La verdad es que me cuesta creer que alguien que asistiera el 31 de agosto de 1939 al nacimiento de Marvel Comics 1, vaya a asistir a este octogésimo cumpleaños. La gran mayoría de los que estamos aquí hemos ido llegando por el camino, como la inmensa mayoría de los héroes y villanos que han alimentado la magia del Universo Marvel.
De eso va en cierto modo Marvel Comics 1000. No hay duda de que existe una voluntad de seguir la onda del éxito comercial de Action Comics 1000 y Detective Comics 1000 de la Distinguida Competencia, creatividad contable mediante, pero siguen siendo 80 años a los que se rinde homenaje.
Marvel Comics 1000 es un experimento en el que cada página es realizada por un equipo creativo distinto y además cada página rinde homenaje a un año concreto de la historia Marvel. Para que la cosa no se quede en una antología de tiras dominicales, Al Ewing se encarga del guión de casi la cuarta parte de ellas, con lo que se establece una historia de fondo con la Máscara de la Eternidad, un objeto de gran poder que ha sido portado por varios individuos y que podría estar enraizada en los cimientos de la creación. La sensación de lectura viene a ser como si tuviéramos una serie de pausas publicitarias en medio de la historia, pero cuando esas pausas implican nombres como Alex Ross, Chris Claremont, Erik Larsen, George Perez, Kurt Busiek, Mike Allred, Neil Gaiman, Tim Sale o Walter Simonson, bienvenidas sean.
Pese a lo irregular de su estructura y la dispersión estilística de Marvel Comics 1000, hay tres pilares básicos sobre los que se fundamenta esta especie de evento. Por un lado tenemos el más obvio, que es el homenaje. Está también la historia de fondo donde se proyecta un posible futuro del Universo Marvel. De hecho tendremos en breve un Marvel Comics 1001 y parece ser que esta historia también tendrá repercusiones en el especial ¡Alerta! que publicará Panini en abril.
En cualquier caso es quizá el tercer pilar el más importante y definitorio de Marvel Comics 1000, el que lo distingue de Action Comics 1000 y Detective Comics 1000: la implicación del lector como parte del Universo Marvel. Este tomo está repleto de guiños sutiles que nos hacen tomar parte en la historia, casi como si pudiéramos ser un héroe más. Con la cantidad de gente implicada en este tomo, no sabemos si achacar este mérito a Al Ewing, pero sin duda es un acierto, no sólo como motor de la historia, sino que el homenaje habría quedado cojo de no incluir aquello que hizo que Marvel marcara la diferencia. Puede que se celebren los 80 años de Marvel Comics 1, pero aunque se abrace en el homenaje toda la mitología de las eras Timely y Atlas, poca duda cabe del momento en el que Marvel comenzó a ser Marvel. La magia que surgió de esa excepcional configuración astral que juntó a Jack Kirby, Steve Ditko, Stan Lee y otros puso su brillo en hacer esos personajes con pedacitos de todos nosotros y establecería un antes y un después.
Cierto que con este desfile de más 150 autores implicados, el resultado es a ratos bastante irregular y que en ciertos momentos el ritmo de lectura se corta de modo un tanto incómodo, pero, si no es por ver el trabajo de algunas de las estrellas más grandes de la industria, sigue mereciendo la pena por esa idea de fondo que flota en Marvel Comics 1000. Además, no todos los días Marvel cumple 80 años, ¿no?
