Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Las efímeras 2

Las efímeras 2
Guion
Jeff Lemire.
Dibujo
Jeff Lemire, Shawn Kuruneru (flashbacks).
Traducción
Santiago García.
Formato
Rústica con solapas, 232 págs, color. 17x26 cm.
Precio
26€.
Editorial
Astiberri. 2025.
Edición original
Fishflies #4-7 (Image).

Si en el primer tomo habíamos visto a la pequeña Franny Fox entablar relación con ese criminal huido de la justicia que se iba transformando en Bicho, una suerte de efímera gigante (recordad, ese tipo de mosca de agua de corta vida media), en Las efímeras 2 vamos a seguir de cerca la búsqueda de la niña, a la que cada vez ven más relación con ese sospechoso de estar implicado en un asesinato y maltrato a menor. Poco a poco se irán despejando todas las incógnitas, incluidos los elementos sobrenaturales que se habían ido presentando a lo largo de los primeros tres números. La edición de Astiberri mantiene ese formato en rústica con solapas con un papel offset de alto gramaje.


Hablábamos en la anterior reseña de esa narrativa a fuego lento tan característica de Lemire, y lo bien que encajaba esta obra con esa descripción. En la segunda mitad de la historia, la trama va tomando algo de ritmo, sobre todo a medida que se van resolviendo algunos misterios, aunque incluso llegando la resolución, que nadie espere una lectura trepidante. Y es que el guionista canadiense nos tiene acostumbrados a personajes que arrastran pasados apesadumbrados repletos de traumas, secretos o públicos, pero que convierten sus vidas en una gymkhana de emociones en las que sobrevivir y salir adelante conlleva un esfuerzo por encima de la media.

Como suele ser habitual, estas historias suelen tener un mensaje implícito en su desarrollo, y esta no es ninguna excepción. Las efímeras habla de amistad, de perdón y de autocrítica. La acción se sigue desarrollando en varios planos y terminaremos de darnos cuenta de algo que nos ha ido llamando la atención hasta el momento, que son las paletas utilizadas para cada una de ellas. Lemire recurre, una vez más, a unas paletas que casi dan la sensación de ser bitonos, aunque se incluyen otros colores para matizar sombreados y un rojo vistoso para producir el contraste y conseguir asociaciones inconscientes en partes distintas de la historia. Esas paletas separan tramas pero también marcan la diferencia entre subtramas más pegadas a la realidad y otras con elementos fantásticos, como queriendo mostrar que la parte de Franny y Bicho es la que incluye elementos fantásticos… sean o no reales. Y es que al tener a la niña como protagonista y guía narrativa, podemos pensar que más que un elemento fantástico es la visión de la pequeña en cuanto a lo que tiene a su alrededor, una manera de mostrar cómo vive ella esas partes que por edad no puede comprender.


En eso Lemire es inteligente, y deja mucho a la elección e interpretación del lector, pero sin duda es uno de los puntos fuertes de esta obra, el tomar las cosas por literales o comprenderla como el punto de vista de la pequeña. En todo caso, son elementos a los que los seguidores del autor estamos más que acostumbrados. Y es que esta obra tiene muchos puntos reconocibles en su obra, y que nos van a recordar a otros trabajos suyos: el peso de la melancolía, los personajes atormentados, la relación de amistad entre personajes fantásticos con un humano (aquí el «bicho raro» es el adulto, no como en Sweet Tooth), la culpa, los traumas pasados, y un pueblo pequeño que tiene sus propios fantasmas, en sentido literal o figurado…

A nivel gráfico, y a pesar de ese dibujo feísta que espanta a algunos, creo que el autor está sobresaliente. Lemire es capaz de transmitir a través de su narrativa una calma en la historia que sirve de atmósfera indirecta para la historia. Splash pages con viñetas a sangre, rejillas con diseños vistosos y nada gratuitos son algunos de los muchos recursos del autor a nivel gráfico, con los que consigue atraparnos en su propuesta y sembrar la semilla del continuo salto entre lo real y lo fantástico. Y como ya he dicho, un uso del color muy inteligente y narrativo que consigue ambientar aún más ese tono calmado y melancólico de la historia.


En definitiva, Las efímeras 2 muestra la conclusión de una obra que no defraudará a los seguidores de Jeff Lemire. Con una longitud atípica de 7 números con diferente extensión, pero una media de 50 páginas por número, vuelve a incidir en los temas que más conoce y mejor se le dan: el costumbrismo fantástico y el estudio de relaciones humanas. Tal vez esos sitios comunes que reconocerá cualquier seguidor del autor hagan que el final resulte menos sorprendente e impactante de lo que esperamos, pero en todo caso sigue siendo un disfrute (entiéndaseme) leer estas historias tan duras pero emotivas. Sin llegar a entrar en mi top del autor, se trata de una obra muy por encima de la media y que difícilmente decepcionará a los que sabemos qué esperar.

Lo mejor: Lemire siempre cumple en cuanto a creación de historias, raramente defrauda a los que conocemos su estilo.

Lo peor: A pesar de su potente arranque y premisa, la colocaría en un segundo escalón dentro de sus obras.