Tras la publicación de “Dredd vs Muerte” y “América”, llega “La Tierra Maldita”. el tercer recopilatorio de Dolmen del policía, juez, y ejecutor más famoso de Mega-City Uno, el Juez Joseph Dredd. Debo decir que tenía unas ganas locas de echarle el guante a este tomo, porque la historia que contiene la comencé a leer hace unos treinta años. Fue gracias a unos números sueltos, que conseguí saldados, de la serie en color en formato comic book que publicó Zinco a partir de la edición inglesa de Eagle.
“Juez Dredd: La Tierra Maldita” es una obra muy especial. Para empezar, hasta el momento no se había publicado un serial que durase tantos números consecutivos como esta. En total, la historia vio la luz originalmente en los números 61 a 85 del magazine de 2000 AD. El tono de la historia se aleja de algunas otras algo más profundas y sesudas para apostarlo todo por la acción. Aunque, como veremos más abajo, esto no signifique que “La Tierra Maldita” sea un entretenimiento vacío.
La premisa es sencilla y eficaz. Un virus está asolando Mega-City Dos. Para salvar a sus millones de habitantes, Dredd deberá atravesar miles de kilómetros plagados de desolación, destrucción y muerte. No lo hará solo, irán con él otro par de jueces y un convicto e irán a bordo de un vehículo modular armado hasta los dientes. La influencia del filme “Mad Max” está presente en “La Tierra Maldita”, ya sea por lo inhóspito de los paisajes o por las diferentes tribus a las que se deberán enfrentar en esta epopeya cargada de adrenalina que nos mantendrá pegados al tomo hasta que lo terminemos.
Ahora bien, los puntos de interés de “Juez Dredd: La Tierra Maldita” son muchos. Huelga decir que el humor negro, las escenas cafres y la ultra violencia están a la orden del día. Luego encontraremos algunos elementos que trascienden de lo curioso. Por ejemplo, hay un pasaje en el que nuestro equipo de salvadores acabarán en un parque para dinosaurios (años antes de que Michael Crichton escribiese “Jurassic Park”) y se enfrentarán a la Vieja Tuerta. La villana principal de otra gran creación de 2000 AD: «Flesh«, obra que espero que Dolmen se anime a editar en algún momento.
La Tierra Maldita ¡Ahora sin censura!
En la portada del volumen, Dolmen ha tenido a bien de mostrar un rotundo “sin censurar”. Esto es debido a que durante años (hasta el 2015 aproximadamente) cada reedición de “Juez Dredd: La Tierra Maldita” estaba mutilada e incompleta debido a la mala leche y espíritu transgresor de su equipo creativo con los guionistas John Wagner y Pat Mills a la cabeza.
Os contamos el motivo (pero sin spoilers). A lo largo de estas páginas, Dredd y compañía se enfrentarán a la representación gráfica de algunas de las marcas comerciales más famosas del momento en Estados Unidos. Desde las mascotas de productos alimenticios hasta las figuras con las que asociamos varias cadenas de comida gráfica. Pero ojo, no son parodias que recuerdan a estos elementos. Son estos elementos tal cual. La aparición en este tebeo de estos diseños con copyright le valió a la revista la prohibición de poder publicar estos números durante mucho tiempo hasta que, hace pocos años, se cambió la regulación.
En estos capítulos es donde podemos apreciar el aspecto más transgresor de 2000 AD. Y es que los autores se sirvieron de estos símbolos de la cultura yankee para realizar una furibunda protesta contra el capitalismo salvaje o la cultura empresarial del monopolio. Así pues, “La Tierra Maldita” ofrece una mirada crítica al conservadurismo de los Estados Unidos de la era de Ronald (no es el único Ronald que aparecerá por aquí) Reagan.
De todas formas, el espíritu punk de Mills y Wagner impregna prácticamente todos los argumentos de “La Tierra Maldita”. Los guionistas usan la figura de Pellizcos, un alienígena, para condenar también la xenofobia de manera metafóricamente contundente.
La parte artística de “Juez Dredd: La Tierra Maldita” viene firmada por Brian Bolland y Mike McMahon (ojalá publiquen por aquí los “ABC Warriors”), que resultan antagónicos. Mientras que el trazo limpio y mesurado de Bolland es ideal para perdernos en los escenarios por los que viajan Dredd y sus aliados, el estilo más sucio y abotargado de McMahon es una apuesta perfecta para las abundantes escenas de acción donde la violencia más caótica toma el protagonismo.
En definitiva. “Juez Dredd: La Tierra Maldita” es una vía de entrada al personaje maravillosa, ofreciendo una carta donde se dan cita todos los platos principales que hicieron famoso el menú de 2000 AD.
La edición de Dolmen, aunque cara, también es endiabladamente bonita. Desde el estupendo diseño de Germán Aimpee pasando por el tamaño, la encuadernación, el gramaje del papel o la dilatada selección de extras formada por portadas, pósters y la reproducción de muchas páginas a lápiz tanto de esta historia como de otras.