Si os soy sincero creo que hemos sido muy afortunados con el hecho de que este Ómnibus de Hellstorm haya visto la luz. Si no me equivoco, su programación inicial coincidía con el lanzamiento de la primera serie de TV de Hulu protagonizada por los personajes oscuros o mágicos de Marvel. Al final, solo se emitió la dedicada al hijo de Satán, que fue cancelada tras su primera temporada.

Por el camino se quedó la serie de Ghost Rider (protagonizada por Jaime Reyes) como spin-off de Agentes de Shield. Y bueno, también cayeron las series animadas de Dazzler, Masacre y Howard el Pato, quedando solo en antena una temporada de M.O.D.O.K y la de Hit Monkey. La irrupción de Disney + mandó a cagar los planes de Hulu para expandirse, pero eso es otra historia.

Sea como fuere, al final hemos podido hacernos con este tochaco de Hellstorm escrito íntegramente por Warren Ellis. Aquí verán la luz los números 12 a 21 de Hellstorm: Prince of lies (inéditos en España) y la miniserie de Druida, que sí fue lanzada en su momento por Cómics Forum en un volumen en tapa blanda.

Hellstorm o cuando Marvel quiso ser oscura en los noventa

Hace 30 años el mercado estuvo a punto de explotar, eran los años noventa y Marvel y DC inundaban el mercado cada mes con cientos de colecciones que trataban de llegar al mayor número de lectores posibles. Marvel tenía el sello Music, la línea 2099, Razorline (con adaptaciones de Clive Barker principalmente), Marvel UK o Midnight Sons, con la que trató de resucitar a todos los personajes de terror creados inicialmente en los 70 y que fue en su mayoría un rotundo fracaso.

Daimon Hellstorm (o el hijo de Satán) fue uno de esos personajes, aunque la publicación de su serie no estuvo englobada dentro del sello de Hijos de la medianoche. Nuestro protagonista debutó inicialmente en Ghost Rider 1 de la mano de Roy Thomas, Gary Friedrich y Herb Trimpe. En los años 90 contó con una serie regular escrita por Len Kaminski que nunca llegó a despegar. Precisamente por ese motivo fue dada a un recién llegado del mercado británico que respondía al nombre de Warren Ellis.

Cuenta Ellis que fue gracias a que llamó la atención de un editor de DC que Marvel se anticipó y le encargó la serie Hellstorm que, a la postre, fue su primer trabajo publicado en Estados Unidos. En tan solo unas pocas páginas, el Hellstorm de Ellis ya era radicalmente distinto del que estaba escribiendo Kaminski un mes antes y además ignoraba todo lo que se había dicho antes del personaje. Era una serie Marvel, pero por ahí no iba a asomar ningún personaje invitado. Adiós a usar a Punisher, Veneno, Lobezno o Spider-Man para aumentar las ventas, Warren Ellis llevaría la serie por los derroteros que él quería sin ningún tipo de intromisión editorial.

Fue precisamente esta libertad creativa, y el poco caso que se hizo a la serie desde la cúpula editorial, el condicionante definitivo para que Hellstorm pareciese más una serie de Vértigo (que había comenzado su andadura oficial un año antes, en marzo de 1993) que una de La casa de las ideas. Warren Ellis abordó al hijo de Satán desde una perspectiva que recordaba de manera brutal al John Constantine de la distinguida competencia.

La versión de Daimon Hellstorm que podemos leer en las trescientas páginas de este ómnibus nos deja ver un personaje amoral, oscuro, cínico hasta decir basta, cruel, violento, malhablado y, pese a todo esto, rebosante de carisma. La galería de personajes secundarios está a la altura, con todo un devenir de seres grotescos, turbios y perturbados como esa suerte de sidekick encarnado en la Gárgola (el miembro de los Defensores) o su novia chiflada Jaine Cutter. También habrá tiempo de visitar a su ex por excelencia. Me refiero por supuesto a Patsy Walker, alias la Gata Infernal.

Warren Ellis nos deja un puñado de historias plagadas de diálogos incisivos, humor negro y multitud de bestialidades que a menudo hacen parecer a alguien que es el hijo de Satán como un corderito inocente. Veremos sectas con fines truculentos, ángeles celestiales totalmente deleznables que se dedican al tráfico de sustancias ilegales… Casi cualquier cosa es posible en una serie como Hellstorm. De hecho, si nos fijamos con detenimiento en los personajes principales notaremos un evidente caldo de cultivo para muchos de los personajes que iría creando más tarde del tipo de Spider Jerusalem, Jenny Sparks o Pete Wisdom.

Lamentablemente la guadaña no tardó en llegar hasta Hellstorm y su serie regular fue cortada de manera abrupta en el número 21. En estos compases finales se nota el esfuerzo del autor por tratar de cerrar todas las tramas posibles. dando lugar a unos últimos capítulos plagados de información y resoluciones con mayor o menor acierto.

Como hemos avanzado, el tomo se completa con la miniserie de Druida, personaje que debutó en los sesenta de la mano de Stan Lee y Jack Kirby pero que gozó de popularidad gracias a su membresía en los Defensores y en los Vengadores. Tampoco es que gozase de mucha suerte y al parecer lo que era una maxiserie de ocho números terminó siendo de la mitad.

Al igual que en Hellstorm, en Druida Warren Ellis hace una tabula rasa del personaje usando solo las conexiones con el wiccanismo, la cultura celta y su vertiente ocultista. Se trata de un puñado de capítulos la mar de resultones con una interesante trama que incluye una conspiración de la Cábala, además de la aparición del protagonista de este tomo, claro está.

Dando uniformidad en el acabado artístico nos encontramos al argentino Leonardo Manco. El ilustrador (que posteriormente se encargaría de dos largas etapas de Hellblazer) demuestra una clara evolución a lo largo de las páginas, que solo abandona en los últimos compases de la serie regular debido, imagino, a las ajustadas fechas de entrega. Con su trazo grueso y sucio logra una cuidada ambientación que le sienta como anillo al dedo al tono de las historias.

Algo muy llamativo de Hellstorm son sus portadas. Muy pocas son realizadas por el propio Leonardo Manco (lo normal en esos años era que el propio artista se encargará también de las portadas). En su lugar encontramos a artistas de la talla de Steve Pugh, Brian Bolland, Gary Erskine, Kevin O’Neill, Mark Buckingham o P. Craig Russell. Desde luego todo un lujo, máxime teniendo en cuenta que tampoco es que fueran habituales en Marvel Comics.

Este ómnibus de Hellstrom de Warren Ellis se completa con un material extra realmente interesante: un número completo dibujado y rotulado por Ariel Olivetti para una miniserie de Satana con textos del propio Ellis que nunca llegó a ver la luz. También encontraremos parte del segundo y el tercer número, así como algunas pruebas de color. Destacar que dicha historia iba ser parte de la línea Strange Tales de la que formaron parte el Man Thing de J.M.DeMatteis y Liam Sharp y Werewolf By Night de Paul Jenkins y Leonardo Manco. Dicha línea no duró ni un año, por lo que algunos proyectos que estaban pendientes nunca vieron la luz.

En definitiva, no es ni mucho menos el mejor trabajo de Warren Ellis, pero es un buen vehículo para adentrarnos en su particular forma de contar historias en forma de fábulas que dejan en evidencia el lado más oscuro de la naturaleza humana. Gustará sin duda a los seguidores del denostado autor, así como aquellos que disfrutaron del sello Vértigo en plena efervescencia creativa durante sus primeros años.