Lo que nos están haciendo Rucka y Lark no es de recibo. Hace más de año y medio desde el tomo anterior hasta este Lazarus 7. Y no se le puede reprochar nada más a Norma porque tampoco hay más material USA. En los tres últimos años, sólo han salido tres grapas de Lazarus: Risen en USA y lo peor es que Rucka dice que aún queda para el final de esta serie.
Con una trama tan intrincada y tantos personajes como hay en esta serie, por más que al inicio haya un resumen de lo acontecido, cada vez que sale una nueva entrega es imposible acordarse de todo. Señores Lark y Rucka, eso es maltratar al lector y el único motivo por el que sigo a bordo es que… Lazarus sigue siendo la mejor serie de cuanto se está publicando actualmente. ¡Qué maravilla! Empecé Lazarus 7. Fractura II casi enfadado y confuso tratando de ubicarme en la trama y lo he terminado de nuevo rendido a sus pies.
La guerra entre familias continúa en Lazarus 7, aunque ya podría aproximarse su fin. Pese a que todo sucede de manera simultánea y tan enredada como nos tienen acostumbrados Rucka y Lark, podemos distinguir dos arcos argumentales distintos en este tomo. Comenzaremos con un paréntesis para dejar que escueza un poco más el cliffhanger del tomo anterior y retrocederemos un poco en el tiempo para desvelar el destino de Jonah Carlyle. Con esto terminamos los dos números que quedaban pendientes de la cabecera principal USA, antes de volver a Lazarus Risen, que comenzó en el tomo anterior y se retoma a partir del quinto número dejando inédito por ahora el cuarto ,que no se recopiló en la edición USA. Y de vuelta en esa línea argumental, asistiremos a los siguientes capítulos de las tramas de las dos Forever. Mientras la joven Forever ocho y su mentora se preparan para dar un vuelco a su situación, nuestra Forever siete de toda la vida dará los pasos decisivos para poner fin a la guerra y hacer confluir todo al momento clave de la reunión de alto el fuego, donde tendremos revelaciones cruciales sobre el pasado de las familias rivales Carlyle y Hock.
Probablemente Lazarus 7 tenga los más importantes y reveladores giros de trama de toda la serie pero por bombásticos que sean, por trepidante y bien hilada que esté la trama, de nuevo tenemos que rendirnos al mayor mérito de la serie, que es la caracterización de personajes. Es posible que no haya ahora mismo un guionista en la industria del cómic USA con una habilidad para caracterizar a los personajes con diálogos como lo hace Greg Rucka. Si la historia funciona y engancha como lo hace no es sino consecuencia lógica de las acciones de unos personajes sólidos como montañas, cuyos actos, en completa coherencia con quienes son, mueven la trama. Por más que la serie nos depare mil sorpresas y sea de todo menos predecible, si volvemos la vista atrás, todas ellas tienen su origen en el resultado lógico de los caracteres de los personajes. Por eso Lazarus es tan parfecta. Por eso Lazarus funciona aunque, al comenzar un nuevo tomo, no recuerdes el anterior y por enrevesado, complejo y coral que sea su varillaje.
Nos subimos en marcha y en cuanto le damos unas páginas, esos personajes que nos han calado en un lugar más hondo que la memoria van haciendo surgir, tal vez no tanto los detalles de la trama olvidados — que en parte también — sino la sensación de inmersión en la historia, la confianza en que pronto vamos a estar de nuevo tan metidos como estuvimos. Tal vez también sea por esto que, aunque Rucka es un escritor muy escritor, con tendencia a que todo esté muy construido y minuciosamente hilado, no resulta frío en ningún momento. Mientras apela a nuestra parte más racional con lo más puramente estructural, hace lo propio con las tripas mediante sus personajes y la sensación de satisfacción lectura nos llega desde todos los frentes.
Pero por extraordinaria que sea la estructura de la trama de Rucka y sus diálogos, si Lazarus funciona como lo hace es gracias a la sinergia que han conseguido Lark y Rucka. Ya hace nada menos que 20 años desde que comenzó en Gotham Central la colaboración entre ambos y es casi como si Lark ya supiera lo que piensa Rucka incluso antes de que escriba. Si comparamos el trabajo de Lazarus 7 con el tomo de debut de la serie — y no digamos ya con Gotham Central — es claramente palpable como el dibujante de Pennsylvania cada vez hace más con menos. Cada vez alcanza un mayor grado de síntesis, mientras que lo que dibuja está más enfocado y preciso a lo que los personajes deben hacernos llegar. No es sólo el acting, la luz, el trabajo de fondos — del que también es altamente responsable Santi Arcas — toda la atmósfera general y casi cada elemento que pueda haber en su dibujo están ahí con objeto de trasladarnos toda la potencia de los diálogos de Rucka.
Pero si bien casi se puede ver la mejora número a número en tablas y sinergia de este equipo — que no es que estuviera escaso de ninguna de las dos cosas —, todo esto ya lo sabíamos si hemos estado siguiendo la serie. Pero Lazarus 7 es especial, es un momento crucial en la serie en muchos sentidos. Lazarus 7 nos trae muchísimas de las claves del origen de todo. La reunión de alto el fuego entre las familias Carlyle y Hock vendrá de la mano de la narración en flashback de lo que podríamos llamar un Lazarus año cero. Con ello, no sólo pondremos las piezas que nos faltaban a nivel argumental para encajar este mundo que nos proponen con respecto al nuestro, sino que retoma y pone en primer plano el que ha sido uno de los mensajes subyacentes durante toda la serie. Lazarus nos habla de nuestra era de plutocracia y dictadura de los medios, esta era de imposición de narrativas mediáticas, de fake news, de ruido y desinformación que lleva a la imposición tibia de la línea de pensamiento y niega las herramientas para cualquier tipo de revolución sin siquiera una represión explícita. Lazarus nos sitúa en un neofeudalismo como una culminación distópica del neoliberalismo, pero también nos habla de cómo hasta la más terrible y tiránica antiutopía puede partir de un suelo noble. Sin panfletos y revestido de acción, ritmo frenético, entretejido de tramas y personajes rebosantes de carisma, pero la idea de fondo está ahí y en este tomo tiene su momento para dejarse ver.
Las cartas se han levantado y está por ver en qué deriva esta resolución, que no es sino un punto y aparte en la serie. Pero si esto va a tardar un año y pico más por lo menos, no sé si mi corazón lo aguantara. Apiádense de la salud de este pobre lector, señores Rucka y Lark.