Que Jonathan Hickman es uno de los autores de cómic más reputados del momento no le cabe duda a nadie. Te puede gustar más o menos, pero sus dotes como guionista y como constructor de historias son indiscutibles. De hecho, hoy reseñamos una de las obras que más polaridad genera entre el fandom: la odias o la amas, pero es raro que alguien se refiera a ella con un simple «Bueno, no está mal…». Reconozco que cuando empecé a leer este Marvel Omnibus. S.H.I.E.L.D. Integral editado por Panini me mosqueó un poco, porque ya son muchos años leyendo al guionista y reconozco más fácilmente las costuras de sus obras, sus tics. Pero a medida que avanzas en la historia es muy difícil no dejarte asombrar por lo que hizo, una historia de ciencia-ficción espectacular que, secundariamente, sirve para comprender los inicios de la agencia de inteligencia más reconocible de la literatura de ficción.
Y es que estoy convencido de que Hickman tenía en mente esta historia mucho antes de saber que iba a escribirla para Marvel. La idea es muy interesante, y tiene eso que tanto le gusta al guionista y que ya vimos en su obra de Image Los Proyectos Manhattan : una suerte de Liga de los caballeros extraordinarios de la ciencia, una reunión de personajes clave para la historia del progreso de la humanidad que acaban haciendo equipo. Tenemos en esta S.H.I.E.L.D. a un joven que es reclutado, a mitad de los años cincuenta, por una organización secreta que lleva siglos protegiendo la Tierra de todo tipo de amenzas: la Hermandad del Escudo cuenta con miembros tan reputados como Isaac Newton, Leonardo da Vinci o Galileo Galilei. Iremos dando saltos adelante y atrás en el tiempo y sabremos cómo Leonardo ideó un artefacto que puede salvar a la humanidad y que tiene unas características que lo convierten en el motor de la creación divina.
¿Qué relación tiene esta historia con el Universo Marvel? Hickman introduce en esta historia, sin un desarrollo lineal cronológicamente, a dos piezas fundamentales de estos primeros pasos de la Hermandad del Escudo: Howard Stark y Nathaniel Richards. Además, vamos a ver cómo la humanidad tuvo que defenderse en la antigüedad de amenazas externas como Galactus o un Centinela Kree. Pero son personajes y amenazas que, de no haberse hecho para esta editorial, se podría haber sustituido fácilmente por otros elementos sin que la historia se hubiera resentido en lo más mínimo. Pero… ¿qué más da? Eso es lo que muchos han echado en cara a esta obra como punto negativo, que cuenta una historia muy enrevesada para plantear los orígenes de la agencia de espionaje, y tal vez se hayan podido ver sobrepasados por la complejidad de la obra.
Puedo entender ese argumento, y de hecho le he restado media estrella de mi puntuación final por eso mismo… pero si dejas eso de lado y te centras en la obra de una manera aséptica, estamos ante una historia de ciencia-ficción perfectamente hilada, con un desarrollo brillante que no deja puntada sin hilo, y que además está planteada poniendo sobre la mesa dilemas filosóficos y una reinterpretación de la historia muy interesante. El libre albedrío contra el destino inexorable, el caos contra el orden,… son debates que llevan siglos en liza, y que a pesar de que con la evolución social sufre cambios, el núcleo del problema permanece intacto a lo largo del tiempo. Me ha encantado el modo en que Hickman utiliza eso como motor de una historia como esta, y su capacidad de integrar toda esta colosal obra con un Universo que lleva décadas acompañándonos.
La serie está planteada como dos miniseries de seis números, separadas por un one-shot con cuatro historias cortas. La obra está íntegramente escrita por Jonathan Hickman y salvo el one-shot, que cuenta con dibujantes de la talla de Nick Pitarra o Gabriel Hernández Walta, está dibujada en su totalidad por Dustin Weaver. Weaver hace un trabajo anonadante. El dibujante era apenas un desconocido que llevaba algunos números de X-Men y Guerra de Reyes cuando comenzó a dibujar esta serie, y su estilo limpio, grandilocuente y minuciosamente detallado es perfecto para una obra como esta. Hay que recordar que hasta el parón del número 4 de la segunda miniserie, la publicación era bimestral, por lo que el dibujante podía explayarse como se aprecia en todas las páginas, con composiciones de página a la altura de la grandiosidad de los diseños de los genios que protagonizan la obra. Tan solo ese número 4 del volumen 2 se resiente un poco en comparación con el resto, y se aprecia un estilo más apresurado y descuidado.
Y es que a los que leáis esta obra por primera vez, hay que recordaros que entre el número 4 y los dos últimos pasaron la friolera de seis años, y pocos esperábamos ya leer el desenlace de esta historia. Leído ahora, no se aprecia ninguna fisura, ni cambio de ritmo, por lo que esta edición Integral de Panini es perfecta para la lectura. Se trata de una edición en cartoné, con papel estucado de alto gramaje y un tamaño superior al de cómic book habitual. Un tamaño que permite disfrutar en su totalidad de esas espectaculares ilustraciones de Weaver, aunque a costa de una manejabilidad reducida, por su mayor tamaño y, sobre todo, peso. Incluye como extras numerosos bocetos y fichas de personajes, que enriqeucen aún más la lectura.
En definitiva, Marvel Omnibus. S.H.I.E.L.D. Integral es una espectacular historia ideada por Jonathan Hickman en la que vamos a relacionar a personalidades tan importantes de nuestra historia, desde Miguel Ángel a Gottfried Leibniz, desde Zhan Heng a Nikola Tesla. No son infundadas las quejas sobre que Hickman tal vez se aleje demasiado de Marvel para contar esta historia, pero es que no importa. Si una historia está bien planteada, bien escrita y dibujada como lo está esta, me parece de mérito indiscutible y disfrutable al 110%. Si os gustan las historias de ciencia-ficción y los team-up de personajes históricos, esta edición de Panini es una compra obligada.
Lo mejor: El guión y el dibujo. Ver a Hickman con la misma imaginación desbordante y sus ambiciosos conceptos, contenido en una extensión tan corta.
Lo peor: Si no te interesan las historias de ciencia-ficción o esperas ver cameos continuos de superhéroes en los sesenta, esta obra no es para ti.