Lo que pasa de noche se queda en la noche. La noche es confesora y deudora de secretos e intimidades. La noche te atrapa y solo te suelta si le da la gana. La noche es la morada de las sombras y del terror más primigenio. La noche nos ayuda a conocernos y nos protege de nosotros mismos. La noche sabe cosas. La noche lo sabe todo.
Aquello que nos aguarda cuando se apaga la fría luz del día es la protagonista absoluta de esta antología titulada Lo que la noche sabe. Publicada por la editorial Navona, la obra nos ofrece la adaptación al cómic de seis relatos escritos por Carlos Salem, periodista, poeta y novelista que se encarga también de trasladar sus escritos a este medio. Fue Carlos Salem la razón por la que me decidí a echarle un ojo a este tebeo (digo tebeo con todo el amor del mundo, no de manera peyorativa alguna) y también porque el formato de antología me fascina, así como el género noir. De Salem ya había leído la novela Camino de Ida gracias a la recomendación de un amigo que suele colaborar con la organización de La semana negra de Gijón (evento que le concedió un premio a dicha obra) y que me enganchó muchísimo. Lamentablemente la falta de tiempo y recursos me han impedido poder leer más obras del autor, pero espero que en el futuro próximo eso pueda remediarse.
Los seis relatos que aquí se adaptan fueron publicados originalmente en Relatos negros, cerveza fría y en Trece relatos pornocriminales. Cinco relatos han salido del primero y solamente uno del segundo: La noche de Valentín, que además es el más denso, extenso y sugerente de Lo que la noche sabe. En él podremos ser testigos del descenso a los infiernos que lleva a cabo el protagonista de la historia, un camino hacía la locura lleno de ironía y unas pinceladas de sátira que nos demuestra que Salem es un maestro a la hora de dominar el tempo narrativo. Cada escena está completamente medida y, como un yugo invisible, el libro nos cogerá por el pescuezo y no nos soltará hasta que hayamos devorado las casi ciento cuarenta páginas que se extiende, incluyendo los interesantes prólogo y epílogo de Antonio Altarriba y Ángel de la Calle, respectivamente… Lo que me hace recordar que algún día debo volver a las Jornadas de Avilés donde Ángel participa activamente.
El resto de relatos son igualmente recomendables y tocan multitud de situaciones que pueden darse bajo el manto de la oscuridad de la noche: Desde un posible desenlace alternativo a la Segunda Guerra Mundial que podría haberse evitado a golpe de tango de Carlos Gardel a una historia de venganza y añoranza ahogada en alcohol, que como bien decía aquella canción de Los Suaves: el sueño tan lejos y la botella tan cerca. También seremos testigos de una sugerente y retorcida versión del tradicional cuento de Caperucita Roja de los Hermanos Grimm. Cada relato es una perfecta historia que deja con ganas de más por lo que espero que Salem se anime a publicar más volúmenes.
En la parte artística contamos con el dibujante (y arquitecto) argentino Iñaki Echeverría que en glorioso blanco y negro (como no podría ser de otra manera) ilustra perfectamente los guiones de Carlos Salem, quizás con un trazo demasiado grueso en algunas ocasiones, pero muy adecuado para la obra.
Como única pega le podría que el PVP es 19 € por un tomo en formato rústica de 140 páginas. Un precio algo elevado, pero tampoco creo que la intención de autores y editorial sea competir con Conan, Star Wars o Spider-Man. Os lo recomiendo encarecidamente, dadle una oportunidad.
Recordad: La noche es perfecta para echar cuentas.
