Un año más, un número más de la Biblioteca Madmaniverso. Como hemos comentado previamente, esta colección de integrales no es tanto una recopilación de apariciones del personaje -eso es básicamente lo que tendríamos en los dos primeros tomos-, sino una recopilación extensiva de la obra creator-owned de su creador, Mike Allred. Sí, tenemos series en las que Madman es el protagonista, otras en los que es un personaje secundario… pero también algunas en las que ni siquiera aparece, que ni siquiera están ambientadas en el universo en el que se desarrollan sus aventuras. En este tercer volumen de Madman Integral nos encontramos dos series (y solo dos) de este tipo, The Atomics y Red Rocket 7. Pongamos al 11 el The Rise And Fall Of Ziggy Stardust And The Spiders From Mars de David Bowie y vamos a ver qué nos encontramos por aquí.
Algo más de la primera mitad de este Madman Integral ocupa la serie The Atomics, una serie que duró quince números y fue autopublicada por el matrimonio Allred en su editorial AAA Pop entre los años 2000 y 2001. Esta serie, totalmente inédita en castellano hasta ahora, es un spin-off de los cómics de Madman protagonizada por los Beatniks Callejeros Mutantes que vimos como adversarios del protagonista en los tomos anteriores, y aquí veremos cómo estos personajes se convierten en superhéroes y hacen las paces con Frank Einstein, que acaba siendo su aliado y un personaje recurrente.
Allred tenía en sus primeras obras un tono más filosófico, más existencialista, pero en The Atomics relaja la intención y se vuelve mucho más amable, más desenfadado. Más cercano a los cómics de la Edad de Plata que tantas veces hemos dicho que le han influido estéticamente. Tenemos civilizaciones alienígenas, viajes en el tiempo, culebroneo, enemigos que tras un primer combate por malentendidos se convierten en aliados, angustia existencial… con retoques mínimos, The Atomics se podría convertir en un cómic Marvel de finales de los 60 o principios de los 70. Entre los nuevos personajes, destaca especialmente Luna Romy, It Girl, una chica de diecisiete años con unos poderes que recuerdan a los del Hombre Absorbente y que nos cautiva desde prácticamente el principio. Por ello es la que más cómics en solitario ha protagonizado de todos los Atomics salvo el propio Madman.
Un detalle del que nos damos cuenta en este tomo es que Allred tuvo mucho que decir en el diseño de los X-Force que hizo junto a Peter Milligan. El primer número del tomo se titula “The Zeitgeist of Snap City” (en castellano, “La idiosincrasia de Snap City”, en la tradición de traducciones poco apropiada que llevamos viendo desde el primer tomo), y el primer líder de X-Force se llamaba precisamente Zeitgeist. Pero también tenemos por aquí a Adam Balm, el Hombre de Metal, uno de los personajes más carismáticos de la serie, que tiene el mismo diseño que el siguiente líder de X-Force, Guy Smith, Mister Sensible, el Huérfano, tanto en sus afecciones cutáneas como en el casco. Y los Atomics aparecen un año y medio antes que el primer X-Force de la nueva etapa.
La segunda mitad de este tercer Madman Integral la ocupa la miniserie Red Rocket 7, publicada por Dark Horse entre 1997 y 1998, que ha tenido dos ediciones previas en castellano, una en 2005 por Recerca Editorial, que incluía un CD de The Gear, la banda de Space Rock que Allred tiene con varios miembros de su familia, y otra en 2014 por Aleta. Podríamos decir que Red Rocket 7 es un ejercicio de arte pop, que es una historia de ciencia ficción, que es un cómic sobre la historia de la música popular de la segunda mitad del siglo XX… y es todo eso y a la vez mucho más. En resumen, Red Rocket 7 es el cómic que tenemos que leer para saber quién es Mike Allred y qué hay dentro de su cabeza. Y, por qué no, también dentro de su corazón.
Me explico. No hace falta señalar una vez más que Allred es un apasionado del cómic de la Edad de Plata, y aquí tenemos una historia de ciencia ficción, de dos razas alienígenas en conflicto, los Celestonianos y los Enfinitos, que nos recuerda poderosamente a los Eternos del Rey Kirby. Pero también sabemos que Allred es mormón, y en esta historia tenemos ciertos toques que nos pueden recordar a ideas presentes en su fe, como la existencia de planetas habitados por el cosmos relacionados con la inmortalidad. También conocemos la vastísima cultura musical del autor y su pasión por David Bowie (hace años ilustró una biografía suya), y no hace falta pensar demasiado para darse cuenta de que Red Rocket 7, el personaje, es Bowie en su avatar de Ziggy Stardust. Y por si fuera poco, el autor se mete a sí mismo dentro de la historia como Red Allrod, guitarrista de un grupo llamado The Gear, como si fuera un fanfic. Se le nota la pasión en esta obra, pero quizás una pasión un tanto descontrolada: a veces la obsesión por retratar la mayor cantidad posible de momentos relevantes de la historia de la música y de artistas legendarios lastra un poco la narración convirtiéndola en poco más que galerías de imágenes con cuadros de texto. Madman, por cierto, sólo aparece aquí como un imán de nevera.
La edición original de Red Rocket 7 salió en formato cuadrado, en 25×25, simulando la portada de un disco de vinilo de diez pulgadas, un formato que fue muy popular hasta finales de los años 50, década en la que arranca la historia. El problema es que para meter esta obra en un tomo en tamaño cómic de 17 centímetros de ancho, ha necesitado una reducción de tamaño de más del 30%, quedando un poco deslucido el espectacular arte de Allred. Hay que señalar que esta cuestionable decisión es del autor, ya que Planeta Cómic se ha limitado a reproducir la edición original.
Lo que sí hay que criticar en la edición de Planeta es, de nuevo, la traducción. El título de cada capítulo hace referencia a letra o título de clásicos musicales (Blue Suede Shoes de Elvis, Tutti Frutti de Little Richard, Nowhere Man de los Beatles, Moonage Daydream de David Bowie, All Apologies de Nirvana…) y se han traducido sin dejar rastro por ningún lado de la referencia original.
Los fans apasionados de Mike Allred ya teníamos Red Rocket 7, y quizás una segunda edición de esta obra no era algo que quisiéramos, y menos en tamaño reducido, pero tener por fin en castellano la serie The Atomics es motivo de celebración. Como siempre, un cómic de Mike Allred siempre es una alegría. Visual, emocional e intelectual. Y aún nos quedan tres tomos por delante. 2025, esperemos que nos des nuestra dosis de Allred lo antes posible.
Y ahora, de bonus track, os dejamos con el disco Son of Red Rocket 7 de The Gear.