Bienvenidos al viejo oeste o al menos venidos, no me atrevería asegurar eso de “bien”. Ya pudimos ver en la entrega anterior cómo Darko Macan e Igor Kordey nos trasladan a la cara más sucia, cruda e innoble del salvaje oeste, con énfasis en “salvaje”. Estamos en un tierra donde nadie dudará en robarte hasta los zapatos o dejarte seco de un tiro o un garrotazo, donde el incesto está al orden del día, dónde no hay de quien fiarse y donde nadie moverá un dedo por nadie a menos que haya una recompensa. Bienvenidos a Marshal Bass 2: Asesinatos familiares.
En medio de todo esto tenemos a River Bass, ese personaje que Macan y Kordey han ideado basándose en la figura de Bass Reeves y en Marshal Bass 2: Asesinatos familiares nos ubica tras la pista de un asesino en serie, sólo para acabar complicándolo todo en algo aún más escabroso. Macan y Kordey nos quitan cualquier asidero de heroísmo con un protagonista mentiroso, adúltero y egoísta que ni siquiera llega a la categoría de antihéroe. Y es que poco más que cazarrecompensas eran los marshals y aún así lo más parecido a unas fuerzas de la ley en este territorio inhóspito. Si este es el personaje a cuyo pellejo nos acercamos en esta serie, podéis imaginar cómo son los demás y lo desnuda que queda esta historia que despoja al oeste de cualquier exótica idealización para dejarnos solo con la crueldad y la inmundicia.
Aún así se las arreglan para que incluso haya un hueco para cierto humor encarnado en el personaje de Turtle, que tienen madera para convertirse en recurrente y es que sin tratar de inventar nada, Darko Macan es un artesano que sabe dosificar el drama, la acción, el humor y cuantos ingredientes quiera añadir en estas 56 páginas sin notas discordantes y en bocado ligero, pero muy satisfactorio.
Kordey por su parte parece haber encontrado en Marshal Bass 2: Asesinatos familiares un nuevo patio de recreo donde lucir esa versión sucia del Corben más grotesco, que está dando uno de los mejores resultados de toda la carrera del artista croata.
Siguiendo la costumbre del western clásico europeo, Marshal Bass entra en esa dinámica procedimental con un caso distinto en cada entrega, dejando hueco para entrever la construcción de una historia de fondo más grande que nos va hacer echar raíces en esta tierra, polvorienta, bajo un sol abrasador y con el olor a cadáver flotando en el ambiente.