, Pesadilla y Barón Mordo. Los aportes de Aaron a la galería de villanos son el Orbe, creado durante su estancia en Motorista Fantasma y paseado allá por donde el guionista ha ido, en series como Spiderman/Lobezno, Pecado Original o Vengadores, y el Señor Agonía, la entidad caótica que fue creada en el sótano del Sancta Sanctorum del Doctor. Aparecen también Satana y Pandemonium, un personaje de segunda fila que Aaron también ha utilizado en Lobezno y la Patrulla X y Motorista Fantasma.
Siete villanos en cinco números, dado que el primero es una suerte de epílogo de Los últimos días de la magia. Nos podemos dar cuenta de que el desarrollo que pueda tener una historia con esos números es más bien limitadito. Es una historia palomitera, muy entretenida pero bastante superficial. Si Los últimos días de la magia suponía una cierta bajada de calidad respecto a El camino de lo oculto, con Sangre en el éter seguimos en la misma línea. Es un tebeo que se lee con gusto, pero terminada la lectura deja una fuerte sensación de intrascendencia, de que hemos leído un tebeo superheroico de la zona media, algo bastante por debajo de lo que esperábamos del guionista de Scalped, pero que también es el de Pecado Original, obra a la que hay alguna referencia en estas páginas.
El punto en el que más brilla este arco argumental es, sin duda, el dibujo. Chris Bachalo ha demostrado ser una elección inmejorable para esta serie. Consigue ser una actualización brillante de la psicodelia de Steve Ditko a los tiempos actuales, pero además se nota que disfruta dibujando criaturas monstruosas y plasmando el terror y la confusión en el rostro de Stephen cuando hace falta. Hace uno de los mejores trabajos que le hemos visto en los últimos años, tanto así que dos de los dibujantes invitados que tenemos en estas páginas, Kevin Nowlan y Jorge Fornés, dos autores cuyo nombre ya son buenas noticias, hacen echar de menos a Bachalo.
Este tercer tomo (de un total de cuatro) del Doctor Extraño de Jason Aaron nos confiirma lo que nos sospechábamos en el anterior: que aunque es un tebeo correcto y hecho con oficio, dista mucho de ser la gran obra del personaje que nos esperábamos cuando este equipo artístico desembarcó en la serie. Pero bueno, como mínimo nos queda una etapa gráficamente brillante con un guion simplemente correcto.
