Conocí la obra de Keum Suk Gendry-Kim de manera fortuita hace un par de años, con motivo de la publicación de “Hierba”, la novela gráfica que le abrió las puertas del mundo y que ha vendido varias decenas de miles de copias en España. Luego llegó “La espera”, después fue el turno de “Perros” y ahora estoy aquí para hablaros de “Mañana será otro día”, su último trabajo, que nos ofrece Reservoir Books en una cuidada edición muy en la línea de sus predecesores.
En “Mañana será otro día”, la autora rompe un poco con la tónica que nos tenía acostumbrados para ofrecernos un desgarrador drama costumbrista con un fuerte componente autobiográfico. Ahora bien, pese que algunos hechos (tal y como reconoce) están algo alterados y los nombres son otros (para no herir sensibilidades), cada una de las más de doscientas páginas de historieta que tenemos por delante están impregnadas de un aroma triste y melancólico.
KSGK se desnuda ante el lector y nos abre su alma, usando para ello a Bada y San, una joven pareja coreana de treintañeros que quieren ser padres pero no consiguen quedarse embarazados. Este deseo que se les resiste les ocasionará no pocos problemas y miradas de desaprobación de su entorno y de su propio seno familiar. Pese a que “Mañana será otro día” es un cómic que se aleja conceptualmente de los mencionados libros de la artista, también hay hueco para el espíritu crítico y de protesta hacía la sociedad de su país.
En Corea hasta no hace demasiado se mira con cierto desdén y desaprobación a las mujeres que no tenían hijos. En “Mañana será otro día”, el personaje de la suegra de Bada es el vehículo que usa Keum para personificar la frustración y la infelicidad de la protagonista. La autora refleja a la perfección la profunda sensación de desesperanza de Bada y cómo la imposibilidad, cada vez más real, de no poder concebir un hijo la devora desde las entrañas como si se tratase de un agujero negro.
Aunque el rol de San en “Mañana será otro día”, es importante, me parece todo un acierto que el foco se ponga sobre Bada. Algunos de los pasajes más desoladores se centran en describir la soledad que atenaza a la pobre madre, que se encuentra demonizada por su entorno (y por sí misma), que la culpa por no traer un niño a este mundo.
Ahora bien, si a nivel de guion “Mañana será otro día” rueda a un nivel altísimo, creo que a nivel artístico Keum Suk Gendry-Kim da un do de pecho con sus mejores páginas hasta el momento. Se me ocurren pocos autores capaces de contar tanto con tan poco. Un minimalismo a la hora de dibujar unos rostros totalmente expresivos, pese a estar formados por unos pocos trazos. Su dominio del lenguaje del total es algo superlativo. Ese juego de miradas entre Bada y San es realista, enternecedor y hace que sus personajes se miren como solo puede mirarse una pareja que está atravesando un momento traumático.
Siguiendo con el arte, las masas de grises y el juego de sombras usado por Keum Suk son un mecanismo que funciona como un perfecto engranaje a la hora de mostrar el crisol de emociones que atraviesa Bada en “Mañana será otro día”. La tristeza que la invade en casi todo momento llega a permear en el lector y se acaba convirtiendo en un personaje más de la obra.
¿Y qué decir del color final? Una explosión cromática que pilla por sorpresa para dar la bienvenida al lado más luminoso de “Mañana será otro día”. Y no, no estoy haciendo un spoiler del final. Para saber cómo termina tendréis que haceros con una copia. Estoy convencido de que no os arrepentireis.
La edición de Reservoir viene presentada en formato rústica con solapas a un pvp de 22.90 €. Deseando estoy de ver los siguientes trabajos de Keum Suk Gendry-Kim y de que esta editorial, o la que sea, rescate sus cómics previos. Es una autora de la que quiero tener toda su obra.