Creo que en alguna que otra ocasión lo he comentado, pero las historias ambientadas durante la Guerra Civil Española me interesan bastante poco. Entonces, ¿qué hago leyendo la historia de María Pérez Lacruz, última víctima del regimen franquista en Valencia? Pues sinceramente, sus dos autores. Reconozco que, viniendo de Miguel Ánger Giner y Cristina Durán, la versión en cómic de las Páginas Amarillas me va a resultar atractivas, y al menos un vistazo le voy a echar… Pero es que, a pesar de tratar un tema sobre el que a priori no estaba interesado, tengo que reconocer que María la Jabalina, la última obra de estos dos autores editada por Astiberri, me ha parecido sumamente interesante.
La historia de María la Jabalina es desgarradora. Probablemente como la suya haya habido otras tantas, pero en su caso se acumulan muchas circunstancias que convierten su historia en algo sobre lo que volver la vista atrás. Con 18 años se alistó en la Columna de Hierro y ayudó como enfermera en los enfrentamientos entre ambos bandos, resultando ser la primera mujer que caía herida durante la Guerra. A partir de ahí, fue utilizada como cabeza de turco y, a pesar de todas las pruebas que demostraban que no había participado activamente en la Guerra y que mucho menos había llevado a cabo todas las actividades de las que la acusaban, acabó siendo condenada por ello. La Concejalía de Memoria Histórica del Ayuntamiento de Sagunto, ha visto en los autores de Una posibilidad entre mil o El día 3, los artistas ideales para llevar a cabo esta biografía de la joven anarquista.
Giner Bou y Durán cuentan la historia de María de una manera muy clara y directa, enumerando los eventos más importantes que permiten comprender el global de la historia, pero además abriendo el foco hasta lo personal. Cuentan así sus intereses amorosos, su relación con su familia o cómo se comportaba incluso durante su encierro con otras reclusas, logrando así que el impacto de la injusticia duela más al lector. Y para ello, los autores han llevado a cabo un trabajo de documentación que abarca desde la consulta de la documentación real, entrevistas con historiadores e incluso con la propia familia de la protagonista. Han visitado las localizaciones reales, que se refleja en el entorno que se nos muestra en el cómic.
Una de las cosas que más me ha gustado de la obra es lo bien que disimulan el protagonismo verdadero de la obra, que no es otro que el de la madre de María. Con sumo mimo y cuidado, recae todo el foco de atención en la que sufrió las acusaciones y acabó pagando por crímenes que no había cometido, pero la que se lleva el peso emocional de la obra, en mi opinión, es esa madre que lucha sin descanso, con contención y sufriendo lo que solo puede sufrir una madre que ve cómo le quitan a una hija. Hay muchas escenas que resultan desgarradoras, centradas en las reacciones de esta mujer, narradas con brillantez y que son las que acaban llegando más al fondo del corazón.
Porque el trabajo de Cristina Durán es de otro universo. Ya que en esta reseña toca reconocer cosas, tengo que decir que cuando conocí sus primeras obras, me costó acercarme al trabajo de Durán por ese estilo de dibujo que tiene, que en un primer momento me recordaba a esas obras de teatro o guiñol con recortes o troquelados antepuestos a un escenario. Su dibujo anguloso con contorno de línea gruesa, limpio y con colores planos siempre me habían hecho mostrar menos interés de primeras… hasta que comencé a leer sus trabajos. Que nadie se deje engañar, porque a nivel narrativo tiene recursos de composición, de simetría de viñetas, e incluso de rotulación que elevan la categoría de sus obras a muchos niveles. Me fascina cómo usa, por ejemplo, los colores de los bocadillos para diferenciar un diálogo por megafonía o susurrado, cómo consigue dar volumen con el dibujo a las viñetas, o la escena en la que comienza su primera relación sentimental, compuesta de un modo inteligentísimo.
En definitiva, María la Jabalina es una obra que merece mucho la pena. Por el mero hecho de recordar la figura histórica y las circunstancias que rodearon su corta vida, ya resulta interesante por sí misma, pero es que además está muy bien dibujada y mejor narrada, consiguiendo momentos de gran intensidad emocional y recursos gráficos muy ricos. La edición, además, cuenta con numerosos extras a modo de fotografías, documentos reales, y fuentes de información utilizadas durante la creación de la obra. Historia muy dura, que no se ceba en la dureza de muchos de los acontecimientos reales y se centran en cómo la familia Pérez LaCruz lidió como pudo con una situación en la que poco había que hacer.
Lo mejor: El buen equipo que hacen los autores y la claridad con la que cuentan la historia siempre. El dibujo de Cristina Durán va ganando a cada obra que realiza.
Lo peor: Que entre Paco Roca con Los surcos del azar y Giner Bou y Cristina Durán con esta, al final… van a hacer que me interese el tema de la Guerra Civil. XD
