Es la hora de las tortas!!!

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Las piñas de la ira, de Cathon

Las piñas de la ira, de Cathon
Guion
Cathon
Dibujo
Cathon
Formato
Rústica con solapas. 144 páginas B/N
Precio
17,90 EUR
Editorial
La Cúpula. 2021
Edición original
Les ananas de la colère

La comunidad hawaiana de la pequeña ciudad de Trois-Rivières se está viendo sacudida por la muerte repentina de varios de sus conciudadanos. Los cadáveres presentan una característica en común: todos habían ingerido una piña colada fresquita. Pero la joven Marie-Pomme, camarera en el bar-karaoke tropical The Golden Piña y adicta a las novelas de misterio, tiene fundadas sospechas de que pueda estar siendo la obra de un mismo asesino.

Trois-Rivières (Quebec) es una pequeña ciudad situada a orillas del río Saint-Laurent, justo donde desembocan los tres canales del río Saint-Maurice, formando tres islas. Es la ciudad industrial más antigua de Canadá, muy conocida por sus fábricas de papel y sus forjas. En ella se encuentra la comunidad hawaiana más grande del mundo. Este colorido entorno sirve a la autora Cathon (seudónimo de Catherine Lamontagne-Drolet) para tejer un relato detectivesco / humorístico en torno a las muertes de varios habitantes de la ciudad. Un relato en el que la pasión por las bebidas muy azucaradas se mezcla con la fascinación por las novelas de detectives. ¡Menudo cóctel!

piñas de la ira

Conocí en Barcelona un bar de copas con ambientación hawaiana llamado Kahiki, donde servían unos potentes aunque dulzones cócteles con nombres exóticos en vasos decorados en forma de deidades y totems nativos. Sinceramente, creo que es lo más cerca que jamás estaré de Hawaii (sin contar aquella vez con 16 años en California cuando unas nativas me sacaron a bailar el hula, pero estoy divagando). La gracia es que, sin necesidad de salir de su Quebec natal, la autora encuentra en esta comunidad hawaiana el escenario perfecto para su historia, que combina la estructura clásica de los relatos de Miss Marple con el humor absurdo de los Hermanos Marx. Su protagonista, Marie-Pomme, es una fanática de las novelitas de detectives protagonizadas por Shirley McSnuffles, y que trabaja como camarera en un bar de copas en el barrio hawaiano de la ciudad. Como una Alonso Quijano quebequesa, Marie-Pomme se obsesiona con estas novelitas policíacas y no para de recomendarlas a todo el que se encuentra, y es esta obsesión la que la lleva a sospechar que la aparente muerte por intoxicación alcohólica de su vecina, una antigua campeona de limbo, podría no haber sido un accidente. Las sucesivas muertes de conciudadanos con quienes se cruza la pondrán sobre la pista del asesino… o asesina.

Cathon es una autora nacida en Quebec, conocida por sus cómics humorísticos, fanzines e ilustraciones para libros y revistas. Con un estilo que no desentonaría en las páginas de Hora de Aventuras, Cathon lleva a su protagonista por las calles y playas de Trois-Rivières, empapada de optimismo y determinación, en una aventura en la que la investigación criminal se combina con el humor más disparatado (hilarante es el interrogatorio a la dueña de un bar clandestino durante una partida de cartas). De no ser por el abundante consumo de alcohol y tabaco que se muestra en este tebeo, podría ser una estupenda lectura para lectores preadolescentes: una aventurilla ligera y divertida con una protagonista dicharachera con la que la chavalería se puede identificar. Pero esto no significa que los adultos no podamos disfrutar al máximo de esta lectura. No todos los cómics han de ser sesudos y trascendentales. En ocasiones también sienta bien algo así, fresco y dulce, para bajar las penas. Como una piña colada sin ir más lejos.

piñas de la ira

Las piñas de la ira es una novela gráfica entretenida y muy divertida, para adultos y no tan adultos, publicada en España por La Cúpula. Se lee con avidez y una perenne sonrisa en los labios. Recomendada para quienes desean pasar un rato divertido entre daiquiris, mai tais y zombis (la bebida, no el monstruo). Y ahora os dejo con este videopaseo por las páginas del libro mientras yo voy a prepararme algo de beber, que me ha entrado sed. ¡Kāmau!