Dolmen da comienzo a una nueva línea editorial llamada Línea Escénica, gracias a la iniciativa y la colaboración de Josep Ramón Cerdà, dramaturgo y, hasta agosto de este año, director del Teatre Principal de Palma de Mallorca. La idea es adaptar varias obras de teatro en formato de cómic, y para ello han apostado por esta Las malditas, basada en la obra original de Sergio Baos, y Loquios, sobre el trabajo de Neus Nadal que también reseñaremos en esta web.
Las malditas es una obra que abarca tres generaciones de mujeres que no lo han tenido fácil: La abuela, una mujer de su época, rígida y callada; Águeda es una chica diferente, que tachan de loca, pero que aparenta tener un retraso mental; Aina es la hija que Águeda no pudo criar, una chica con graves problemas de conducta que un día decide ir a buscar a su madre y pedirle explicaciones de por qué la abandonó. Comienza así una aventura en la que las tres mujeres se irán cruzando y buscándose… en todos los sentidos.
Lo más interesante que tiene es el contraste entre las tres mujeres, con esa supervisión constante del fantasma del abuelo, que ronda a la familia y que se mantiene en el recuerdo de sus familiares, con algún misterio de por medio. Pero lo bonito es ver lo que cuentan y lo que callan cada una de las tres protagonistas, con algún que otro giro de guion que juega con los prejuicios del lector, y cómo se relacionan unas con otras.
El tono de la obra es de pura «road movie», con frecuentes cambios de escenario y muchos personajes secundarios, lo cual la hace muy entretenida de leer. El único problema que le he visto es que, por momentos, hay un contraste entre la dura historia de sus tres protagonistas y algunos de los secundarios que tienen momentos de alivio cómico por sus personalidades más extremas. Probablemente sea un problema de cambio de medio, y en teatro esas escenas y personajes funcionan mucho mejor, pero en el cómic me ha sacado un poco en momentos concretos de gran intensidad emocional ver esos personajes que tienen energías tan distintas.
El dibujo me ha gustado bastante, por la interesante composición de página y el uso del color tan inteligente. Se trata de una obra que se puede considerar estar realizada en un tritono con rojos y amarillos, pero el color se emplea con agudeza para dar intensidad a ciertos momentos o para dirigir la visión del lector. El estilo gráfico de Flavia Gargiulo es sobrio, sin aspavientos ni grandes efectos, pero sabe ambientar muy bien las escenas y, sobre todo, caracteriza muy bien a los personajes, dotando de rudeza o amabilidad a algunos de ellos y jugando con el lector y sus prejuicios.
La obra concluye con un pequeño epílogo a cargo del autor original del libreto, y con fotografías de la representación teatral, lo cual ayuda a conocer un poco mejor las impresiones del creador original de la historia y comprender mejor las peculiaridades de esta adaptación a cómic.
En definitiva, Las malditas abre una interesante línea editorial que permite disfrutar de las analogías narrativas entre medios diferentes y contribuye a que analicemos cómo una misma historia puede ser contada de varias formas y aprovechar los recursos de cada medio para jugar con el lector. Una obra muy entretenida, que encierra una reflexión importante sobre el impacto de la salud mental en medios rurales o familias sin comunicación que prefieren ocultar antes que hablar, por el miedo a la opinión externa. Independientemente de la historia de estas tres mujeres, la acción tiene lugar a través de un viaje en el que conoceremos a muchos personajes y restará un poco de intensidad a una historia muy dura. Esta Línea Escénica de Dolmen promete…
Lo mejor: El contraste entre las tres protagonistas. Cómo juega con las expectativas y prejuicios del lector. El uso del color, que con poco consigue mucho.
Lo peor: Creo que en esta adaptación el contraste entre intensidad y los alivios cómicos destaca en exceso.