Es la hora de las tortas!!!

Es la hora de las tortas!!!

Las 40 elefantas Integral

Las 40 elefantas Integral
Guion
Kid Toussaint.
Dibujo
Virginie Augustin.
Color
Hubert.
Formato
Cartoné, 112 págs, color, 22x29 cm.
Precio
26€.
Editorial
Ponent Mon. 2019.
Edición original
40 éléphants #1-2 (Bamboo Édition).

Ponent Mon nos trae un tomo integral con los dos primeros libros de la serie Las 40 elefantas, de Kid Toussaint y Virginie Augustin, una serie ambientada en la Inglaterra de la Posguerra, a principios del siglo XX, protagonizada por una banda de ladronas que competían con el principal grupo criminal de Londres. Una serie que me ha sorprendido en varias ocasiones durante la lectura, y que ha supuesto un agradable descubrimiento, pues a priori, tras leer su sinopsis, esperaba encontrar otra cosa. Bueno más que otra cosa, realmente me he encontrado con lo que esperaba… y bastante más. Ahora me explico. Qué mejor día que hoy, Día de la mujer trabajadora, para analizar esta obra de mujeres luchadoras que se tenían que buscar la vida en una época en que la mujer no era más que una extensión de sus maridos.


La historia se centra en Florrie, una joven que llega a Londres y se busca la vida gracias a su habilidad como carterista, pero pronto descubre que Londres está repartido entre un grupo de delincuentes conocidos como los 40 ladrones y su equivalente femenino… las 40 elefantas. Florrie será captada por estas para sacar provecho a su talento, y su llegada coincidirá con un terremoto entre sus cimientos y una lucha territorial contra el grupo de hombres. Súmale el continuo acecho de la policía, y el conjunto de peligros a evitar se hace asfixiante.

Leído esto, y sabiendo que es un cómic europeo, uno puede esperar una historia bien ambientada, que analiza bien la sociedad de esa Londres de principios de los años 20, y que usa precisamente una historia de bajos fondos para dibujar una ciudad conocida en un momento crítico de su historia. Y como decía al principio, me he encontrado esto… pero también con una historia que está sembrada de giros argumentales, de una caracterización de personajes muy acertada, de una lucha de bandas creciente, y de una subtrama que espero que nadie llegue a revelarte antes de leerlo y que, llegado el momento, confiere una lectura completamente diferente a la obra.

Las 40 elefantas son un grupo criminal en el que hay cabida para todo: ladronas, asesinas, prostitutas y timadoras. En eso le ganan la partida por completo a los 40 ladrones, que solo saben valerse de la fuerza bruta y la intimidación. Las mujeres prefieren aprovechar todas sus habilidades, y se agrupan para cuidarse entre sí, y asegurarse el control de una parte de la ciudad. Están dirigidas por Queen Kate, la cabecilla que dicta lo que se puede hacer o no, y que tiene en mente conseguir compartir la enorme ciudad con el grupo de hombres. Son supervivientes. Ellas tuvieron que buscarse la vida cuando sus maridos se fueron a combatir en la I Guerra Mundial y crear esa versión femenina del grupo de delincuentes. Ahora, han encontrado una manera de sobrevivir por sí mismas, y creen que es posible seguir haciéndolo, sin necesidad de depender de ningún hombre, aunque tampoco ven necesario arrebatarles su terreno.


Las ladronas están muy bien escogidas, siendo uno de los grandes fuertes de la obra. En una historia de este tipo, nos encontramos con personajes muy diferentes, unas mujeres con una base de estar viviendo al margen de la ley, que las hace peligrosas incluso no aparentandolo. Y por otro lado, tenemos a esas chicas que aceptan las normas del grupo, pero que por su naturaleza sabes que en cualquier momento pueden traicionarte y darte una puñalada trapera. Y todo eso funciona muy bien en la historia. Cada chica es creíble en su rol: la dulce Dorothy, letal asesina gracias a su apariencia inocente; la noble Emma, ladrona a la que le puede su vena maternal; la adorable Gertie, la particular Q de las elefantas; o Ada, la femme fatale por antonomasia. Aunque de todos los personajes, me gusta especialmente Maggie, esa ladrona que se ve amenazada tras la llegada de Florrie, rebelde por naturaleza y desconfiada… pero que en el fondo es una niña, y se muestra como tal.

El dibujo de Virginie Augustin me ha sorprendido en algunos aspectos también. Ambienta muy bien esos barrios bajos de Londres, y sin ser un dibujo excesivamente limpio, hace un trabajo de narración muy claro y vistoso, pero sobre todo efectivo. Además, se permite incluir alguna página doble con un diseño dinámico, que no es habitual en el cómic francobelga, habitualmente encorsetado y alejado a voluntad de los recursos gráficos de otros estilos como el del manga. Me reía mucho escuchando a Kenny Ruiz en una charla que dio cuando trabajaba en su serie El misterio del Capitán Nemo cuando comentaba cómo los editores franceses cortaban cualquier inercia de su querencia natural hacia el estilo manga, limitando desde la simetría del marco de la viñeta hasta cualquier recurso que pudiese recordar a una línea cinética. Ver estos diseños de página tan llamativos en una serie BD me ha resultado fresco y sorprendente.

El color de Hubert ambienta a la perfección la historia, apoyandose siempre en unas paletas de tonos apagados, pálidos, que dan esa sensación de suciedad y de barrio bajo. Por ponerle una pega, a veces marca demasiado al cambio de escena con paletas muy diferentes, pero no llega a ser algo molesto, en ningún caso.


En definitiva, Las 40 elefantas Integral.

Una muy agradable sorpresa. Una serie que narra la difícil subsistencia de un grupo de mujeres delincuentes en una época de penurias, que tiene suficientes subtramas como para mantener el interés en cada una de ellas. Muy buena caracterización de personajes y suficientes giros argumentales y sorpresas, sin jamás  llegar a perder el hilo conductor. Acabas cogiendo cariño irremediablemente a algunos de sus personajes y algunos momentos te romperán el corazón. Muy recomendable. Hay un tercer libro publicado en Francia, esperemos que Ponent Mon continúe editando la serie en un futuro.

Lo mejor: El personaje de Maggie. Las numerosas subtramas. La cantidad de giros y sorpresas, nunca forzados. La edición de Ponent Mon, muy cuidada.

Lo peor: Algunos cambios bruscos de paletas de color de una escena a otra.