En 1984 saltaron a la palestra Las Tortugas Ninja. Unos jovencísimos Peter Laird y Kevin Eastman revolucionaron el mercado independiente americano con una colección macarra e irreverente, protagonizada por Leonardo, Michelangelo, Donatello y Raphael. Como todo el mundo sabe, estos personajes han pasado a formar parte de la historia de la cultura pop gracias a las películas, series de animación o videojuegos que han protagonizado durante estas casi tres décadas.
Tal y como ha pasado otras veces, las Tortugas Ninja fueron víctimas de su éxito y fueron canibalizadas por sus traslaciones a la mass media. Del carácter rebelde de la obra original no quedó nada, pues se fue diluyendo en un océano de antifaces de colores y merchandising. No obstante, es cierto que siempre han estado presentes en los videojuegos, en la televisión (muy popular ha sido su serie de Nickelodeon) o en las grandes salas (con las fallidas dos películas de Paramount Pictures de la pasada década). Sin embargo, su historia editorial ha dado bastantes tumbos.
Hasta llegar a la serie que nos ocupa, que comenzó a publicarse en agosto de 2011, Las Tortugas Ninja han atravesado unos cuantos desiertos. Tras la finalización de su etapa en Mirage Comics, pasaron a Image en una colección que quedó inconclusa (y que era absolutamente surrealista). Tuvieron que pasar unos cuantos años para que Dreamwave adquiriera sus derechos y publicase otra serie regular con Peter David a los mandos que, por desgracia, no pasó del número siete. También habría que mencionar la larga colección de Archie Comics que adaptaba la popular serie animada. Pero esa es otra historia.
Así, llegamos hasta el mencionado año 2011, con IDW reformulando la franquicia mano a mano con uno de sus co creadores, Kevin Eastman. Ahora ECC, casi una década más tarde, ha decidido apostar por todo lo alto por las míticas Tortugas Ninja, editando tanto su serie clásica como esta nueva andadura. Para ello afronta la titánica labor de empezar a publicar en tomos trimestrales en formato rústica los más de 150 números (sumando serie regular, anuales, especiales y proyectos especiales varios) que separan su edición de la original. Esperemos que les vaya bien el asunto, porque os puedo asegurar que la espera ha merecido mucho la pena.
Para el que esto suscribe Las Tortugas Ninja de IDW es el mejor tebeo que se ha publicado nunca de una franquicia de este tipo (es decir, rollo Transformers, G.I.Joe, Masters del Universo…). Para ello han cogido todo lo que funcionaba del proyecto original, lo han modernizado y lo han mejorado. El origen de estas nuevas Tortugas sigue incluyendo cuatro quelonios chiquitines, mutágeno y unas cloacas. El resto es completamente nuevo, con una nueva historia fundacional más extensa y llena de detalles extraídos directamente de tradiciones orientales, por lo que ahora nuestros protagonistas son más Ninja que nunca (ya no solo reciben el nombre por repartir hostias como panes con armas molonas).
El guion viene firmado por el propio Kevin Eastman junto a Tom Waltz (que también ha escrito cosas del meritorio reboot de Ghostbusters). En este primer arco argumental sabrán sorprender al lector con una historia con cierto regusto clásico, cañera, divertida y que hace mucho hincapié en valores como la amistad, la hermandad, la camaradería y, especialmente, la familia. La situación de Las Tortugas Ninja al comienzo de la historia es bastante desesperada, con uno de los cuatro miembros perdido y amnésico. El resto del equipo tendrá que buscarle, pero además, enfrentarse a villanos de nuevo cuño que tendrán muy arraigado el gusto por la venganza y la sangre fácil.
Lo dicho, esta nueva serie de Las Tortugas Ninja sorprende por su frescura y dinamismo. Estos primeros episodios abren muchas tramas e incógnitas. Si eres conocedor de la mitología propia de los personajes disfrutarás mucho viendo donde comienzan las divergencias con la historia original y descubriendo todas las semillas que van destapándose sobre futuras historias o personajes que poco a poco irán haciendo acto de presencia.
Más allá de las TNMA, me gustaría hacer un llamamiento de atención sobre las nuevas versiones de Splinter y Casey Jones. El primero es más que nunca una especie de maestro Jedi con un pasado que prefiere dejar atrás debido a la presencia de Shredder (nunca ha sido tan temible como ahora) y todo el dolor que le causó. Pero amigos, este Casey Jones es casi irreconocible. Sigue siendo un buscapeleas y no duda en apalear a los delincuentes con un bate de béisbol mientra porta su característica máscara de hockey, pero ahora esa violencia está justificada. Sabremos de dónde viene tanta ira por culpa de una historia personal llena de tragedia.
En la parte artística, el propio Kevin Eastman se encarga de realizar la narrativa y bocetos de los primeros números, con Dan Duncan realizando los acabados. El resultado es bastante potable. No os voy a engañar, es lo más flojo del relanzamiento, pero al menos el resultado final es vistoso, con unas escenas de acción muy buenas y sin abandonar del todo el aire a serie independiente del producto original.
En serio, dadle una oportunidad que seguro que no os vais a arrepentir. De la misma forma que Cobra Kai es una serie con mucho más que ofrecer que una ventana nostálgica a los años ochenta, las Tortugas Ninja de IDW son un agradable divertimento lleno de sorpresas y matices.
PD: Siendo justo hay que decir que en España no hemos estado del todo huérfanos de estos personajes en los últimos años, ya que hemos podido disfrutar de sus cruces con los Cazafantasmas de la mano de Fandogamia, o con Batman gracias a ECC.