Con la perspectiva del tiempo, tenemos la visión global de la etapa de Jonathan Hickman y visto que serán unos 10 tomos, Los Vengadores de Jonathan Hickman 5. Adaptarse o morir nos sitúa justamente en el ecuador. También esta distancia no deja que este tomo resulta ser un evidente puente entre dos grandes sagas.
Así los tomos 1 al 4 nos presentarían la amenaza de las incursiones, pero con un ojo puesto en Infinito, el gran evento que pondría fin al primer bloque. Aproximadamente en el tomo 8 debería comenzar el segundo bloque, la saga ¡Se acaba el tiempo! que será el camino hacia el enorme fin de fiesta que llegará con Secret Wars. Sin embargo, en un guionista como Jonathan Hickman tan dado a los efectismos y enganchar con incógnitas, alargar las sagas pueden dar lugar a bajones evidentes como esta etapa puente central.
Tranquilos, guardad esas horcas y las ampollas de cianuro. Incluso bajo de fuelle, Hickman sigue dándonos algunas ideas interesantes, pero por prolongación de las ideas perdemos esa cortina de humo de asombro perpetuo que tan bien trabaja Hickman y tan bien tapa sus carencias. El resultado es que Los Vengadores de Jonathan Hickman 5. Adaptarse o morir tal vez (permitidme el chiste a lo Matías Prats) debería haberse adaptado a la mitad de espacio.
Este tomo continúa alimentando la gran debacle de las incursiones profundizando en sus causas y efectos e indagando en el gran plan de los Illuminati, pero como de costumbre, dividido en dos tramas que confluyen en una misma idea. De hecho en este caso, coinciden en más de un sentido. En el ala de Los Nuevos Vengadores el escudriñamiento de otras Tierras los llevará a descubrir una donde La Gran Sociedad (un trasunto de la JLA) parece tener sus propios métodos para evitar el desastre. A nada que hayamos leído dos o tres tebeos de superhéroes, resulta obvio que la cosa terminará en enfrentamiento. Saltando, por otro lado, al ala de Los Vengadores a secas, nuestros héroes tendrán que enfrentarse a una versión maligna de sí mismos traídos a nuestra tierra por IMA. En cualquier caso tenemos por partida doble a Los Vengadores enfrentándose a contrapartidas de sí mismos.
Resulta incuestionable que manejando tierras paralelas, este tipo de historias tenían que llegar, pero tras el festival de grandiosidad del que venimos, dedicar todo un tomo (y algunos números más de los que está por llegar) a una historia de este tipo, conlleva un frenazo considerable en el ritmo y la capacidad de asombrar de esta serie.
No deja de resultar extraña esta elección. Tenemos una concentración más que considerable de conceptos complejos, pero en lugar de explicarlos mediante la propia historia, decide emplearla en estos enfrentamientos con un papel mucho más anecdótico a largo plazo, mientras una serie de talking heads sueltan toneladas de diálogo expositivo para explicarnos lo que hay detrás de las incursiones.
El apartado gráfico también decae. Por más defectos que podamos encontrar en Leinil Yu o Mike Deodato, en su registro blockbusteriano se ajustan como un guante a los presupuestos de Hickman. En este caso relevamos a los dibujantes habituales para dejar paso a Simone Bianchi, Rags Morales y Salvador Larroca. La verdad es que no podemos decir para nada que sean nombres de segunda, pero de algún modo perdemos ese impacto over the top que teníamos. Bianchi es un ilustrador impresionante, pero cada viñeta es una portada y el fluir de la historia se ve profundamente resentido. Tenemos a un Rags Morales que se antoja a priori una elección acertadísima para la parte donde tenemos a este trasunto de la Liga de la Justicia, pero en este único trabajo para Marvel lo encontramos bastante menos inspirado de lo habitual. Parece mentira que el dibujante que nos arrancó el alma en Crisis de identidad sea el culpable de tantas escenas con personajes fuera de registro. Tenemos también a un Larroca en el que se agradece un trabajo con una base fotográfica mucho menor de la que últimamente nos tiene acostumbrados, pero pese a encontrarlo en uno de sus mejores momentos de forma, sigue dejando alguna que otra apuesta visual cuestionable y no consigue que dejemos de echar de menos a los dibujantes de los tomos anteriores.
Resultaba bastante claro que tras el final de Infinito, llegaría el momento de levantar el pie del acelerador, pero Los Vengadores de Jonathan Hickman 5 emplea demasiado tiempo en un puente desproporcionadamente largo para lo que la historia precisaba. En fin, seamos pacientes y démosle un par de tomos más de margen porque sabemos que el final será épico.
Hazlo desde este link de Amazon y colabora con Es la Hora de las Tortas.
Jonathan Hickman