Reseñábamos ayer un libro que quedaría como obra de consulta y casi podríamos llegar a una conclusión similar con Marvel Omnibus Los 4 Fantásticos de Carlos Pacheco y Rafael Marín por más que esto sea un cómic con todas las de la ley y, de hecho, un cómic que es puro Marvel para bien y para mal, pero luego entraremos en eso.
Marvel Omnibus Los 4 Fantásticos de Carlos Pacheco y Rafael Marín es un tochal de más de setecientas páginas enorme, pesado e incómodo de leer. Personalmente, para los que simplemente quieran leer la etapa de este par de gaditanos — trío en este caso con Jesús Merino —, recomendaría antes buscar en el mercado de segunda mano las viejas grapas de Fórum o la más reciente edición de la Colección Extra Superhéroes. Sin embargo, por la peculiar idiosincrasia de esta etapa, este ómnibus queda como una especie de enciclopedia, no sólo de aquella historia que fue, sino de aquella que podría haber sido.
Marvel Omnibus Los 4 Fantásticos de Carlos Pacheco y Rafael Marín es una especie de director’s cut, que, en un caso tan peculiar como este, es algo tan apasionante como la historia en sí misma. La etapa de los 4 Fantásticos que fue de los números 35 al 54, entre el año 2000 y el 2002, incluyendo un annual y la miniserie de los Inhumanos, está rodeada de toda una intrahistoria y algo que podríamos llamar suprahistoria o historia que nunca llegó a ser. Esta última no sólo rivaliza en interés con lo que se nos cuenta en viñetas, sino que hace este relato aún más grande y sugestivo. Tenemos todo eso en los montones de extras que contiene este tomo, en el prólogo de Rafael Marín, en la extensa entrevista a Marín y Jesús Merino o en los textos que acompañaban la edición de Fórum, firmados por un tal Sebastián Santos, que no es sino un alter ego del propio Marín. Hay incluso, a modo de bonus track, una propuesta rechazada al equipo gaditano, que sería recuperada y remedada más tarde por Tom DeFalco, John Buscema y Tom Palmer, amén de montones de reproducciones de los lápices originales de Pacheco y las tintas de Merino.
Y es que la propia etapa en viñetas quedó resultona porque contaba con un gran equipo de creativos, pero el milagro editorial que supuso llegar a ella, el interés morboso que suscitan los mil y un tejemanejes editoriales que rodean a esta obra y la magia de todo lo que se nos cuenta que podía haber sido convierten estos cómics en algo totalmente memorable y este libro enorme y pesado, con toneladas de información, en otra obra de consulta a la que acudir de cuando en cuando, testigo de una época y unos modos concretos de la industria del cómic norteamericano.
Como decíamos, estas historias estuvieron plagadas de injerencias editoriales, cambios en argumento y diálogos, improvisaciones de calendario, recortes de extensión en las sagas, propuestas rechazadas y dibujantes de reemplazo, por más que estos fueran nombres como Stuart Immonen, Kevin Maguire, Mark Bagley o Jeff Johnson. Casi desde el primer momento se impusieron dialoguistas para retocar los guiones de Pacheco y Marín y no siempre fueron los Jeph Loeb o Karl Kessel, que están acreditados, sino en más de una ocasión, otros miembros del cuerpo editorial que provocaban no pocos escarnios en las historias, que incluso perdían el sentido. Afortunadamente, para la edición de Marvel Omnibus Los 4 Fantásticos de Carlos Pacheco y Rafael Marín, este último ha restaurado en la medida de lo posible, los diálogos originales, con lo que tenemos aquí parte de esa historia que en los USA nunca fue.
Lo que sí fue es que Pacheco, Marín y Merino recuperaban a la primera familia de mano de Chris Claremont y Salvador Larroca y, ya desde el principio, trataban de devolverlos a las raíces de Stan Lee y Jack Kirby, así como al que podría ser su remake ochentero a cargo de John Byrne. Los sacan del espigón y vuelve el edificio Baxter. Regresan conceptos y villanos clásicos como Diablo, el Super Skrull, la Zona Negativa, los Inhumanos, las transformaciones de Ben… Sin embargo, al igual que haría Byrne, por más que fueran las mismas ideas de partida, siempre había un nuevo enfoque, una vuelta de tuerca o, al menos, algún punto de vista curioso, de manos de Pacheco y Marín, que nos llevara a cuestionar lo que ya conocíamos. También de su mano y de nuevo cuño, llegarían además Noah Baxter, Kathleen O’Meara, el Gideon Trust, los Negaexploradores, Hellscout o los Ocultos… algunos rescatados en alguna ocasión, pero la mayoría olvidados, pese a lo interesantes que resultaban
Más allá de las historias más accesorias, Marvel Omnibus Los 4 Fantásticos de Carlos Pacheco y Rafael Marín se divide en cuatro grandes sagas, que desgraciadamente, en su concepción lo eran aún más. El primer gran arco sería el de la Zona Negativa, proyectado para doce números y recortado por imposición editorial a cuatro. Más sangrante todavía sería aún el caso de la saga de Abraxas, un concepto rescatado de un proyecto también truncado para Marvel UK, que pretendía explorar el tema de las tierras paralelas, tan proclive a esos guiños y rediseños tan del gusto del dibujante campo gibraltareño. Pero llegarían de nuevo los cambios de calendario, de extensión y hasta cierta censura, tal como se nos cuenta en el tomo. A estas alturas, todos estos devenires y adversidades comenzaban a pasar factura en el trabajo de Carlos Pacheco, que ya solo dibuja dos números de este arco.
Los Inhumanos fue, sin embargo, una miniserie autónoma. Marín asegura que hubo aquí menos vaivenes editoriales e interferencias, pero la serie estaba proyectada para seis números y se quedó en cuatro que ni siquiera pudo dibujar por completo el mexicano José Ladrönn, siendo sustituido por Jorge Lucas en el último tramo. Aprovechando los orígenes Kree de los personajes, la cosa se movía hacia los terrenos de la ciencia ficción, lo cuál le va que ni pintado a la estética de Ladrönn, que aúna a Jack Kirby con Moebius y Juan Giménez.
Y es que más allá de que los guiones de esta miniserie sean de Marín y Pacheco, el hecho de incluirla en este tomo no es baladí, ya que la última saga de los 4 Fantásticos escrita por el dúo gaditano retoma a estos personajes allí donde los dejaron en este miniserie. Esta ultima saga ya no contará con Pacheco ni Merino y dibuja en su lugar Mark Bagley. Devuelve a la familia real de Attilan de nuevo a la tierra con unos tientes en esta ocasión más políticos.
Y aquí quedan estas historias — las que fueron y las que no — junto con un millón de guiños y subtramas que abarcan hitos y curiosidades como la introducción en la continuidad oficial de Marvel de Starlord, las referencias al Círculo Justiciero de Vértice o los vaqueros de Marvel, la reintroducción de Valeria, un peculiar retelling del origen, capítulos humorísticos a lo What the y podríamos decir que todo lo que les dejaron hacer, que ojalá hubiera sido mucho más.