Hace no mucho estuvimos hablando por aquí de la primera entrega de “LowReader” de Nuevo Nueve. En aquel texto me alegraba de que la antología de relatos de corte grindhouse “Doggy Bags” tuviera una segunda vida, aunque mucho más breve de lo que me hubiera gustado. Ya os contamos nuestras impresiones de “She Wolf & Cub”. Hoy nos disponemos a hablar de “Mr. Sato” y “Devil’s Key”.
A modo de recordatorio ha de destacarse que originalmente las historias de “LowReader” fueron publicadas todas en un mismo álbum. En España han salido por separado en formato tpb a tamaño comic-book. En total son tres números de unas 40 páginas a ocho euros cada uno. Al final de cada ejemplar se incluye, a modo de desplegable, un póster con las portadas de cada historia. A continuación, veamos cómo nos presenta el cuervo Lázaro, nuestro maestro de ceremonias, las desventuras de estos protagonistas.
Mr. Sato o la justicia se sirve fría
Para este corto, vuelve Run, el coordinador principal de la mayoría de capítulos de “Doggy Bags”. En los dibujos está Guillaume Singelin (del que disfrutamos hace unos meses de la genial “Frontier”). La trama es sencilla: Mr. Sato es un oficinista japonés que está hasta las narices de ser un paria y de que todo el mundo o le ignore o se meta con él. Hasta que un día dice “ya no más” y decide volver las tornas.
Estamos ante un homenaje a las películas de justicieros urbanos que popularizó la productora Canon en los setenta y los ochenta con Charles Bronson y Chuck Norris como principales figuras del celuloide. En esta ocasión, el dibujo y el color de Singelin es crucial para la evolución de la historia, pues nos muestran al señor Sato como una figura traslúcida, casi invisible para el resto de sus congéneres. Además, el buen uso de la iluminación y las sombras ayudan a crear un ambiente opresivo y angustioso.
También me ha parecido destacable el claro homenaje a las historias de los años cincuenta de la mítica editorial E.C. Comics con esa clara moraleja teñida de humor negro con la que finalizan las peripecias de Mr. Sato.
Devil’s Key o como hay acuerdos que solo pueden salir mal
Y de un tópico del cine de serie B saltamos a otro: el Satanic Panic que tanto preocupó a la sociedad de la América rural hace unas décadas. Tanto, que por momentos llegó a eclipsar a la mismísima Guerra Fría. Además, para añadirle más elementos al caldero, sumemosle la aparición de una banda de Heavy Metal que haría lo que fuera por triunfar.
Este relato viene firmado por Mud y Nicolás Guisalberti, que realizan un trabajo tan desenfadado y cafre como uno se podría esperar dada la disparatada premisa. En esta ocasión, los autores recogen el espíritu de “Doggy Bags” en un puñado de páginas repletas de demonios, peleas, tías en cueros y rock and roll. Leyendo “Devil’s Key” no he podido evitar pensar en la figura de John Carpenter como posible director de esta locura. Es que le va como anillo al dedo.
Imaginad una mezcla de “Wayne’s World” y “Golpe en la pequeña china” y el resultado es más o menos lo que ofrece “Devil’s Key”.
En resumidas cuentas, si queréis unos tebeos para pasar un buen rato, cualquier entrega de “LowReader” os garantiza eso y mucho más. Además, hay artículos que enriquecen la lectura y páginas con publicidades ficticias que imitan las secciones de anuncios de las revistas de la época.
Lo que más me gusta es el cariño que demuestran los autores por un tipo de historias (ya sean en formato celuloide o papel) que normalmente son despreciadas y prejuzgadas. Personalmente, creo que su finalidad no es otra que la de servir de vehículo de evasión. Cometido que consiguen a todas luces.
Quiero más.