Llega a nuestras manos el quinto volumen de la recopilación de Amazing Spider-Man que Panini está haciendo dentro de la serie genérica Marvel Héroes, y el segundo en el que se recoge la etapa Todd McFarlane al frente de la serie, después de La leyenda empieza de nuevo. Antes de empezar, hay que aplaudir a Panini la programación de estos volúmenes, haciendo que toda la etapa del popular dibujante canadiense esté recogida íntegramente en dos volúmenes, sin flecos sueltos al principio o al final, para que los lectores que quieran hacerse exclusivamente con estos números puedan hacerlo con el gasto económico o de espacio mínimo.
Los que ya leyeron el tomo anterior saben perfectamente lo que se van a encontrar. Principalmente, historias de entretenimiento puro y duro, sin matices, sin dobles lecturas. El Spiderman de finales de los 80 y principios de los 90 es, salvo contadas excepciones (como La última cacería de Kraven, incluida en el tomo anterior), un cómic totalmente superheroico sin pretensiones argumentales. Son unos tebeos de acción superheroica pura y dura, con interludios dedicados a la vida personal del protagonista y a los personajes secundarios. En definitiva, David Michelinie coge la plantilla genérica con la que se hacían los tebeos Marvel de la época y la aplica paso a paso, y le funciona a la perfección. No tenemos historias que hayan cambiado la forma de escribir cómics superheroicos, no tenemos arcos argumentales que hayan pasado a la historia, y nada de lo contado en estas páginas marca un antes y un después en la vida de Peter Parker. Son tebeos palomiteros al 100%, una lectura totalmente superficial pero tremendamente efectiva si lo que buscas es simple y llanamente entretenimiento.
Pero de la misma manera que decimos que el guion es estándar y hecho con plantilla, hay que reconocer que estos números son absolutamente revolucionarios en el plano gráfico. A ver, no vamos a decir a estas alturas que Todd McFarlane sea un buen dibujante… porque no lo es. No podemos olvidar sus desproporciones anatómicas, la dejadez con la que dibuja las caras en algunos momentos, sus errores de perspectiva y toda la retahíla de fallos que tenía la mayor parte de los Padres Fundadores de Image, pero la espectacularidad de sus páginas, la plasticidad de las poses extremas con las que dibuja al trepamuros y, sobre todo, el rediseño de las telarañas y el tamaño de los ojos de la máscara son características que a día de hoy, treinta años después de la publicación original del material incluido en estos números, sigue estando plenamente vigente.
Las historias que nos cuenta Michelinie aquí son un fiel reflejo de lo que se hacía en la editorial por entonces. Tenemos una historia larga (Complot para un magnicidio, de nuevo con Marta Plateada, personaje que ya apareció en el tomo anterior y que actualmente no aparece tanto como por la época en la que se publicó este material) y un repaso a los habituales de la galería de villanos: el Duende, el Duende Verde, el Lagarto, Mysterio… y el regreso de Veneno, personaje llamado a ser una estrella que por entonces estaba dando sus primeros pasos. Tenemos aquí el nº316, la primera portada protagonizada por Veneno y una de las imágenes más icónicas del Simbionte. Vale que McFarlane no es precisamente un gran dibujante, pero hay que ver la cantidad de imágenes suyas que han pasado a la historia, ¿no?
Todd McFarlane se despide de Amazing en este tomo, pero no de Spiderman. El que fuera por entonces uno de los niños bonitos de la editorial se empeñó en que eso de escribir lo podía hacer cualquiera, que lo que importa en un cómic es el dibujo, y que quería un título nuevo en el que él fuera autor completo, y así llegó en 1990 Spider-Man, a secas, uno de los títulos peor escritos de la historia del personaje. Nadie se sorprende, ¿verdad? Por cierto, tenemos en este tomo también el debut como artista regular de Erik Larsen, que ya había tenido un primer contacto con el personaje en el número 287 de Amazing Spider-Man.
En el periodo que cubre este volumen (entre enero de 1989 y febrero de 1990) Marvel se embarcó en nada menos que tres crossovers (Inferno, Atlantis Ataca y Actos de Venganza), de los cuales tenemos aquí los números correspondientes a Amazing. No hay problema para entender las tramas de Inferno y Actos de Venganza, con saber un poco por encima de qué iba cada uno de los eventos en cuestión es suficiente para contextualizar los números implicados, pero el anual de Atlantis Ataca (por cierto, dibujado por el mismísimo Rob Liefeld) es una historia suelta que viene de un número anterior y continuará en el siguiente.
Este es un problema que se percibe a lo largo de este tomo. En esta época, Marvel pretendía llevar al límite su concepto de universo cohesionado. Lo que ocurría en una colección tenía influencia en las demás, y esto ocurría de una forma mucho más notable entre las series de la misma franquicia. En este volumen tenemos un buen puñado de notas a pie de página diciendo que lo que nos acaban de contar ha ocurrido en otra serie, siendo una lectura un tanto frustrante a veces. Así nos enteramos de que Jonah Jameson actúa raro porque no es él, de que el Bugle ha sido vendido a un nuevo propietario o de que Spiderman ha conseguido una serie de poderes nuevos que nunca había tenido antes, en una historia que acaba convirtiéndole -puntualmente- en el superhéroe cósmico al que alude el título. Quizás habría sido más orgánica una edición en la que, además de Amazing, se fueran intercalando los números de Web y Spectacular, pero dado que Panini planteó desde el principio la recopilación en estos masivos tomos por título americano, no nos queda otra que esperar a que llegue el momento de los siguientes volúmenes de las otras series. Salvo por ese pero, estamos ante un tomo más que correcto, que hará las delicias de los fans de McFarlane que aún no tengan este material -doce años hace de la anterior edición de estos números- y de los que están aprovechando estas ediciones para completar su colección del Trepamuros. Por cierto, entre Omnigolds y Marvel Héroes de Amazing, Web y Spectacular, Panini lleva ya publlicados la friolera de dieciocho tomos. Casi nada.
