Podría decir que en Marvel Héroes. El increíble Hulk de Peter David 5. La Caída del Panteón encontramos lo mejor de la etapa del guionista de Fort Meade y no estaría mintiendo, pero tal vez no estaría diciendo toda la verdad.
Al inicio de este tomo nos situamos en 1993, un periodo convulso marcado por la fiebre especulativa y la huida de talento en Marvel un par de años antes para la creación de Image. En este panorama Peter David era ya una estrella absoluta en Marvel y no había mes que no estuviera en los tops de la revista Wizard y venía además de ganar un premio Eisner justo el año anterior. Su Hulk era esa serie donde entraban dibujantes promesa y salían estrellas. Había sucedido con Todd McFarlane y Dale Keown y estaba pasando con Gary Frank.
Por primera vez desde los años 70, el coloso esmeralda volvía a estar en el candelero y El increíble Hulk de Peter David 5 contiene algunos de los mayores hitos de su largo periplo. Sin embargo, para cuando terminamos, a las puertas de 1995, estamos entrando en una etapa complicada. No sólo a nivel editorial estábamos inmersos en algunos de los movimientos que llevarían a Marvel a la bancarrota de 1996, sino que justo ese mismo año se produjo la separación y posterior divorcio entre PAD y su primera esposa, Myra Kasman, que terminaría por dejar una huella evidente en la calidad de la serie. En este tomo aún va todo viento en popa y, como decíamos, asistimos a algunos de los momentos álgidos de la serie, pero también por primera vez, vemos signos de que Peter David puede tocar algo y no convertirlo en oro.
¿Cómo, si no es «momento álgido», podemos llamar a Futuro imperfecto, al número 417 con las despedidas de soltero/a de Rick y Marlo o al mítico 420 donde se trataba el tema del sida con Jim Wilson? Si hiciésemos un top de los mejores momentos a los largo de los más de 10 años de Peter David en la cabecera del goliat verde, estos tres estarían sin duda en la parte alta.
En la introducción de Marvel Héroes. El increíble Hulk de Peter David 5. La Caída del Panteón, se nos cuenta cómo Futuro imperfecto tal y como los conocemos surge por una serie de casualidades cósmicas maravillosas para dejarnos un clásico inmortal. El hallazgo del Maestro como reverso oscuro de Hulk en el futuro, las escenas de ese mundo Marvel postapocalíptico plagado de referencias o las trascendencia que todo esto tendría en el devenir del coloso esmeralda son sólo algunos de los miles de motivos para sumergirse en su lectura.
Y tal vez no hayan tenido el mismo impacto histórico, pero cualquiera de los otros dos hitos mencionados siguen siendo memorables treinta años después. Son además una muestra perfecta de cómo esta serie podía moverse de la comedia más loca y divertida, en el número de las despedidas de soltero, hasta el drama más sobrecogedor, en el número dedicado al sida, que además alcanza unos niveles de compromiso para con esta cuestión casi imposibles de ver en otro tebeo Marvel de la época.
Pero esto son solo algunas de las historias de estas 792 páginas y, aunque tal vez no de tanto calado, siguen siendo remarcables otros acontecimientos, como la saga de Las guerras troyanas, que nos lleva a Hulk al espacio y nos desvela algunos de los misterios del Panteón. Tendremos también en El increíble Hulk de Peter David 5 el Annual #20, que es histórico por varios motivos. Para empezar, es el último annual del primer volumen y no volverá a haber un volumen 2 hasta este mismo 2024 (aunque con algo de trampa, porque sí habrá números especiales de este tipo que no se llamen annual como tal). Pero también es este el primer trabajo que publicaría Salvador Larroca con Marvel USA, que daría lugar a un larguísima colaboración en exclusiva que, casualmente, también ha terminado este mismo año. No obstante, cuando decía que en 2024 se acaba de inaugurar un nuevo volumen de The Incredible Hulk Annual, ¿a que no adivináis quién dibuja la portada?
Tal vez las partes más flojas de este tomo vienen con las dos últimas sagas, Mythconceptions y La caída del Panteón. Por más que sigan siendo grandes historias y cierren de modo bastante sólido la trama que se iniciaba hace ya dos tomos, no llegan a estar resueltas con la brillantez de sus predecesoras.
Como curiosidad, Panini incluye en este tomo además un one-shot de Hulk con Veneno, que ya se publicó en su día en Veneno: Especial nº50 y una miniserie pintada al rebufo de Marvels, que también escribe Peter David, pero que no dejan de ser contenidos meramente anecdóticos.
Y con esto me vais a permitir enlazar con el apartado gráfico, aunque tal vez empezando por lo peor. Y es que la verdad es que da un poco de pena, en el especial con Veneno, ver dibujantes clásicos como Jim Craig tener que pasar por el aro y reconvertirse a las modas más infames o cómo precisamente otras modas mal entendidas, transformaban la tendencia marcada por el arte de Alex Ross en Marvels en el disparate narrativo de un John Estes, que ojalá se hubiese limitado a las portadas y las trading cards. Pero más allá de estos y de algún que otro artista de relleno un poco más olvidable, El increíble Hulk de Peter David 5 cuenta con un Gary Frank impresionante, con el nunca suficientemente valorado Paul Pelletier — aunque algo primerizo aún aquí—, con Darick Robertson, con Stuart Immonen, con Liam Sharp presagiando lo que estaba por llegar, con el mencionado Salvador Larroca y, por supuesto, con el enormérrimo George Pérez. La concetración de estrellas en este tomo es absolutamente irrepetible.
Aún quedan cinco años más de historias y no pocos momentos de brillo, pero por desgracia, el ciclo más glorioso de la etapa de Peter David en Hulk termina en este tomo y eso es tanto por un ligero declive de la serie a partir de los números que traerá el siguiente tomo, como porque se hace realmente complicado llegar a la genialidad de lo que podemos leer en algunos momentos de Marvel Héroes. El increíble Hulk de Peter David 5. La Caída del Panteón.