Guionistas como Geoff Johns nos demuestran que en la era del indie, los superhéroes de toda la vida, sin más ingredientes que los que los han hecho grandes durante casi un siglo, aún son capaces de llegar a una cotas de épica y emoción realmente complicadas de alcanzar fuera del mundo de los pijamas. Liga de la Justicia: La guerra de Darkseid Parte 2 consigue lo que parecía complicado, que es mantener o incluso subir el nivel de la primera parte.
Geoff Johns y Jason Fabok, ayudados puntualmente por otros autores, manejan las riendas de esta moderna epopeya donde las referencias a La Odisea no son gratuitas. Terminábamos el tomo anterior en todo lo alto, pero aún quedaban amenazas en el horizonte y los miembros de la JLA tendrán que afrontarlos en una nueva situación que los convierte en dioses. Hay todo un subtexto sobre lo que significa ser o no un dios, pero no os engañéis, la reflexión sobre el mito del superhéroe es totalmente secundaria y lo que aquí tenemos son todas esas cosas que se le dan tan bien a Johns: sorpresas, momentazos, promesas, secretos, revelaciones…
Otra de de las cosas que sabe hacer muy bien Johns es dosificar el ritmo de la historia. Ni siquiera en una de dimensiones épicas tan desmesuradas como ésta puedes subir las apuestas con cada escena. De hecho por grande que sea el golpe de efecto, queda palidecido si no se sabe compensar con pequeños momentos de bajada. Pero en el caso de Johns los valles son tan importantes como los punto álgidos y tras la explosión del final de la primera parte, sabe aprovechar la calma (si es que lo podemos llamar así) para resituar todas las piezas y dejarnos otro montón de información. En este caso aprovecha la divina nueva condición de algunos de los protagonistas para separar a los personajes y estructurar la historia en torno a varias tramas paralelas que van creciendo y subiendo la intensidad a medida que van acercándose entre ellas.
Liga de la Justicia: La guerra de Darkseid Parte 2 es ante todo un cómic de acción y hay al menos dos cosas que demuestran cuando un guionista se maneja bien en estos terrenos. La primera, claro está, es mantener la emoción del lector. Cada giro, cada golpe y cada explosión tiene que conseguir abrirnos los ojos como platos. No es algo del todo fácil, pero siempre hay ciertos trucos que pese a que conozcamos de sobra, no dejan de funcionar. No se puede negar que en este cómic vamos encontrar alguna que otra artimaña: situaciones que rozan peligrosamente el deus ex machina, volantazos, trances excesivamente oportunos y hasta un final un tanto cogido con pinzas. A fin de cuentas, no dejan de ser pequeñas trampas que forman parte del juego en este tipo de historias de aire blockbuster y sin las que no se podrían alcanzar ciertas cotas de leyenda.
El segundo aspecto que Johns maneja como pocos en los cómics de acción es su capacidad para exponer información, muchas veces en cantidades ingentes, mediante la propia acción. En una historia tan densa como Liga de la Justicia: La guerra de Darkseid con ramificaciones en prácticamente toda la Historia DC, es complicado articular con cierta coherencia todos esos grandes eventos que parecían no tener relación entre sí (de hecho muchos no la tenían originalmente) y más aún sin caer en la exposición. Pocos guionistas son capaces de crear una historia con tanta información en un tebeo donde el 80% del tiempo están intercambiando mamporros. Conecta el Cuarto Mundo de Kirby, Crisis en Tierras Infinitas, Crisis Infinita, El día más brillante, Flashpoint, La ira del Primer Lantern, Convergencia y Maldad eterna aportando una línea que cruza todas ellas y les dota de una única coherencia contado a través de una gran pelea superheroica. Y si no vale con eso, ¿qué tal sembrar las bases de Renacimiento y Doomsday clock?
Quien diga que con un gran evento no se pueden hacer grandes historias, debería leer Liga de la Justicia: La guerra de Darkseid Parte 2. Además, se trata de un evento bastante contenido y sin demasiadas ramificaciones, ya que con este tomo y el anterior tienes todo lo necesario. Hubo una serie de tie ins profundizando en la deificacion de cada uno de los miembros de la Liga, que fueron publicados en La Guerra de Darkseid: Nuevos dioses , pero no son necesarios más allá de resultar un complemento.
Más allá de todo el pedazo de Historia DC que tenemos en Liga de la Justicia: La guerra de Darkseid Parte 2, recordemos de nuevo que estamos ante un tebeo basado en las grandes luchas superheroicas y no son muchos los dibujantes actuales que resuelvan este tipo de escenas con el impacto visual de Jason Fabok. Puede que en otro tipo de tebeo sus carencias pudieran chirriar un poco más, pero las splash pages para los grandes momentos de combate hacen que le perdonemos todo (hasta los prácticos tacones que le dibuja a Wonder Woman y que deben ser la mar de cómodos en la batalla). Incluso un dibujante claramente superior en término generales como es Francis Manapul (quien le toma el relevo en un par de números), sale perdiendo ante el canadiense en este tipo de momentos.
Completan la historia un par de números de epílogo a cargo de Dan Abnett y Paul Pelletier y de Dan Jurgens y Tom Grummett, respectivamente, que sientan las bases de algunas de las cosas que llegarían en Renacimiento, pero tampoco aportan demasiado a la historia principal.
Liga de la Justicia: La guerra de Darkseid sería lo más parecido a un blockbuster veraniego que podemos tener en viñetas y se me ocurren pocos equipos capaces de llevarlo a tan buen puerto y poner además con ello una viga maestra en la Historia del Universo DC.