En 2014, metidos de lleno en el núcleo de la etapa de Jonathan Hickman al frente de los vengadores, no es de extrañar que quisieran añadir un nuevo título a los Vengadores hickmanianos. De ahí sale Avengers World, la serie que se recopila en Los Vengadores de Jonathan Hickman 6, donde Hickman comenzaba compartiendo cartel con Nick Spencer para soltar después las riendas por completo en manos del segundo.
A poco que se haya seguido la carrera de ambos guionistas, resulta sencillo imaginar qué hizo uno y qué el otro, pero es importante advertir que por más que participe de los faraónicos high concepts de Hickman, Los Vengadores de Jonathan Hickman 6 poco o nada tiene que decir en la colosal trama que llevamos desplegando desde el tomo uno. Aun con todo, este tomo destila espectáculo, giros sorprendentes y acción a esa escala que es puro Vengadores. Además, tiene la ventaja de que se trata de un arco contenido con su inicio y su final, con lo que los curiosos pueden lanzarse a leerlo de nuevas por más que lleve un 6 en el lomo.
Vengadores mundiales es el subtítulo con el que nos llega este Los Vengadores de Jonathan Hickman 6, lo que ya es suficientemente descriptivo de lo que vamos a encontrar. Aprovechando que hablamos de un grupo considerablemente numeroso (y más aún en esta época con bastantes personajes nuevos o poco conocidos), Hickman y Spencer nos despliegan tres crisis a la vez a lo largo del mundo. La leyenda de un inmenso dragón que hace de cuna a la isla de Madripur resulta ser cierta cuando éste despierta. Todo el mundo ha desaparecido en Velletri (Italia), cuyo subsuelo parece albergar la ciudad de los muertos. Por último, la isla IMA (Barbuda) parece estar creciendo y desarrollándose como si el tiempo se acelerase en su interior. Tres equipos de Vengadores con miembros tan variopintos como Pegadora, Sang Chi o Starbrand se tendrán que hacer cargo de estos incidentes.
La verdad es que se da una sorprendente sinergia en el tándem Hickman-Spencer y la estructura parece estar hecha a la medida de ambos, ya que comienza muy a la Hickman con tres amenazas de escala ciclópea sin espacio entre una y otra. Sin embargo, cada número, pese a avanzar en una de las tres tramas abiertas, se plantea casi como una historia independiente y centrado en uno de los personajes protagonistas, un poco al estilo Perdidos. Es ahí donde entra Spencer. Hemos comentado en más de una ocasión el tratamiento de personajes de Hickman como engranajes de una historia más que como entidades autónomas, pero Spencer es un guionista que hace un especial hincapié en los diálogos y eso nos sirve para detenernos de manera un poco más personalizada en todo ese reparto hickmaniano, perdido en la inmensidad de la historia. Si le sumamos esa habilidad para el humor del guionista de The Fix, tenemos un divertido modo de aproximación que quizá echábamos de menos a personajes como Pegadora, Starbrand o estos nuevos acercamientos a Hyperion, Sang Chi o Bala de Cañón y Mancha Solar a modo de Booster Gold y Blue Beetle.
Tal vez había un plan a mayor plazo para estos Vengadores mundiales que probablemente nunca veamos, pero nos dejan montones de personajes rescatados o de nuevo cuño para los que parecía haber un hueco. Podemos ver personajes rescatados de los propios Guerreros Secretos de Hickman, los Next Avengers (surgidos directamente de su peli animada), los nuevos Euroforce (rescatando los conceptos que Xavi Marturet y Paco Díaz desarrollaron en los 90 para Marvel Italia) o los nuevos héroes chinos S.P.E.A.R y los Ascendentes.
El dibujo tal vez no cuenta con los nombres de primerísimo nivel de los tomos anteriores, pero tanto Stefano Caselli como Marco Checchetto comenzaban a dar muestras de que pronto estarían dentro de esta consideración. La sensación de gran escala de la acción sigue asegurada.
Los Vengadores de Jonathan Hickman 6: Vengadores Mundiales no tiene lugar en la trama que hemos estado viendo en los tomos anteriores de esta colección. Sin embargo, participa por completo del mismo espíritu, nos sirve para arrojar luz sobre personajes que colgaban un tanto perdidos y aporta ese respiro necesario entre el atracón de conceptos “más grandes que la vida” que hemos tenido hasta ahora y la gran saga final que está a punto de llegar.
