Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Marvel integral: La Visión

Marvel integral: La Visión
Guion
Tom King
Dibujo
Gabriel Hernandez Walta, Michael Walsh
Tinta
Gabriel Hernandez Walta, Michael Walsh
Color
Jordie Bellaire
Formato
Cartoné. 520 páginas
Precio
45 €
Editorial
Panini Cómics. 2018
Edición original
The Vision vol 2 1-12, The Vision: Director’s Cut 1-6 USA

Hay una frase que repito recurrentemente como si fueran un mantra. No hay personajes malos, hay guionistas incompetentes que no saben qué hacer con ellos.

Piensa en La Cosa del Pantano. ¿Qué interés tiene un hombre que es afectado por una bomba y un compuesto químico y queda recubierto de musgo? No, no te adelantes. La respuesta, viendo la aceptación popular que tuvo el personaje en sus orígenes, es «más bien poca». Su primera serie duró veinticuatro números que aparecieron a lo largo de cuatro años. Su segunda serie, que ve la luz seis años después del cierre de la primera, estaba al borde de la cancelación antes de llegar a los dos años de vida, hasta que en el número veinte le dan la serie a un inglés recién llegado y le dicen «haz lo que quieras». Y tras cerrar cabos sueltos, nos trajo una Lección de anatomía que dio inicio a una de las mejores etapas de la historia del cómic americano. Aunque claro, autores de la talla de Alan Moore no hay demasiados.

Pero lo que sí hay son personajes que han sido reinventados de forma exitosa. O incluso personajes por los que nadie daba un duro que han acabado protagonizando historias interesantes siendo fieles a sí mismos. En el primer grupo, en el de las reinvenciones, tenemos la recreación de Scalphunter que fue Scalped, la obra maestra de Jason Aaron y R.M. Guéra, o los mismos Watchmen. El Capitán Atom nunca ha sido tan interesante como cuando fue el Dr. Manhattan. Ejemplos del segundo grupo tenemos alguno más. Ojo de Halcón sería el primero que viene a la cabeza. O Aquaman, que hasta la llegada de Peter David en los años 90 fue básicamente un chiste. Y, por supuesto, La Visión.

la visión hc

La Visión

A nadie se le escapa que La Visión es uno de esos personajes clónicos intereditoriales. En agosto de 1968, en la editorial de enfrente, apareció por primera vez Tornado Rojo, un androide rojo que reutiliza el nombre de un personaje de los años 40. Tornado Rojo fue creado por el supervillano T. O. Morrow para infiltrarse en la Liga de la Justicia y destruirla desde dentro. Unos meses después, ya en Marvel, apareció por primera vez La Visión, un androide rojo que reutiliza el nombre de un personaje de los años 40. La Visión fue creada por el supervillano Ultrón para infiltrarse en Los Vengadores y destruirlos desde dentro. Otra cosa ya es la importancia que han tenido ambos personajes en cada una de las editoriales y la evolución por la que han pasado. Tornado Rojo no deja de ser un personaje de tercera fila (siendo generosos) en DC, y La Visión, además de una importancia notable dentro de las filas de Los Vengadores, ha tenido hasta apariciones cinematográficas. Eso sí, la Visión nunca ha tenido una serie regular, y sólo ha protagonizado cuatro series limitadas a lo largo de su dilatada historia, dos de ellas compartiendo protagonismo con su ex, la Bruja Escarlata. Quizás por ello, al plantear esta serie Tom King pudo escuchar las palabras mágicas pronunciadas tiempo atrás por Aleister Crowley: haz lo que quieras.

Esta historia, planteada inicialmente como serie regular y acertadamente cancelada tras la partida de sus creadores para no contaminarla con continuaciones comerciales de autores posteriores, es, como ya se ha dicho en muchas ocasiones, cualquier cosa menos una serie superheroica. Estamos más cerca de un capítulo de Black Mirror (¿alguien ha dicho Be Right Back?) que de la enésima serie mensual de Los Vengadores. La historia a estas alturas es de sobra conocida: La Visión se crea una familia y se muda a un barrio residencial, buscando tener una vida normal de persona normal.

El punto de partida da para muchas lecturas. La primera y más obvia es una metáfora del racismo, pero eso sólo es una pequeña parte de lo mucho que hay que rascar. Lo más importante de la historia que nos cuenta Tom King es la contraposición entre normalidad y la extrañeza, entre lo cotidiano y lo extraordinario, y en este contexto irá profundizando, oscilando entre un extremo y el contrario. La Visión es un ser artificial, pero quiere tener una vida normal. Pero su existencia y la de su familia hacen de esa vida normal algo totalmente insólito… aunque sus reacciones ante los sucesos que perturban su vida pretendidamente cotidiana sean totalmente humanas. Es La Visión de Tom King, en definitiva, un Ángel fieramente humano.

Si quieres conocer la opinión de otros miembros de la web, aquí tienes la reseña de Alejandro de la primera parte y aquí la de Laintxo de la segunda.

La edición

Lo realmente innovador de este volumen de Marvel Integral es la edición. El cómic (lo más importante del tomo, no perdamos la perspectiva) ya había visto la luz años atrás en dos impecables volúmenes de la colección 100% Marvel, pero aquí se incluye además el material extra que vio la luz en la edición Director’s Cut americana, una serie limitada de seis números de ochenta páginas en la que cada número reproducía dos números de la serie original acompañado de los mencionados extras.

¿Y qué es lo que tenemos aquí, entonces? Prácticamente todo el material disponible de la serie, desde el momento de la propuesta original hasta la edición final, salvo quizás los correos que Tom King y Gabriel Hernández se cruzaron durante la producción de esta obra y la lista de la compra en Walmart de Wilson Moss, editor de la serie.

Empezamos por las portadas alternativas. Cada día es más habitual que se reproduzcan este tipo de ilustraciones en las recopilaciones en tomo cuando las hay disponibles, y en este caso, con el lujo de detalles con el que se documenta la creación de esta serie en la edición que tenemos entre manos, con más motivo. Así, entre otras, tenemos unas espectaculares ilustraciones de autores como Marcos Martín, Ryan Sook, Dale Keown o Michael Cho (el responsable de las portadas de las actuales recopilaciones dedicadas a la Silver Age y a la Golden Age que está publicando actualmente DC).

Tras esta galería, tenemos una pequeña entrevista a King y Hernández aparecida en la web de la editorial, que nos lleva directamente al punto fuerte del tomo: Cómo se hizo La Visión. Aquí tenemos los diseños de personajes del dibujante, la propuesta para la serie de Tom King o la evolución de ilustraciones desde el boceto inicial hasta el publicado pasando por todos los procesos intermedios. Sirva de ejemplo la portada alternativa de Ryan Sook.

Tras esto, llegamos a la, para mí, parte más interesante del tomo (después del cómic, que como ya hemos dicho, blah blah blah). La sección «El proceso» ocupa la friolera de ciento sesenta y seis páginas. En esta parte, tenemos representación de todos y cada uno de los números de la obra del nacimiento de páginas varias del cómic. Empezamos con el guión de una página de Tom King, seguimos con el boceto a lápiz de Gabriel Hernández Walta, seguimos con la página con los lápices acabados y entintada, pasamos al arte final coloreado y terminamos con la página terminada con el gran olvidado en el proceso creativo, el rotulista.

Se cierra esta sección y el tomo con la reproducción de la sección de correo de las grapas mensuales americanas y con la despedida de los autores.

En resumen…

Que La Visión de King y Hernández Walta es un cómic imprescindible no se le escapa a nadie. Que junto al Estela Plateada de Dan Slott y Mike Allred y la Ms. Marvel de Gwen Willow Wilson es probablemente lo mejor que ha editado Marvel en esta convulsa década, tampoco. Es una obra que tiene que estar en las estanterías de todo lector de cómic que se precie, tanto para lectores habituales de superhéroes, como de cómic independiente o europeo.

Para el lector que busque disfrutar de la obra sin más, con la edición en dos tomos de tapa blanda es más que suficiente. Pero para los que estén interesados en el proceso creativo, en cómo la idea del guionista se materializa en textos, y cómo la palabra escrita se convierte en imágenes, este tomo es una lectura obligatoria. No sólo estamos ante una de las grandes obras de la década (¿quizás incluso de la historia de Marvel? el tiempo lo dirá), estamos ante un manual de cómo se ha hecho una obra maestra. Y un libro que todo aspirante a profesional del medio, guionista, dibujante, entintador, colorista o rotulista, debe tener.