¿Cuántas veces habremos oído o leído eso de que «vivimos en la edad de oro de las series de TV»? Sin embargo, los que peinan canas y los que ya no tenemos la suerte de poder hacerlo recordamos otra época donde tal vez el material de las series no era el oro sino algo bastante más barato, pero que quién sabe si por efecto de la tan traicionera nostalgia, se sienten en el recuerdo con el mismo brillo. De la mano de Kyle Starks y Chris Schweizer, Los seis ayudantes de Trigger Keaton parte de aquellos tiempos de El coche fantástico, Canción triste de Hill Street, Walker Texas Ranger o Babylon 5 para brindarnos esta chifladura de comedia.
Si exceptuamos las historias cortas, Los seis ayudantes de Trigger Keaton es ya la tercera obra en llegar a España con Kyle Starks a los guiones. Hablamos además de un autor nominado no una ni dos, sino tres veces a los premios Eisner a la mejor obra de humor por Sexcastle (2016), Rock Candy Mountain (2018) y Odio este sitio este mismo año. Y aún así estoy convencido de que la mayoría de vosotros no ha leído aún nada suyo.
No hablemos ya del dibujante Chris Schweizer, del cual Los seis ayudantes de Trigger Keaton supone su primera obra en aterrizar en nuestros lares. Sin embargo, si antes mencionábamos las nominaciones de Starks, Schweizer acumula otras tres en las categorías de cómic infantil-juvenil por Crogan’s Vengeance (2009), The Creeps (2017) y Crogan’s Loyalty (2013). Técnicamente serían cuatro si contamos que el color de Rock Candy Mountain es suyo, siendo este el momento momento en el que comenzaría su colaboración con Kyle Starks, que continuaría con Old Head y llegaría hasta Los seis ayudantes de Trigger Keaton.
Obviamente, tener tres, diez o doscientas nominaciones a los Eisner no es ni mucho menos determinante para elegir una obra, aunque ni que decir tiene que haberse ganado el ojo de la crítica puede ser un plus. La razón para leer Los seis ayudantes de Trigger Keaton no es esa, sino simplemente que es tremendamente divertido.
El tal Trigger Keaton es una especie de trasunto muy pasado de vueltas de Chuck Norris tremendamente tiránico, mezquino, alcohólico y abusivo, que aparecerá muerto al principio de la serie, presuntamente por suicidio. Pero he aquí que Miles Nguyen, que interpreta al detective compañero de Keaton en su última serie, sospechará que se trata de un asesinato y, aprovechando que en la lectura de su testamento se reunirán los otros cinco ex-compañeros de Keaton en distintas series, los convencerá para investigarlo.
Algo de whodunnit hay en Los seis ayudantes de Trigger Keaton, pero no es casi más que la excusa para presentarnos un estrafalario reparto de personajes que fueron víctimas de los abusos de Keaton en distintos momentos de su carrera. Alternaremos así la trama de investigación del asesinato con flashbacks homenaje a distintas series de los 80 y 90, que sirven para profundizar en quienes son los seis ayudantes y por qué lo son. Además todo se enreda cuando tienen que lidiar contra todo el gremio de especialistas, que odiaban unánimemente a Keaton y no quieren que se investigue su muerte.
Todo esto es sin más el hilo conductor para brindarnos mil y una situaciones locas y disparatadas, sustentadas en un elenco de personajes con cuyos roles, filias y fobias nos familiarizamos casi al instante y que nos brindan momentos realmente divertidos.
Y es que la historia o quién es el asesino al final no importa tanto como qué le sucede a cada uno de nuestros protagonistas y cómo se las apañarán para sacarnos la próxima carcajada. Starks nos da lo que viene ya siendo su marca de fábrica, unas caracterizaciones tan precisas y certeras como extravagantes. En combinación con un especial tino para el gag, muy por encima de lo que le veíamos en Assassin Nation u Odio este sitio, estamos probablemente ante su trabajo más conseguido de cuantos nos han llegado en castellano.
¿Puede ser entonces que sin más Starks esté más inspirado y acertado en Los seis ayudantes de Trigger Keaton? Es probable que algo de eso haya, pero ya sabemos que cuando hablamos de un medio como el cómic casi nunca es solo eso y es aquí donde entra Chris Schweizer. Vender el dibujo de Schweizer es complicado porque estoy convencido que sólo con echar un vistazo a las páginas que ilustran esta reseña va a haber quien no quiera saber más. En un primer vistazo y aislado de la lectura, casi podríamos decir que Chris Schweizer tiene un aspecto tirando a feo. Afortunadamente, los cómics se leen y con eso ya no queda duda de que Schweizer hace de Los seis ayudantes de Trigger Keaton un tebeo aún mejor que la propuesta de guion de Starks. Ese look del dibujo de Chris Schweizer puede sorprender en un tebeo se Image-Skybound por un tratamiento muy cartoon y es que no olvidemos que proviene de la escena infantil-juvenil, donde las reglas son distintas. Resulta muy curioso que se le pueden llegar a ver ecos de línea clara y hasta, por descabellada que resulte la conexión, concretamente de la escuela valenciana. Incluso, por sus formas sintéticas y en los momentos donde más juguetón se pone a nivel narrativo, puede recordar también en cierto modo a Paul Grist.
En cualquier caso, el mayor talento de Schweizer reside casualmente en el apartado donde más energía precisa Los seis ayudantes de Trigger Keaton: la caracterización de personajes. Empezando por su diseños distintivos y continuando por la mecánica gestual exclusiva de cada uno de ellos, sus actings faciales… Schweizer tiene a dibujar muy poco, a simplificar todo lo que puede, pero cada línea que hay puesta en su dibujo está ahí para contarte algo. En sus manos los personajes son más graciosos, más intensos… convierte a esta colección de fracasados con vidas arruinadas por Trigger Keaton en un conjunto de chalados adorables que nos hacen pasar un rato genial.
Probablemente y como pasa en otros medios, Los seis ayudantes de Trigger Keaton no sea valorada como debe por tratarse de una comedia. Pero tebeos así nos ayudan a darnos cuenta de lo difícil que es conseguir sonrisas y carcajadas y de lo bien que se queda uno cuando hay dos autores profesionales e inspirados que saben hacerlo como en este tebeo.