La intención de toda esta reseña es servir a modo de disclaimer en contra de las posibles ideas preconcebidas y es que lo que más daño hace a Los 4 Fantásticos. Toda una vida es titularse Los 4 Fantásticos. Toda una vida.
Automáticamente, leer este título nos lleva a Spiderman. Toda una vida, la obra de Chip Zdarsky y Mark Bagley donde ambos tomaban la historia del trepamuros y le hacían un recorrido bajo el supuesto de que los años Marvel transcurrieran en tiempo real. Zdarsky y Bagley nos iban mostrando cómo envejecían los buenos de Peter y compañía mientras en cada década tenían lugar algunos de los greatest hits de la historia arácnida a modo de revisitación-homenaje, aunque siempre con las peculiaridades que el paso real del tiempo tenían sobre estos acontecimientos.
Olvidaos completamente de esta premisa, porque si algo ha demostrado Mark Russell, guionista al frente de Los 4 Fantásticos. Toda una vida, es que no sigue las reglas. De acuerdo que cuando rescató a Los Picapiedra para darnos una sátira de nuestra sociedad actual tampoco rompía moldes del todo, ya que algo de eso había en el concepto original. Pero cuando cogió al León Melquiades y lo convirtió en una suerte de trasunto de Oscar Wilde metido en la caza de brujas de los años 50 y con un fuerte carácter crítico contra la homofobia, ya algo nos olíamos. Pero tampoco pasaba nada porque hacía décadas que todo el mundo había olvidado a Melquiades. Pero cuando más recientemente tomó a Red Sonja y la enfrentó contra todo un imperio armada solo con ingenio y agudeza, ya nos daría pistas de que no hay personaje sagrado para Mark Russell. Se los llevará a donde haga falta para contarnos la historia que tenga pensada y Los 4 Fantásticos. Toda una vida no es una excepción.
Los 4 Fantásticos. Toda una vida nos cuenta una sola historia, la llegada de Galactus. La diferencia es que el primer contacto en forma de ensoñación tendrá lugar en el mismo punto del origen de los 4 Fantásticos en 1961 y no llegará a la tierra hasta 2010. Esto quiere decir que todo lo demás que ocurre en este tomo gira en torno a este hecho central, con lo que ya podemos ir deduciendo que se elimina por completo el componente de homenaje a la historia de los 4 Fantásticos. Russell tiene además una serie de hitos marcados y para llegar a ellos es preciso que los 4F que vemos aquí no sean los que conocemos de toda la vida. Así que Russell reinventa el propio concepto de los 4F en aspectos a veces tan troncales y fundacionales que pueden llegar a doler a los viejos fans. Retuerce el concepto de familia en algo mucho más laxo y disfuncional, el aspecto superheroico pasa mucho más por encima… Mark Russell necesita unos personajes muy concretos en una situación muy concreta. Incluso casi se podría decir que nos deja muestra de que le importa bien poco la continuidad oficial, hasta tal punto que cuando necesita tomar hechos de esta, los introduce en secuencias de montaje rápido, casi como si nos dijera a los lectores «esto ya os lo sabéis, no perdamos tiempo».
El hincapié de Los 4 Fantásticos. Toda una vida no es en qué se parece a los canónicos sino en qué se diferencia. Hay un momento en que se compara a estos 4 Fantásticos con Fleetwood Mac, un grupo que aún no se ha disuelto, pero en el que ya todos sacaban sus propios discos en solitario desde hace tiempo y esto es un gran indicador de cuál es la propuesta de Russell para esta historia.
Tal vez por todo esto se echa de menos a un dibujante con un planteamiento más extremo que el de Sean Izaakse. Izaakse realiza un trabajo más que digno, tal vez no brillante pero impecable y francamente bien equilibrado. Sin embargo, tanto en lo narrativo como en el acabado, el dibujante sudafricano es excesivamente tradicional y tal vez en la serie regular de los 4F podría funcionar — de hecho lo hizo y muy bien — pero en un planteamiento como este, tal vez un dibujante con una apuesta visual más personal nos habría ayudado a distanciarnos del canon y ver venir las intenciones de Russell.
Los que vengan esperando algo como Spiderman. Toda una vida, pero con la primera familia, sin duda van a resultar profundamente decepcionados con este tomo. ¿Es entonces Los 4 Fantásticos. Toda una vida una obra fallida? Para nada. Es una historia llena de ingenio, de momentos emotivos, diálogos con gancho y si la afrontamos sin prejuicios es un grandísimo tebeo. Puede que no sea ni 4 Fantásticos ni Toda una vida, pero es un gran tebeo.