Libra por libra. Término usado en deportes como boxeo o artes marciales mixtas para clasificar a un luchador en relación a otros sin tener en cuenta su división, es decir, su peso.
Con la publicación de Libra por libra de Natalie Chaidez y Andy Belanger, Panini Cómics continúa ofreciendo el catálogo de la editorial TKO en España, tras las excelentes Sara y Sentient. Tras haber abierto fuego con obras de Garth Ennis o Jeff Lemire, han decidido arriesgar con una serie perteneciente a la segunda oleada de títulos lanzado por el sello americano.
¿Qué esperar de Libra por libra?
Pues si sois como yo, que os habéis acercado al cómic sin tener ni idea de qué va, seguro que os sorprende. Un apunte, por si os dejáis llevar por la portada, en Libra por libra no hay luchadores mexicanos. Pero debe de ser lo único que no tiene, porque estamos ante una divertida obra llena de excesos, con un ritmo frenético muy cinematográfico que puede recordar a las revenge road movies de los años 70 y 80, y que en ciertos momentos evoca al lado más cafre de realizadores como Quentin Tarantino o Robert Rodríguez.
Libra por libra va directa al grano. En la primera página conocemos a Dani, una luchadora de MMA que gana una pelea que no debía ganar. Esto provoca que el cacique local secuestre a su hermana, lo que servirá de catalizador para prender a nuestra protagonista como si fuera una mecha cuyo destino es un camión de dinamita. Dani hará lo que sea por recuperar a su hermana, aunque para ello deba inundar el desierto con la sangre de sus enemigos.
El libreto viene firmado por Natalie Chaidez, una autora que, como otras del estilo de Rainbow Rowell o Chelsea Cain, provienen de un mundo distinto al cómic. En concreto Chaidez se ha creado una carrera como guionista de televisión en series tan famosas como Héroes, Terminator: Las Crónicas de Sarah Connor o 12 Monos. La autora crea un puñado de personajes que están perfectamente caracterizados en apenas un par de pinceladas. Puede que pequen un poco de arquetípicos, pero cada uno cumple perfectamente con su cometido.
Libra por libra se lee con rapidez, tiene algunos momentos absolutamente brillantes y otros donde no podremos evitar la carcajada pese al tono dramático en general de la historia. Este es precisamente uno de los aciertos de Chaidez: el momento de trasladar al papel la dicotomía emocional por la que desfilamos las personas en momentos de crisis. La ambientación también está muy lograda a la hora de plasmar la crueldad de los carteles de la droga o el submundo que provoca, haciendo que las personas al final parezcan cáscaras vacías.
El único fallo que le encuentro a la historia es que el final hace languidecer el balance final. De manera surrealista, y me atrevería a decir que innecesaria, Chaidez crea para la ocasión un malo de videojuego o villano en la sombra que destruye un poco la impecable sencillez que hacía funcionar a Libra por libra como un reloj suizo. Casi imagino la escena en plan “¿sectas de red necks? ¿peleas entre serpientes? venga, sujetame el cubata.”
Muy destacable es también el dibujo de Andy Belanger. El artista, que ha desfilado por series como X-O Manowar o Turok y que además es luchador de wrestling profesional, tiene un estilo descarnado y dinámico que le sienta de maravilla al tono del relato. Con el macarrismo de John McCrea o la oscura belleza de los lápices de Eduardo Risso como referentes, Belanger crea unas planchas apabullantes en su exceso y nivel de detalle con unos diseños espectaculares e inverosímiles según el caso que, apoyados por el gran color de Daniela Miwa (La Vieja Guardia), otorgan un gran nivel gráfico a la obra.
Si buscáis un tebeo directo, divertido, sin pretensiones, incluso flipado, seguro que Libra por libra no os defraudará. Echadle un ojo. De su éxito dependerá seguro que acabemos viendo todo el catálogo de TKO en España o no.