Esta Liga de la Justicia probablemente no se parezca mucho a la idea canónica que tenemos del supergrupo que inspira a todos los demás. No son amigos, se pelean entre sí constantemente, los egos individuales o simplemente la necesidad de pegarle a alguien se superponen al trabajo en equipo y el bien mayor y, sin embargo, Liga de la Justicia: Origen es una historia que nunca deja de reeditarse.
Esta edición de Liga de la Justicia: Origen es ya la sexta en España en tan solo 10 años: grapa, rústica trimestral, cartoné, coleccionable, Liga de la Justicia Saga y llegamos así a esta edición de lujo donde el libro objeto es la idea central. No importa ya tanto el contenido — editado cinco veces antes — como el continente. De ese modo, no hay hay ningún extra que tuviéramos en las grapas originales americanas, pero la cubierta consta de una portada y contraportada que reproduce directamente los lápices de Jim Lee más un estuche-cubierta de vinilo con parte del mismo dibujo a color superpuesto en un bonito diseño. Todo un objeto que parece primar sobre el propio contenido. Uf, casi se nos olvida que esto es un tebeo.
El éxito de la historia de Liga de la Justicia: Origen deriva más de las circunstancias de su publicación y del nombre de sus autores que de la calidad misma de la historia, que tampoco es el mejor trabajo de ninguno de sus artífices. En cualquier caso, tanto el contexto de la obra como de sus propios autores no dejan de tener su gracia examinados una década después, como herramienta de análisis de lo que nos encontramos en estas páginas.
Antes incluso de anunciarse Flashpoint, el evento que dejaría lugar al reinicio llamado Nuevos 52 y en cuyo marco arrancaría Liga de la Justicia: Origen, soplaban vientos de cambio en DC. En 2010, tanto Jim Lee como Geoff Johns obtuvieron puestos directivos. Lee pasó a tener un asiento junto al de Dan Didio como nuevo Co-Publisher de DC Cómics, mientras que Johns sería nombrado CCO (Chief Creative Officer) — algo así como máximo responsable del área creativa de DC Entertainment (incluyendo TV, cine, etc.). Paralelamente, Bob Harras, mano derecha de Jim Lee, es nombrado editor jefe y vicepresidente. Casualmente los nuevos 52 vendrían capitaneados por Lee y Harras en cuanto a la creación de concepto y marcarían la línea a seguir. Desde este momento, siempre han sido muy discretos con esto pero en 10 años son varios los indicios — que serían material para un artículo entero — que nos llevan a pensar en una especie de Guerra Fría entre el bando de Jim Lee y el bando de Geoff Johns.
Por eso es curioso cuando al leer la intro de Liga de la Justicia: Origen, que el propio Dan Didio habla de los curioso que resulta que hasta aquel entonces Lee y Johns no hubieran trabajado juntos nunca. Lo que no debe extrañarnos es que no lo hayan hecho nunca más después de esto.
Liga de la Justicia: Origen nos da una historia fundacional, nos cuenta cómo los héroes más grandes de DC se reúnen para luchar contra la amenaza de Darkseid y sus parademonios. Sin embargo, esta Liga de la Justicia no tiene nada de inspirador, sus miembros se pelean constantemente y parece ser que lo único que los mantiene juntos es pegarle al villano, que no parece casual que durante casi todo el primer arco sean masillas genéricos. Siempre podemos achacarlo a que la nueva versión de Nuevos 52 de la JLA era más joven, inexperta y agresiva, pero cuesta creer que esto no sea aprovechado por Johns para hacer hincapié en el aprendizaje o en alguna otra de sus constantes. Liga de la Justicia: Origen no se parece a ningún otro trabajo de Geoff Johns y, de nuevo, podríamos tomarlo como una declaración de intenciones, una manera de dar un puñetazo encima de la mesa y decir, “Estos new 52 son algo diferente”. Sin embargo, tras una transición en la horrible y justamente olvidada Guerra de la Trinidad, Johns aún al mando de la Liga y sin Jim Lee nos dejará unos tebeos donde sus claves habituales son mucho más visibles.
Gana enteros entonces Liga de la Justicia: Origen si lo vemos de algún modo como una parábola de ese efecto de agua y aceite entre Jim Lee y Geoff Johns. En lugar de trabajar juntos por un bien mayor, tratan de eclipsarse el uno al otro e incluso se tienen envidia. Así las dinámicas entre personajes, que son el sello de Johns, quedan enrarecidas y no sabemos si es solo por las limitaciones en el acting de Jim Lee o porque el dibujante quiere dejarse historias e ir al gran blockbuster, la grandes poses y los héroes badass, que es lo que vende. Jim Lee destaca, claro está, en las escenas de acción y las poses molonas de presentación de personajes, en las que sin duda tiene un don para subir el drama.
Terminado el primer arco, ha pasado un tiempo y la Liga está en la Atalaya, pero su actitud entre ellos apenas ha cambiado y el villano de nuevo cuño al que se enfrentan, bien podría haber salido de un arco de los Wild C.A.T.s noventeros. Tal vez dotar a la Liga de pies de barro pueda ser un recurso en su origen para que hacer más patente que se hacen mejores, tanto ellos mismos como entre sí, que inspiran como la Liga de la Justicia debería inspirar, pero no hay rastro de esto en Liga de la Justicia: Origen y no lo habrá hasta tiempo después de que Jim Lee abandone la serie. Esta Liga es disfuncional solo porque serlo mola.
Liga de la Justicia: Origen seguirá reeditándose porque es una suerte de versión Ultimate, porque no hay apenas más historias de origen y porque es un blockbuster realmente espectacular — Jim Lee wins —. La liga y todo el Universo DC en general pronto tuvo que dar marcha atrás hacia unos tratamientos más clásicos, porque pasado el impacto inicial, Nuevos 52 caía en picado — Geoff Johns wins —. Actualmente Jim Lee sigue en la directiva mientras que la relación de Geoff Johns con DC es la más tibia de los últimos 20 años y, probablemente, todo empezó en Liga de la Justicia: Origen.