¿Qué convierte una historia en especial? Muchas veces se trata de un buen guión, otras de un dibujo espectacular, otras de un conjunto de ambas, otras simplemente basta con que consiga engañarte y/o sorprenderte. Es lo que me ha sucedido con Lavennder, de Giacomo Bevilacqua, uno de los nuevos títulos de esta nueva etapa de Panini como editor de los cómics de la famosa editorial italiana. Ya nos avisó Joseba Basalo en el podcast que grabamos sobre Bonelli, y que os recomiendo, que había algunos títulos realmente sorprendentes, y concretamente nos puso los dientes largos con este Lavennder. No exageraba…

Lavennder cuenta la historia de una pareja, Aaron y Gwen, que contratan un viaje de una semana a una isla desierta. Todo hace pensar que va a ser una semana de descanso en un paraje natural de ensueño. Pero, como era de esperar, las cosas acaban torciéndose un poco, y comienzan a pasar algunas cosas raras. Tal vez no estén solos en la isla…

¿Por qué he encuadrado esta historia en la categoría de obras que consiguen engañarte/sorprenderte? Pues porque es su punto fuerte. A medida que iba avanzando en la lectura, me entretenía, me deleitaba con algunos paisajes y disfrutaba del dibujo… pero me estaba pareciendo una historia correcta, sin más, con algunos misterios que tampoco resultan especialmente originales y que nos traen a la cabeza otras muchas obras en las que hemos visto situaciones y escenas similares. La impresión final iba a depender de por dónde llevara el autor la obra. Si conseguía plantear una situación original en la resolución de la historia, habría merecido la pena. En caso contrario, hubiera sido una obra más del montón, disfrutable, pero nada memorable. Por suerte fue lo primero.

Lo mejor que tiene es llevarte la sorpresa, por lo que no pienso ni insinuar nada que os pueda hacer pensar por dónde van los tiros. Lo siento. Tendréis que animaros a descubrirlo por vosotros mismos. Solo os recomiendo que prestéis mucha atención durante la lectura a todos los detalles, porque se van dejando algunas pistas, y si sois un poco astutos podéis ir resolviendo todo el misterio por vuestra cuenta. Además, al final de la obra, el autor hace un repaso de todas las pistas que ha ido dejando.

El dibujo es otra de los sorpresas más agradables de la lectura. La ambientación da pie a unos paisajes paradisíacos, con sus aguas cristalinas y sus playas de arenas blancas. El tipo de rostros que dibuja Bevilacqua recuerda un poco al estilo oriental de dibujar a gente occidental. Tal vez no os lo recuerde al ver a los protagonistas, pero cuando aparezcan otros personajes es mucho más llamativo. No es ese trazo limpio y firme del cómic francobelga. A nada que miréis de cerca el dibujo se nota que es un trazo a vuelapluma, lo cual tiene repercusión en algunos rostros, especialmente en planos más lejanos. La composición de página gira en torno a las seis viñetas, aumentando o disminuyendo según el ritmo de la escena. Donde sí destaca especialmente es en la rotulación, con muchas onomatopeyas integradas en la historia y con efectos de coloreado o forma que son muy llamativas.

Pero si hay un aspecto del dibujo que me ha gustado es el color. Comenta en los extras el autor que no sabía si iba a estar a la altura cuando se lo encargaron porque precisamente se encontraba experimentando con nuevas técnicas y que le daba algo de vértigo. Con la ambientación que tiene,  a nada que lo hagas un poco bien, el resultado es muy agradecido, y es lo que le sucede: Usa el color para sacar partido a una iluminación natural fabulosa. Brilla especialmente en las escenas submarinas y en las de arboledas, con esos miles de recovecos que dejan pasar algunos rayos de sol y van dibujando un entramado muy vistoso.

El tomo incluye, a modo de extras, el citado listado de pistas a cargo del autor con su correspondiente explicación, y un pequeño diario de cómo fue creando la obra desde su concepción a su edición final en color como especial dentro de la revista Le storie. Un proceso realmente interesante, porque este tipo de confidencias no son habituales, y acerca mucho al lector el saber cómo ha ido surgiendo todo y las casualidades que han hecho posible el resultado final.

En definitiva, Lavennder.

Una pequeña delicia lectora, de esas obras que si consiguen sorprenderte te dejan con una sensación muy agradable cuando llega, porque además la sorpresa es muy reconocible, y no exige tener muchos conocimientos de nada para poderla entender. Siento ser tan críptico, pero prefiero no dar ningún tipo de pista sobre el verdadero sentido de la historia. Una historia con un buen dibujo, unos paisajes fascinantes y un misterio que mantiene el interés. Una historia autoconclusiva, que puede servir como una vía de entrada muy buena para un sello editorial que no ha tenido nunca un calado especialmente intenso en nuestro país. Vuelvo a recomendaros que escuchéis lo que nos contó Joseba Basalo en el podcast especial que dedicamos a Bonelli porque, al menos a mí, me ha despertado mucha curiosidad. Creo que si los siguientes títulos son tan frescos y sorprendentes como este, tenemos otra vía más para llevarnos a la ruina a los que disfrutamos tanto con todo tipo de cómics… XD

Lo mejor: La sorpresa. La iluminación de la historia a través del color. Los paisajes naturales que dibuja. El diario que se incluye a modo de extra.

Lo peor: Si la sorpresa no te cala, la historia es un poco plana en sus inicios, y puede no convencerte.